Cuando Minho conoció a Taemin, éste le había sido otorgado como un “regalo”, acostumbraban a regalar a los híbridos cuando éstos crecían y se hacían más adultos.
—No toques eso—Minho le advirtió viendo cómo miraba fijamente una de sus tazas favoritas.
Taemin salió de su trance y le sonrió provocativamente, ladeó su cola de lado a lado y le respondió—No lo hice.
Llevaban conviviendo unos tres meses.
Taemin tenía el cabello castaño claro, ojos oscuros penetrantes, rasgos delicados bien marcados y unas orejas y cola un poco más oscuras que su cabello.
A Minho le había costado cuidarlo. Las primeras veces, cuando debía irse a trabajar, Taemin se ponía frente a la puerta para no dejarlo salir.
Pero ahora, por suerte el chico había aprendido a comportarse.
Minho dejó de mirarlo y llevó su atención al celular. Atendió la llamada de su amigo mientras veía a Taemin jugar con una almohada.
—¿Por qué tardas en contestar?—Kibum habló malhumorado como siempre.
—No lo hice—obvio—¿Qué quieres?
—Llamé para saber cómo está Taeminnie.
Minho se carcajeó al oír el sobrenombre y llamó la atención del chico, quien comenzó a mirarlo con curiosidad.
—No te rías, le queda bien.
—Como sea—se calmó de a poco—¿Exactamente qué quieres saber? Está bien, el señorito ya me destrozó tres tazas y un almohadón, pero fuera de eso...—Taemin lo miró indignado, pero unos segundos más tarde, frunció el entrecejo sintiéndose extraño.
¿Y esto qué...?
Kibum se rio satisfecho, pero luego de unos segundos se puso serio—Bueno, no era sólo eso por lo que llamaba...
Minho asintió para que continuara hablando, como si su amigo pudiera verlo.
—Sucede que... es un poco…
—¿Por qué me dejas con la curiosidad?—Taemin se levantó medio mareado y se acercó lentamente a él. Minho lo miró con atención mientras escuchaba los insultos y quejas de Kibum por interrumpirlo. Sus mejillas se pusieron rojas de un momento a otro. Minho instantáneamente pensó que era fiebre.
—Bien, como te decía antes de que me interrumpieras ranoso, él-
—Lo siento debo colgar, Taemin se ve extraño—terminó la llamada rápidamente y Kibum no pudo terminar de hablar.
Taemin se tambaleó y Minho logró sujetarlo de la cintura. Pasó una mano por su frente y desgraciadamente ésta estaba bastante tibia. Aunque no era sólo su frente, su rostro, su cuello y sus brazos también estaban calientes, se alarmó pensando algo malo. Su cola estaba a un lado suyo, moviéndose de forma... juguetona.
Ignoró aquello y atinó a llevarlo a su habitación con el objetivo de acostarlo en la cama para que descansara.
Un mensaje le llegó en cuanto abandonó la habitación, y por ende, no lo oyó.
Pero lo que decía allí, ni siquiera el mismo felino se lo esperaba.
“Taemin estará desarrollando su celo en estas próximas cinco o seis semanas, ten cuidado, su especie se caracteriza por ser insaciable, sexualmente hablando”.
—Minho... —Taemin se quejó mientras era arrastrado por el humano. Éste lo depositó en la cama y lo obligó a acostarse. El chico lo hizo, pero su mente estaba ida. Tenía calor, mucho calor. Nunca se había sentido así. Y para colmo, sentía las manos de Minho rozándolo y eso empeoraba su condición.
—¿Cómo te sientes, Tae?
No le respondió, lo miró fastidioso y él le respondió una mirada confusa.
“Deja de tocarme, estoy caliente” quiso decir, pero esas palabras no salieron de su boca.
Minho llevó su mano una vez más al rostro de Taemin para tomar su temperatura, seguía igual.
No sabía cómo debía tratarlo, ni si debía llevarlo a un veterinario o no.
Taemin se sentó y comenzó a desvestirse bajo la mirada sorprendida de Minho.
—¿Qué haces?
Lo miró con ojos aguados y brillantes; sus orejas, agazapadas, le dieron un toque más inocente y sumiso. Su cola se enredó en una de las manos de Minho, quien se estremeció.
Aquella vista lo calentó.
—Minho~ —Taemin comenzó a ronronear mientras se acercaba a Minho, su pecho descubierto sólo lograba distraer al humano.
Minho se alejó de él antes de hacer algo peligroso y observó al híbrido arrodillado en su cama, mirándolo, semidesnudo y caliente. Pese a que se separó por unos tres o cuatro metros, no atinó a salir de la habitación, pero el otro tampoco intentó acercarse, simplemente se acomodó en la cama y se quitó lo que le quedaba de ropa.
¿Podía ser esto lo que Kibum había tratado de decirle antes de haberle cortado? ¿Taemin estaba en celo?
El híbrido dejó ver su excitación, se acostó en la cama nuevamente y comenzó a masturbarse mientras Minho lo miraba atentamente.
Sí, definitivamente Taemin estaba en celo.
Totalmente en celo, el cual se incrementó en cuanto percibió que su dueño estaba excitado como (y por) él.
Sintió una incomodidad en sus pantalones, ya sabía qué era, pero no quería mirar, tampoco quería atenderla, no en ese momento. Pudo controlarla, la tuvo perfectamente bajo control durante unos dos o tres minutos mientras apreciaba el “show” que estaba dando su híbrido, lo estaba soportando muy bien, al menos hasta que Taemin comenzó a gemir su nombre antes de venirse.
Minho gimió por lo bajo.
El chico soltó su orgasmo y se levantó con dificultad de la cama, Minho ni siquiera pudo retroceder, se quedó parado viendo cómo su figura esbelta se acercaba a él con intenciones perfectamente claras. Sus manos rozaron el pecho de Minho, se metieron por debajo de su ropa y acariciaron sus pectorales de arriba a abajo.
Cerró los ojos disfrutando de los toques y lentamente llevó sus propias manos a las caderas del felino.
Taemin se pegó inmediatamente a él y comenzó a ronronearle nuevamente.
Cálmate, Dios santo, sólo cálmate.
—Te necesito~ —Taemin se movió contra su miembro atrapado entre sus prendas y tomó una mano de Minho y la llevó a su trasero.
Editado: 25.07.2020