Su semblante estaba serio, pero aún así dejó caer una lágrima inconscientemente y su madre le sonrió consintiéndolo.
—No te exijas demasiado, bebé—su madre pasó su palma por su mejilla.
—No—quitó su mano—Te prometo que conseguiré el dinero—ella asintió, conmovida.
Si bien Taemin tenía dos trabajos, su sueldo no era suficiente como para pagar la costosa cirugía de su madre. Ella le rogaba que descansara, que su salud iba primero, pero él intentaba reunir todo el dinero que podía, aún cuando debía pagar la renta de su departamento, los servicios de éste y la comida.
Se despidió antes de salir de la habitación del hospital y se reunió con su hermano Jinki.
—¿Cómo está?—preguntó Jinki.
Taemin suspiró—Igual que antes.
Jinki lo miró unos segundos antes de hablar—Lamento no poder ayudarte. Tú sabes que-
—No te preocupes—Taemin lo interrumpió—Termina de pagar tus deudas. Cuando estés en una situación estable podrás contribuir.
Le sonrió. Jinki pasó su mano por su cabello lila, revolviéndolo—Gracias, y lo siento.
Taemin negó.
Aún debía conseguir más de la mitad del dinero, y no tenía idea de cómo hacerlo.
—Hey—el mayor lo llamó—¿No puedes pedirle un aumento a tu jefe?
Era una buena idea, aunque a la vez no.
—No lo sé.
—Inténtalo. Y si no accede... —se acercó a su oído para susurrarle—Puedes convencerlo.
Taemin lo miró fingiendo confusión. Rogó haber entendido mal, pero la aclaración de Jinki le tiñó las mejillas de rojo.
—Arrodíllate ante él—sonrió pervertidamente.
Taemin se levantó de manera exagerada de la silla—¡No! ¿Qué dices? Yo no podría hacer algo así.
Jinki lo miró con una ceja alzada.
—Es en serio. Además, ¿y si no funciona-
—Ten confianza en ti mismo y funcionará.
Él no respondió, ya no sabía qué decir. Pero definitivamente no se imaginaba arrodillado entre las piernas de su jefe Choi Minho, rogando por un aumento, aun cuando era por una buena causa.
Estaba totalmente negado a esa idea.
O eso creyó hasta varios días después, cuando fue despedido de su segundo trabajo. Faltaba demasiado para atender el primero y para visitar a su madre. Casi no pasaba tiempo en su departamento, pero aún así continuaba pagándolo.
Estaba desesperado. Y si esa era su última opción, entonces la tomaría.
***
Tocó la puerta de su oficina y escuchó el “Adelante” unos segundos después. Suspiró y entró, ganando la mirada de Choi sobre él inmediatamente.
—¿Sí, Lee?—bajó la mirada a su notebook y vio de reojo a su secretario avanzar.
—Señor, yo... —no sabía cómo comenzar a hablar.
—¿Qué sucede?
Taemin miró la expresión seria de Choi Minho y se relamió uno de sus labios resecos, tímidamente.
—Quería discutir sobre mi... situación económica—Choi levantó inmediatamente la mirada.
—Lee, si usted quiere pedir algún adelanto o algún aumento, sabe que-
—Se lo ruego—se inclinó. Esperó que dijera algo pero al no recibir una respuesta inmediata, continuó—Necesito pagar la cirugía de mi madre y recientemente perdí mi otro empleo, yo... de verdad lo necesito.
Minho pensó su respuesta varios segundos—Lo lamento, Lee. Compadezco tu situación, pero no puedo ayudarte—volvió su mirada hacia su portátil.
Cerró los ojos desilusionado, pero aún tenía un segundo intento. Sólo rogó que su jefe no lo despidiera por atrevido. Sus latidos se incrementaron de sólo pensarlo.
Taemin levantó lentamente su rostro y al hacerlo, reveló que éste estaba ruborizado. Choi volvió su mirada hacia él y se sorprendió. Antes de que pudiera decirle algo, Taemin habló.
—Yo... —intentó no ceder ante la mirada interrogativa y curiosa de Minho.
—¿Sí?—impaciente.
—Yo... Haré lo que sea... —al terminar de hablar, se mordió inconscientemente uno de sus labios. Choi fijó su mirada allí.
No podía creer lo que acababa de escuchar.
Los siguientes treinta segundos fueron de puro silencio. La tensión y la incomodidad estaban en el aire, llenando la oficina de su jefe.
Minho no dijo nada, simplemente se lo quedó mirando. Taemin se ponía más nervioso y avergonzado con cada segundo que pasaba.
Cuando finalmente habló, lo hizo lentamente, como temiendo decir algo incorrecto—Usted... ¿a qué se refiere?
Taemin miró hacia abajo, tímido.
—A todo.
Fueron sólo dos palabras, pero aun así lograron sacudir los pantalones de su jefe. Choi tosió y se acomodó discretamente la ropa, mirando hacia otro lado. Taemin se acercó cuidadosamente rodeando el escritorio de su jefe. En cuanto quedó a un metro de él, la mirada de Minho se clavó en su rostro.
A Taemin le dieron escalofríos.
—¿Señ-
—Ya lo decidí.
Taemin se quedó quieto, no comprendiendo. Minho lo analizó con la mirada antes de volver a hablar.
—Yo pagaré la cirugía de tu madre—Taemin dejó escapar una sonrisa—Pero tú me pagarás a mí—el aura de Minho se volvió un poco más autoritaria. Finalmente agregó—Y no me refiero con dinero—la mirada profunda de Choi viajó sobre su cuerpo.
Taemin asintió, aún si tenía que prostituirse para que la salud de su madre mejorara, lo aceptaría sin dudar demasiado.
—B-Bien.
—Imagino que ya sabes qué hacer.
Sus rodillas cedieron y cayó frente a él. Minho llevó sus manos hacia el cinturón y lo desabrochó, para luego bajar su cierre y mostrarle su miembro.
Taemin tragó saliva al verlo.
Tan sólo estaba por chupársela a su jefe. No había nada extraño.
¿O sí?
Dudoso, tomó la extensión bajo la mirada intensa de Choi. Corrió hacia un costado unos mechones lilas que le tapaban ligeramente la visión.
Separó sus labios y enseñó su lengua, antes de pasarla por el glande.
La saliva del chico lo estremeció de pies a cabeza. Apretó sus dientes, intentando contenerse para no follarle la boca y simplemente se limitó a mirar cada uno de sus movimientos.
Editado: 25.07.2020