Cuarta semana, lo de “insaciable” no era una broma por parte de Kibum.
Había días en los que lo hacían por la mañana, e incluso antes del almuerzo, pero luego Taemin ya estaba restregándose contra él.
Minho se encontraba lavando los platos, mientras que el híbrido se encontraba acostado en la alfombra, mirando al techo.
Giró la cabeza hacia la cocina y observó la espalda rígida de su humano.
A los pocos minutos terminó de lavar los platos y salió de la cocina. Observó unos segundos a Taemin desparramado en el suelo, le sonrió por unos segundos y se encaminó al baño.
Taemin giró su cuerpo apoyando el estómago en la alfombra, llevó sus codos a la misma para sostener su cabeza y movió lentamente su cola hacia izquierda y derecha; todo mientras observaba la dura espalda de Minho alejarse.
Ya en el baño, Minho se desvistió y se entró a bañar.
Sigilosamente, el híbrido abrió la puerta y llevó su mirada a la cortina y logró distinguir la silueta de Minho.
Sonrió atrevidamente, cerró la puerta y se quitó silenciosamente su ropa.
El cachondo ya estaba prendido nuevamente.
Corrió la cortina y Minho giró rápidamente su rostro hacia ella.
Cuando vio el rostro pervertido de Taemin, inmediatamente captó sus intenciones.
Taemin se metió a la ducha y bajó la mirada lentamente admirando todo lo que pudo mientras se lamía un labio.
Minho lo inmovilizó desde la cadera y lo atrajo hacia él. Taemin comenzó a ronronear mientras buscaba los labios de su humano desesperadamente.
—¿Por qué estás tan ansioso?—lo burló estando consiente de su calentura por el celo.
Taemin alzó una ceja, pero la bajó rápidamente y se arrodilló ante Minho. Éste se mordió un labio e intentó no forzar la boca de su compañero para meterse en ella.
El provocador abrió la boca lo más sensual posible y lo miró a los ojos inocentemente.
Sacó un poco la lengua y esperó a que Minho se enrostrara contra ella, lo que hizo sin dudar.
Taemin odiaba el agua, sin embargo se bañaba todos los días porque su dueño lo obligaba. Una vez incluso lo amenazó con no darle de comer por dos días; Taemin se metió gruñendo al baño. Ahora estaba de rodillas allí, ignorando el agua que le caía en el rostro e incluso el hecho de que sus orejas y cola se estuvieran mojando.
Minho colocó su falo en su boca e instantáneamente cerró los ojos al sentir la lengua caliente de Taemin.
Con una mano lo sostuvo desde la cabeza y lo guió a su gusto.
Su boca tomando todo su miembro, chocando contra su pelvis y soltando uno que otro gemido ahogado durante el proceso.
Minho disfrutó aquel servicio que le brindaba su híbrido durante unos minutos más.
Cuando soltó su miembro, subió rápidamente y metió su lengua en la boca de Minho, quien la chupó con deseo.
Apretó su cola sorprendiéndolo y manoseó su parte trasera. Lo pellizcó un par de veces y procedió a meter un par de dedos en él.
Taemin se despegó un poco de Minho y alejó su mano; se giró hacia la pared y se apoyó en ella, sin prestarle atención al agua que le caía encima, para poder darle a Minho libre acceso hacia su trasero.
Se abalanzó sobre él y nuevamente metió sus dedos en su agujero, no sin antes manosearlo un poco más.
Su cola se frotó sobre el pecho húmedo de su humano y lo acarició suavemente.
Minho movió de adentro hacia afuera sus dedos mientras Taemin rogaba que metiera otro. Le hizo caso e incluso aumentó el ritmo.
No dejó que tuviera su orgasmo, pero rápidamente se clavó en él. Taemin gimió por la brusquedad y bajó un poco más su postura mientras separaba más las piernas.
—Perdón, no me resistí—se disculpó mientras besaba cariñosamente su cuello. Taemin aceptó las disculpas girando su rostro y buscando sus labios queriendo besarlo.
Movió sus caderas impacientemente anhelando más contacto.
Debajo del agua, disfrutando uno del otro, calmando sus deseos y ahogándose en placer.
—Mi-Minho~ —las gotas de agua le caían por las mejillas y terminaban en las comisuras de sus labios.
Minho gruñó en respuesta. Apoyó sus manos en la pared, justo arriba de Taemin y miró hacia abajo, admirando su piel mojada y su cola mientras se retorcía.
—¡Ahhh!—gimió en cuanto sintió a Minho frotarse contra su próstata.
Una mano ansiosa se posó en su pene y comenzó a estimularlo. Sus piernas, ya temblando, hicieron lo posible por mantenerse firmes.
Gimió en cada estocada que dio Minho y se vino llegando al clímax.
El humano hizo lo mismo en su interior.
***
—Apuesto a que cuando termine tu celo, seguirás igual de cachondo que ahora—Minho soltó ya en la cama, a un lado de Taemin.
Taemin habló avergonzado—Cállate.
—Cállame—sonrió retándolo.
Taemin lo miró, para acto seguido subirse sobre él y devorar su boca.
Quedó descansando sobre su pecho, sin intención de moverse.
Pero ni siquiera Minho tenía la intención de hacerlo.
Editado: 25.07.2020