Taemin se despertó a las siete de la mañana con el horroroso sonido del despertador. Lo aplastó hasta que logró apagarlo y se levantó quejumbroso, buscando con su mirada su ropa y la mochila.
Desayunó solo, sus abuelos se despertaban más tarde. Mientras hacía el desayuno, le llegó un mensaje de Minho. O como lo tenía agendado, “Ming~”.
“¿Quieres que viajemos juntos?”.
Lo leyó varias veces sonriendo como idiota, le mandó un “Claro.” y bloqueó el celular.
Bebió el café rápidamente y tomó su mochila. Cerró la puerta con llave y lo esperó temblando a un lado de la puerta. El clima era un asco, un día hacía más de dieciocho grados, y al otro menos de catorce.
Cuando Minho llegó y notó que estaba desabrigado, inmediatamente le tendió su buzo. Taemin se lo puso alegremente.
—¿Por qué tan feliz a esta hora?—caminaron para tomar el autobús.
Levantó los hombros como si nada. Se subieron al autobús y tan sólo en unas tres paradas más, se llenó.
Minho vio cómo un hombre miraba de arriba a abajo a Taemin y no pudo evitar mostrar su enojo. Cuando tuvo la oportunidad, se posicionó detrás de su amigo y se pegó a él, demostrando una pertenencia. El otro, pícaro, no perdió la oportunidad para hacer de las suyas. No se había percatado del hombre que lo veía antes de que Minho hiciera eso, simplemente pensó que se pegó a él porque no había mucho espacio.
El hombre se había bajado, y Minho se sentía aliviado, pero no mostró interés alguno en moverse de lugar. Bueno, sí se movió, pero no para alejarse, sino para “despertar” totalmente a Taemin.
Fregó ambos cuerpos juntos. Le pegó toda su delantera en el trasero mientras lo tomaba amistosamente desde la cintura, para pegarlo más a él. Gustoso, Taemin se acercó más.
Se le ocurrió algo arriesgado, pero excitante. Aún de espaldas a él, tanteó con una mano su cierre, Minho leyó inmediatamente sus intenciones. Le costó bajarlo, pero cuando lo logró, metió su mano entre su calzoncillo y su cuerpo y acarició la cabeza de su pene.
No sólo el menor era un depravado por querer masturbarlo en un lugar así, sino que también lo era el mayor, por permitirle eso, y por, en un primer lugar, comenzar todo esto.
Minho suspiró cerca de su oído, para acto seguido mordisquear su oreja, causando un espasmo en el contrario. Ahora fue él quien metió su mano entre su ropa y manoseó todo lo que estaba a su alcance.
Taemin tironeó de Minho desde su pene para acercarlo más, éste le clavó una mordida por aquello en el cuello. El menor rio por su maldad.
Uno masturbaba al otro, sin ruidos ni movimientos bruscos para no llamar la atención. Gracias a Dios nadie los vio, la mayoría de las personas escuchaban música, algunas miraban por la ventana y otras iban leyendo.
Unas cuadras antes de bajar, cada uno guardó la erección del otro en su lugar, y antes de bajar, Minho le dio un apretón sorpresivo y Taemin lo pisó.
***
29 de Julio, su relación cambió más de lo que calculaban. Pasaron de ser depravados pervertidos, a ser un poco más… cariñosos. Y celosos, sin duda.
Minho lo quería sólo para él, y a Taemin le gustaba ser dominado por él.
Eso no quita que continuaron manoseándose cada vez que pudieron. No habían vuelto a tener relaciones sexuales, pero eran una especie de “amigos con derechos”.
Sus compañeros ya creían que tenían ese tipo de relación, pero ellos no habían hablado sobre eso.
Taemin dejó de jugar con su lápiz y dejó de prestar atención a la clase.
Miró de reojo a Minho, quien estaba tomando nota. Esperó pacientemente a que terminara de escribir y le acarició suavemente el codo. Minho se estremeció. Generalmente, cuando Taemin hacía eso, era porque quería besarlo. Y esta no fue la excepción.
Minho observó al profesor unos segundos, estaba distraído copiando. Estableció contacto visual con el menor y lo acercó desde la nuca. Se besaron delicadamente unos cuantos minutos. Tenían suerte de que se sentaban atrás de todo.
Taemin sostuvo su mano mientras buscaba un beso más profundo, y el mayor no se lo negó.
En medio del beso, abrió los ojos y observó a su alrededor. El profesor seguía escribiendo, hasta llenar el pizarrón y Taemin rodó los ojos. Los cerró nuevamente y se sonrojó al sentir ambas manos de Minho posándose en sus mejillas.
Lo separó de él y volvió a prestar atención a la clase. Se dignó a copiar lo que había en el pizarrón, o al menos intentar. El tipo copiaba y a los dos minutos ya quería borrarlo. Por suerte su amigo le sacó una foto y se la pasó.
“Amigo”, “Amigo con derechos”. Le incomodaba esas etiquetas. No se identificaba con ninguna ya. Quería más de parte del menor, pero no podría presionarlo. Debería hablar con él con respecto a eso.
Y lo haría, mañana al término de las clases.
***
30 de Julio; cuando sonó el último timbre del día, Taemin inmediatamente se dejó caer en el banco, con la intención de dormirse ahí mismo. Minho negaba mientras guardaba sus cosas, y las del menor en su mochila.
—Taem, hey, arriba—negaba aún con el rostro entre sus brazos y pegado a la mesa.
Minho le acarició algunos mechones de cabello intentando llamar su atención. El otro perezosamente a penas se movió, pero para girar su rostro y observar a Minho, aún acostado.
El mayor continuó mimándolo mientras acariciaba su cabello, y Taemin seguía intentando establecer contacto visual. Al unir sus miradas, Minho finalmente habló.
—Necesito preguntarte algo— Taemin, sin contestar se levantó y apoyó su cabeza en una de sus manos sosteniéndose, mirando atentamente al mayor.
Recorrió con la mirada el salón ya vacío y volvió su mirada a Taemin. Su amigo seguía esperando su pregunta, pero tenía un poco de vergüenza. Taemin palmeó su mejilla para que soltara su pregunta.
Editado: 25.07.2020