2min-shots

Un admirador libidinoso

—¿Cuándo planeas dejar de seguirme?—Minho bufó siendo seguido por un chico un poco más bajo que él, cabello color negro azabache, y ojos oscuros penetrantes.

El chico sonrió admirando la espalda marcada a través del uniforme de Minho.

—Cuando me correspondas—Taemin se lamió el labio superior. Minho rodó los ojos.

Aún era imposible acostumbrarse a él. Cuando Minho lo conoció, era un chico acosado por otros compañeros de la escuela. Minho decidió apoyarlo y se comprometió a que todos supieran que él estaba bajo protección.

Eso pasó hace seis meses.

Taemin seguía pegado a él, pero ya no era admiración o agradecimiento lo que sentía, era una empiece de obsesión, la cual lo obligaba a estar a su alrededor siempre que pudiera. Se había pegado a él como el chicle al zapato.

Un sentimiento tan extraño que ni él mismo sabía cómo describirlo, aunque a veces lo interpretaba como una atracción física. A Minho le parecía asfixiante, pero cuando él no estaba a su alrededor, se sentía solitario.

Minho era alguien serio, no tenía amigos en la escuela, con su sola presencia bastaba. Hasta que Taemin apareció, aún cuando él lo apartaba, el menor se volvía a pegar a él. Estaba al tanto de las actitudes que tenía con él, cada vez que le coqueteaba, cada vez que lo rozaba “accidentalmente”, pero él actuaba indiferente.

Se sentó en unas gradas y Taemin se colocó a su lado, mientras jugaba con el celular.

—¿Por qué no tienes amigos?

—Yo podría preguntar lo mismo—el menor lo cuestionó. 
Él no respondió y se lo quedó mirando.

—Minho—su voz hizo eco en el gimnasio— ¿Te molesta mi presencia?

—No—sincero.

Taemin sonrió coqueto y posó su mano sobre la rodilla del mayor. Minho la quitó, pero el menor la colocó nuevamente mientras sostenía con su otra mano los dedos del mayor, acariciándolo.

Minho tragó saliva nervioso, comenzaba a dudar de cómo debería tratar con él, rechazarlo no funcionaba ya que el menor volvía por él.

—Minho.

Negó lentamente mientras se levantaba y se dirigía a las duchas. Taemin lo siguió, con intenciones nada inocentes.

Cuando cerró la puerta, Minho comenzó a desvestirse—Si no viniste a darte una ducha, te sugiero que te retires.

Sonrió levantando una ceja y se quitó lentamente la ropa. Se colocó en la ducha siguiente a la de Minho y abrió la llave del agua dejándola caer sobre su pálido cuerpo. Sus cabellos se pegaron a su rostro y pudo sentir la mirada de Minho sobre él enseguida.

—¿Llegará el día en el que ya no intentes provocarme? 
Taemin se mordió sensualmente el labio mientras el agua seguía cayendo sobre él.

Se concentró en ducharse e intentó ignorar al pervertido. Cerró los ojos y comenzó a lavarse el cabello. Se pasó el jabón por los brazos y las piernas y luego se lavó en las demás zonas, bajo la mirada intensa de Taemin. 
Se vio vuelta, dejando su espalda mirando a la pared y Taemin aprovechó para acercarse a él.

Admiró el cuerpo tonificado del mayor y acercó sus dedos, pero sin tocarlo. Finalmente se rindió y frotó su pecho mojado haciendo a Minho abrir rápidamente los ojos. Cuando quiso apartar a Taemin, éste atrapó en su mano el falo del mayor, quien aceleró su respiración considerablemente.

No lo dejó largar ninguna queja y comenzó a masturbarlo, mientras lo recorría con los ojos y con su otra mano disponible. Minho agarró la cadera del menor y la pegó a la suya, obligándolo a soltar un sensual jadeo.

Cerró los ojos instintivamente y sintió de un momento a otro cómo Taemin lo soltaba. Los abrió y lo vio arrodillado ante él. Adoró esa imagen.

El agua seguía corriendo, y mojaba toda la espalda del mayor y un poco el rostro del menor.

Taemin pasó su lengua sobre el pene y lo sabroseó tomándose su tiempo. Comenzó a masturbarse a sí mismo mientras se metía el del mayor a la boca. Minho lo tomó con ambas manos y lo acercó más a él, para que no se le ocurriera separarse. Se atragantó de un momento a otro y se lo quitó, todo sin perder su mirada sexi con la cual provocaba más al mayor.

Lo obligó a tener su orgasmo, y antes de proceder al siguiente nivel, cerró el agua de ambas duchas. Taemin se levantó y Minho lo dio vuelta apresuradamente, manoseando su trasero, sin pudor. El menor, gustoso, lo enrostró más sobre él. No pasó mucho tiempo hasta que necesitó meterse en él, pero para eso, lo dio vuelta y lo pegó a la pared.

Taemin respiró erráticamente mientras era empotrado en la pared, con embestidas tan fuertes que lo dejarían en cama un día entero. Apoyó sus dedos tanteando los azulejos mientras Minho clavaba sus dedos en su cintura, sacando más su trasero hacia él, para tener una mejor comodidad al penetrarlo.

Cambiaron de posición y Minho lo alzó, como un koala, y se introdujo nuevamente en él. Taemin gimió sintiendo la profundidad.

Con sus manos sujetando las piernas del menor, sus dientes mordiéndolo en el cuello, dejándole varios chupones, y su miembro jodiéndole el trasero, pasaron los siguientes veinte minutos.

Cuando el par de conejos se dignó a terminar, se ducharon una vez más. Aunque se ensuciaron otra vez al no poder controlar su calentura.

 

***

 

Taemin lo tomó desde el brazo y entró abrazado a él a la escuela al día siguiente. Minho intentó cubrir el leve sonrojo de su rostro, pero fue un poco difícil.

Si antes era pegajoso, no tenía idea de lo que le esperaba ahora.



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En el texto hay: shinee, 2min, jongkey

Editado: 25.07.2020

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