Taemin tiró sus libros en el banco y bufó sonoramente llamando la atención de sus amigos.
—¿Otra vez no dormiste bien?—lo interrogó Kai mientras dejaba su jugo a un lado. Taemin asintió y se estiró haciendo crujir algunos huesos. Mientras lo hacía, se chocó con un chico que recién había entrado al salón.
El chico con el cabello rosa se giró para ver a quién había chocado y automáticamente se disculpó. No lo conocía, no lo había visto nunca, asumió que él era el chico nuevo que anteriormente se les había informado a los alumnos que aparecería.
Cayó en Julio, por algunos problemas en la transferencia, pero finalmente fue ingresado el día de hoy. Rápidamente se pondría al tanto de todo según los profesores, además de que algunos temas eran los mismos que venía trabajando con anterioridad.
El chico le mostró una tímida sonrisa y se dirigió al fondo del aula. Taemin lo observó de reojo mientras sonreía brevemente.
—Oh, oh, alerta, la zorra ha despertado—Jinki mordisqueó su sándwich mientras causaba la risa de Kai. Taemin levantó una ceja, segundos después se sentó y comenzó la clase.
Una que otra vez, se giró disimuladamente para ver al chico nuevo. Éste tomaba apuntes de todo lo que decía el profesor, pero en ningún momento se percató de la intensa mirada que le regalaba Taemin.
Tal vez, sólo tal vez, Jinki tenía razón.
***
En la semana que había pasado desde su incorporación, nadie se había acercado a él. Probablemente por la expresión seria que mostraba el morocho. A Taemin le daba curiosidad su personalidad, esa fue la excusa perfecta que se dio a sí mismo para convencerse de acercarse a él.
La curiosidad mató al gato.
Estaban en hora libre, el chico estaba escuchando música y garabateando en su cuaderno, Taemin se acercó a él inexpresivo, pero cuando quedó frente a él y recibió una mirada interrogativa sonrió tímidamente.
—Hola, soy Taemin.
El morocho se quitó los auriculares y asintió—Mi nombre es Minho.
Taemin se sentó a su lado mientras Minho dejaba de lado los auriculares y se giraba hacia él. Se sorprendió al ver que alguien se había acercado a él, Minho se veía un poco intimidante, pero a Taemin le parecía... interesante.
Minho fijó su mirada en el cabello colorido de Taemin, sonrió ante la extrañeza y se dispuso a comenzar una conversación.
Sus amigos lo veían de lejos mientras susurraban cosas.
—¿Por qué se acercó a él?—Kai le preguntó a Jinki. Éste rodó los ojos.
—Está zorreando.
Kai se carcajeó—¿Tú crees?
Jinki asintió señalando a las chicas—A ellas también les interesaba, lástima que Tae fue más rápido, míralas, están furiosas.
Kai asintió observando la escena. Jinki volvió sus ojos al chico nuevo y a Taemin, estaban charlando de quién sabe qué. Sorprendentemente, Minho no se veía incómodo, Taemin se veía sonriente e inocente como siempre.
Las apariencias engañan, “Rosita”, como lo llamaba Kai para molestarlo, era una perra en celo cuando quería.
Aunque esta vez, parecía bastante decente y animado en verdad.
—¿Eres de por aquí?—Taemin lo interrogó viendo todos sus rasgos.
Minho le devolvió la mirada—No, soy del norte.
—Tal vez pueda enseñarte la ciudad algún día—se le escapó, pero no se arrepintió.
Lo pensó por unos segundos hasta que le sonrió agradablemente al chico de cabello rosa.
—Sería una buena idea.
***
—Tierra llamando a Taemin—pasó su mano delante de su rostro. El nombrado se removió enseguida.
—Rosita, llevas mirando hacia la ventana diez minutos—Kai comenzó con intención de hacerlo enojar.
—“Rosita” mis huevos.
—¿Tienes?
Kai se reía mientras que Jinki negaba con la cabeza—Sabemos que estás esperando al nuevo, eres un libro abierto.
Taemin negó rápidamente.
—No es cierto, yo simplemente...
Su mirada se desvió y se ató a Minho, quien recién entraba al salón y se dirigía a su lugar. Cuando volvió a mirar a Jinki, éste estaba levantando una ceja. Taemin esquivó su mirada y se fue al lado de Minho, quien lo saludó y se dejó caer en su asiento.
—¿Por qué te ves tan mal?
Taemin frunció el ceño.
—Yo siempre me veo muy bien.
—Narcisista—hizo una pausa sonriendo por su respuesta, luego señaló sus ojeras—Se notan bastante.
Taemin sacó su celular y abrió la cámara. Observó su rostro y efectivamente Minho tenía razón.
—He estado durmiendo mal—pausó y cambió de tema—¿Quieres salir?
Minho negó—Tengo un partido hoy.
—¿Haces deporte fuera de la escuela? Bueno, te ves bastante... formado—no pudo evitar apreciar sus músculos debajo de las mangas de su camiseta.
—Gracias. Tú te ves bastante...
Taemin hizo un gesto para que continuara—Puedes decirlo, me veo afeminado. Más con el cabello rosa.
Minho negó rápidamente, no tratando de ofenderlo—No me refería a eso. Es sólo que... ¿tal vez un poco—lo ultimó lo preguntó de manera chistosa.
—No me molesta.
El morocho fijó su mirada en él, mientras Taemin estaba distraído mirando hacia el pizarrón. Tenía unos rasgos muy finos, delicados, y con su pelo rosa era imposible para él no considerarlo “afeminado”, pero era con buenas intenciones.
Bajó su vista hacia sus labios, se veían suaves y esponjosos.
No pasó mucho tiempo hasta que se dio cuenta de lo que estaba pensando y desvió su mirada hacia otro lugar, alejando esos pensamientos de él.
—Minho.
Respondió a su llamado.
—¿Puedo ir a tu partido?—la pregunta lo dejó un poco desconcertado, no parecía ser alguien a quien le interesara el fútbol, pero aceptó con gusto.
***
Taemin observó cada movimiento que realizaba Minho, corría para buscar cualquier pelota, luchaba para recuperarla y pasársela a los delanteros. También escuchaba cada canción que cantaba el público. Casi todos eran familiares de los jugadores, luego suponía que amigos o uno que otro curioso.
Editado: 25.07.2020