Minho lo apretó desde las muñecas impidiendo que escapara. Taemin gruñó molesto, pero no intentó transformarse; el Alfa ante él le ganaría fácilmente.
Lo acorraló contra la pared pegando casi completamente ambos cuerpos.
—Ya llegará el día en el que rogarás que te reclame—sonrió de lado, acercando uno de sus colmillos a la garganta de Taemin.
Taemin protegió su cuello, Minho gruñó irritado.
—Suerte con eso—comenzó—Este Omega no será tuyo.
—Ya veremos—lamió lascivamente su cuello y Taemin tembló. Si lo mordía, convertiría al Omega en su pareja—Tranquilízate—se separó de él y soltó sus manos.
Llevaba recibiendo los acosos de Minho durante casi seis meses, pero él siempre lo rechazaba. Sin embargo, éstos se incrementaron gracias al celo del Omega, el cual aparecería en cualquier momento, y el Alfa podía anticiparlo.
Un Omega joven, soltero y virgen, era rondado por Alfas y Betas constantemente. Pero el más persistente y el que lo protegía y alejaba a la competencia, sin dudas era Choi Minho.
Lo único que no entendía, era por qué Minho lo rondaba sólo a él, teniendo la posibilidad de obtener cualquier otro Omega.
Entró a su casa y se dirigió hacia las escaleras; subió hasta su habitación. Se dejó caer en la cama y cerró los ojos. La brisa entraba por la ventana, refrescando su cuarto.
Se quedó pensando varios minutos hasta que el sueño lo venció.
***
Se despertó a la madrugada, agitado. Su rostro estaba caliente y estaba sudando. Sentía un hormigueo en su zona baja; probablemente había tenido un sueño húmedo. Pero había algo más. Tenía un calor extra el cual aumentaba con cada segundo que pasaba.
Se levantó de la cama y se acercó a la ventana, necesitaba aire.
Miró al cielo estrellado y unos instantes más tarde bajó la mirada hacia la ventana de su vecino.
Su molesto vecino.
Minho estaba en su balcón, mirándolo atentamente como si hubiera escuchado u olido algo. Taemin intentó desviar la mirada, sin éxito.
—¿Soñaste conmigo?—preguntó divertido.
Taemin soltó una risa.
—No—comenzó—No quiero tener pesadillas.
Minho lo miró indignado y él sonrió satisfecho. El Alfa se alejó de la ventana tomando carrera y Taemin lo miró confundido. Cuando entendió qué planeaba hacer, se alejó inmediatamente de la ventana.
Minho saltó y aterrizó en el marco de su ventana. Taemin lo miró ladeando su cabeza de lado a lado.
—Vete, no quiero lidiar contigo ahora—caminó hacia su cama, aún abrumado por la sensación caliente entre sus piernas. Minho entró a su cuarto y gruñó, pudo sentir la excitación del Omega desde su habitación.
El chico estaba por tener su primer celo, y él planeaba ayudarlo.
Llevó su mirada hacia Taemin y le sonrió con dobles intenciones. Los ojos de Minho se volvieron dorados. Taemin se estremeció.
—No vas a transformarte aquí, ¿está bien?—le advirtió, medio ido.
Minho negó, pero se acercó peligrosamente a él.
Su agujero comenzó a humedecerse mientras que se dilataba lentamente ante su presencia dominante. Taemin gimió y se dejó caer en su cama.
—Minho... —la mirada de éste se fijó en las clavículas descubiertas del Omega, las cuales se podían ver gracias a su camiseta holgada. Luego bajó la mirada hacia sus piernas descubiertas por un short y pasó su lengua por su labio disfrutando de la vista. Taemin jadeó.
Incluso la presencia del Alfa aumentaba su calentura, y no sabía por qué.
Retrocedió aún más sobre la cama y Minho trepó sobre él. Quedó encima del Omega y éste volvió a gemir mientras su ano volvía a dilatarse.
—Me encantan tus gemidos—pasó sus manos sobre sus muslos. El toque del Alfa en sus piernas lo quemaba.
En condiciones normales, el Omega no dudaría en resistirse. Pero en esta situación... estaba hasta necesitado del Alfa.
Taemin más receptivo y colaborador que de costumbre, le encantaba.
Los ojos dorados de Minho se clavaban en los suyos, obligando a Taemin a rendirse ante él.
Bajó su boca hasta la cara interna de uno de sus muslos y chupó haciendo estremecer al Omega.
Taemin separó un poco más las piernas, permitiendo la presencia del Alfa entre ellas. En cuanto lo hizo, su abertura se mojó e intentó llevar una mano hacia allí, pero Minho lo frenó.
—Yo lo haré.
Tiró de su short hasta romperlo e hizo lo mismo con su ropa interior. En cuanto tuvo al Omega desnudo frente a él y con las piernas abiertas, su juicio se perdió.
Metió fácilmente dos dedos y sonrió al apreciar qué tan húmedo estaba. Taemin dejó su cabeza reposando en su cama.
Su lobo estaba tan entregado al Alfa, mientras que éste estaba ansioso queriendo reclamarlo como su pareja.
—Minho, deja de jugar—irritado.
El morocho sonrió—En cuatro, perrito.
Mierda.
Le hizo caso desesperadamente rápido y separó sus piernas para él. Minho enrostró su gran erección contra su agujero y Taemin se movió hacia atrás, exasperado.
—Já—orgulloso por calentarlo.
—Minho~ —gimió y giró un poco su cuello—Alíviame, por favor—sus ojos estaban llorosos y sus mejillas ardían, además de que su pene goteaba y su abertura se dilataba.
La puta madre.
Esa imagen gritaba “Fóllame” en todos los idiomas.
Se metió de una en él y Taemin arqueó su espalda. Minho apretó sus dientes en cuanto las paredes del Omega dejaron de dilatarse y empezaron a apresar su miembro.
El pene de Taemin goteaba en sus sábanas, clamando por atención. La mano del morocho no tardó en bajar hacia allí y ayudarlo.
Los ojos de Taemin comenzaron a cambiar de color. Pasaron de ser avellana a ser de color miel intenso.
Las uñas de Minho se enterraron en la cadera del Omega, pero Taemin estaba demasiado ocupado sintiendo placer en lugar de dolor.
Mordió la sábana sintiendo sus colmillos salir. Minho pegó y alejó su pelvis de su trasero, llenando al Omega hasta rozar su próstata. En cuanto la encontró, se la cepilló hasta que los gemidos de parte de Taemin se intensificaron.
Editado: 25.07.2020