Cuando Minho se enteró de su secreto, planes perversos llegaron a su mente.
La venganza era tan tentadora.
¿Quién lo hubiera pensado? El chico más popular de la escuela, heterosexual, con diez chicas a su alrededor, era totalmente un mentiroso.
A Minho siempre le había atraído, pero le jodía la idea de que el menor fuera “heterosexual”. Aunque una vez se le declaró, Taemin lo rechazó no muy amablemente. Prácticamente hizo un escándalo, ya que no quería ser relacionado con hombres.
Pero el niñato estaba tan atado a ellos...
Y ahora que recordaba y analizaba su reacción, le parecía tan sobreactuada.
Averiguarlo no fue nada fácil. Tuvo que pagarle mucho dinero a uno de sus compañeros para que hablara. El mejor “investigador” de la escuela. Era todo un “Sherlock”, Kim Ki Bum. También le negoció una cita con su primo, Jonghyun si lo ayudaba, y éste pegó un grito en el cielo cuando se enteró, pero se calmó a los pocos minutos.
Minho se dirigió a donde se encontraba Taemin, estaba a un lado del baño para hombres junto a dos chicas, una a cada lado suyo.
—Taemin.
El nombrado levantó su mirada arrogante y la colocó sobre él. Se quitó el cigarrillo de la boca y soltó todo el humo en su cara. Las chicas rieron y Minho dispersó como pudo el humo tosiendo.
—¿Qué quieres?
—Quiero hablar contigo.
Esbozó una sonrisa retorcida antes de comenzar a hablar nuevamente.
—¿Qué sucede? ¿Aún no superas el rechazo?
Minho rodó los ojos y les hizo señas a las chicas para que se fueran. Serias, le hicieron caso, no sin antes dejarle un beso en cada mejilla a Taemin.
—Bien, ¿qué diablos?—inhaló nuevamente el humo y lo soltó en su rostro. Minho le quitó el cigarrillo cabreado y lo aplastó contra el suelo.
Se acercó a su costado y Taemin se quedó inmóvil, expectante. Logró hablar, pero no moverse—Aléjate.
El mayor sonrió desafiante.
—¿Por qué? ¿Te incomodo?
Tragó saliva antes de contestar.
—Cla-Claro. Eres un hombre.
—Tenía entendido que a ti también te gustaban.
Abrió los ojos como platos y lo empujó lejos. Comenzaron a llamar la atención y Minho lo arrastró al baño.
Cerró la puerta con traba y se acercó a él.
—Aléjate, ¿qué idioteces estás diciendo?
Luchó por no reírse pero fue en vano, tardó unos segundos en ponerse serio otra vez, y cuando lo hizo arrinconó a Taemin a una esquina.
—¿Qué pasaría si tu secreto se revelara? ¿Tu popularidad quedaría en la ruina?
Se puso notablemente más incómodo y nervioso y sólo pudo pegarse más a la pared, como si buscara salir de ahí a través de ella.
—Yo... no lo soy.
—Sí lo eres. Apuesto a que eres el pasivo.
Taemin se sonrojó viendo a Minho lamerse los labios mientras lo comía con la mirada.
No voy a ceder.
—Estás mintiendo.
—No lo hago.
Se miraron por un largo tiempo. Un depredador acechando a su presa.
Toda la valentía y la arrogancia que Taemin había mostrado hace unos minutos atrás, quedaron en la nada.
Minho se acercó más, y el otro simplemente respiró nerviosamente.
—Quiero que te arrodilles.
Taemin parpadeó numerosas veces, antes de soltar una gran carcajada mientras golpeaba el pecho de Minho, intentando recuperar el aire.
—Debes estar bromeando.
—¿Quieres que cuente tu secretito?
—No... No me afecta, porque no es verdad—pudo apreciarse claramente la duda en aquella oración.
—Bien.
Minho se dio vuelta y se dirigió a la puerta, le quitó el seguro y estaba a punto de salir, hasta que una mano lo tomaba del borde de su camisa, impidiendo que se fuera.
Llevó su mirada hacia atrás, y observó al menor avergonzado, mirando hacia el piso.
Bingo.
—Vas a-
—Bien. Pero no lo digas.
No podía creerlo. Lo había logrado.
Cerró la puerta y pegó su espalda a ella. Taemin se arrodilló y llevó sus temblorosas manos hacia el bulto de Minho.
Estaba siendo chantajeado, eso era tan sucio de su parte, pero Taemin no se quejó. Con tal de que no dijera nada, una vez no haría nada malo.
Cuando logró quitarle el cinturón, pudo sentir totalmente su mirada intensa en él. Suspiró bajo el tacto caliente de su mano sobre su hombro y le bajó el pantalón.
—¿Debo usar-
—Tu boca.
Por Dios.
La orden lo estremeció de pies a cabeza. Dejó ir todas las preocupaciones y las quejas y simplemente se dispuso a abrir la boca y a cerrar los ojos. Minho acercó su pene a sus labios y lo pasó sobre ellos para luego meterlo en su boca.
Tragó saliva al instante para luego tomarlo con la mano y quitarlo unos segundos. Lo había metido muy bruscamente. Minho le exigió con la mirada y le hizo caso ignorando las arcadas.
Lo tomó nuevamente entre sus labios y chupó sonoramente antes de repasar de arriba hacia abajo. Minho lo tomó de los pelos y Taemin jadeó sorprendido. Su ruido excitó a Minho y lo obligó a empujarse más profundo en él; Taemin se maldijo mentalmente.
—Abre más la boca.
Le hizo caso a la orden y hasta se acomodó mejor, acercándose y sosteniéndose de sus rodillas.
Su garganta continuó cepillándose el miembro del mayor y exitosamente pudo ignorar las arcadas que le generaba.
Minho lo tomó desde la nuca y continuó follando su boca, mientras los jadeos del menor se hacían cada vez más frecuentes.
Lo obligó a mantener esa posición aproximadamente diez minutos, y cuando su orgasmo estaba por llegar, se lo quitó de la boca y se vino manchando su rostro. Taemin se quedó quieto mientras se decidía qué hacer, o pensaba siquiera en limpiarse. Finalmente optó por pasarse el pulgar sobre el semen que quedó en su rostro y se lo llevó a la boca, bajo la mirada atenta del mayor.
Minho sonrió satisfecho y se acomodó la ropa antes de salir del baño.
Jodido día.
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Editado: 25.07.2020