Taemin no podía ocultar su enojo y tristeza mientras veía la noticia en la televisión.
“¡Minho de SHINee se enlistará en la marina este 15 de Abril!”.
Tomó su celular, el cual no paraba de sonar, y atendió sin ver el nombre, pero reconociendo la voz inmediatamente.
—Hola, Hyung.
Escuchó la risita del otro lado de la línea. Esa maldita risa, la cual lo hacía vibrar de pies a cabeza. Su irritación desapareció al instante de escuchar su voz y fue reemplazado por una sonrisa boba.
Estaba tan estúpidamente enamorado.
—¿Cenaste?
Taemin asintió como si Minho pudiera verlo antes de contestar—Sí, pero tú no, ¿no es cierto?
Su Hyung le dio la razón y continuaron hablando de cosas triviales. Su inquietud volvió y no aguantó las ganas de comentárselo a su compañero de grupo.
—Hyung.
—¿Mm?
Miró al suelo nervioso antes de hablar—¿Por qué ahora, y por qué no me lo comentaste antes?
Hubo un silencio en la línea el cual duró varios segundos. Taemin era sincero, y Minho lo sabía y apreciaba eso, cuando le molestaba algo, lo decía.
No había necesidad de aclarar qué era lo que molestaba y entristecía a su dongsaeng, él ya lo sabía.
—Yo… lo siento—se disculpó antes de seguir hablando—No había encontrado la forma de decírtelo, tenía miedo de hacerte enojar.
—¿Y cómo piensas que me sentí cuando vi la noticia en la televisión luego de llegar del ensayo?—su voz salió seria, presumiendo su enojo.
Minho no le respondió y Taemin se insultó mentalmente arrepintiéndose al instante.
—Perdón, estoy… lo siento, me pasé.
—No te disculpes, tienes razón. Haré lo que sea para compensarte.
Taemin sonrió satisfecho. Apoyó su espalda a la pared mientras cruzaba un brazo por su pecho y con el otro sujetaba el celular. Se lo pensó unos segundos antes de hablar.
—Tendrás que hacer todo lo que te diga—mientras hablaba, su sonrisa crecía más y más, demostrando lo embobado que lo tenía el mayor.
—Está bien.
—Y complacerme en todo lo que te pida—enfatizó el “todo” mientras su sonrisa se tornaba maligna.
Escuchó su risa antes que su respuesta verbal—Siempre igual, Sataemin pervertido. Con gusto. Pensaba hacerlo, aún si no me lo pedías.
Taemin ignoró sus mejillas calentándose y continuó hablando—Y Minho…
—¿Sí?—Minho notó su cambio de voz.
Mojó ambos labios antes de seguir hablando. Levantó la vista y apagó la televisión mientras pensaba en cómo decirlo, aún sonrojado.
—Te amo.
El mayor sonrió enternecido y conmovido.
—Yo también, bebé.
Taemin esbozó una sonrisa feliz y colgó. Se tiró en el sillón y se tapó el rostro con ambas manos para luego levantarse y buscar ropa para ducharse.
Se encontraba en el departamento del grupo, Minho estaba terminando de hacer unos trabajos que le habían quedado pendientes, y los demás miembros se encontraban en el servicio.
Se preguntó cómo serían los siguientes meses sin Minho. Ya era difícil sin sus miembros, pero ahora era el turno de su Hyung.
Taemin suspiró—La marina, ¿eh?
Dejó de hablar solo y se metió al baño. Se quitó prenda por prenda, comenzando por su camisa. Continuó con su pantalón y siguió con su bóxer. Dejó la ropa sucia a un lado en el suelo y abrió la llave del agua.
Se pasó las manos por la cara, salpicando su rostro con el agua y mojó su cabello negro. Enjabonó ambas manos antes de pasarlas por debajo de sus brazos, luego por su pecho y descendió a sus piernas.
Limpió finalmente sus partes y su espalda para terminar, salió de la ducha y se secó para luego colocarse una playera de Minho, la cual le quedaba grande, llegaba a tapar un cuarto de sus muslos.
Salió del baño secando con la toalla su cabello y la dejó a un lado. Miró la hora y suspiró, aún faltaba una hora para que llegara. Decidió entonces acostarse en su cama y esperarlo allí. Se dirigió a ella y se tiró quejándose del cansancio.
Le habían impuesto practicar “Danger”, “Tiger” y “Amigo”, la última con el pretexto de que hacía mucho que no realizaba (ni él, ni los demás miembros) la coreografía. Y tenían razón.
Cuando comenzó la canción se le vinieron todos los pasos mezclados del verso y del estribillo, era lamentable para un bailarín como él (según él mismo), y apenado, se obligó a practicarla y memorizarla al menos unas diez veces, aún cuando los del staff le dijeron que ya era suficiente.
Era bastante poco comparado a las veces que debía escuchar y aprenderse una nueva canción. Habrá estado al menos tres horas seguidas bailando.
Bostezó y se unió a los brazos de Morfeo.
***
Una hora y media más tarde fue despertado por Minho, quien lo movió suavemente. Recorrió con la mirada sus piernas al descubierto y sonrió de una manera indescifrable para el menor, quien aún estaba refregándose los párpados.
—Minho—atinó a besarlo y el mayor lo hizo con gusto. Después de eso se paró y esperó a que el menor lo siguiera mientras comenzaba a hablar.
—Conseguí helado para ambos.
Se giró y Taemin estaba sentado en la cama, pero con las piernas estiradas y mirando en su dirección. Minho frunció el ceño y le hizo un ademán para que se parara y lo siguiera a la sala.
Taemin negó lentamente y se lamió los labios sensualmente, mirándolo fijamente. Separó ambas piernas invitando al mayor a observar su parte privada y a posicionarse entre ellas.
Soltó la perilla de la puerta y la cerró despacio, aún hipnotizado por el menor. Lo llamó haciendo un gesto con su dedo índice y fue sin dudarlo demasiado. Quedó parado frente a él, observando su hombría asomarse por entre sus piernas. Minho llevó una mano a cada rodilla y las acarició mirando a los ojos a un caliente Taemin.
—¿Quieres probarme?—Taemin logró ponerlo duro con tan sólo dos simples palabras. Bueno, dos palabras e insinuaciones físicas, pero lo importante era que él ya estaba adolorido por su dureza atrapada entre sus pantalones.
Editado: 25.07.2020