2min-shots

Viagra

Taemin tomó el termómetro que le había colocado a Minho y leyó el numerito que marcaba, arrugando sus cejas y poniendo una expresión exagerada.

—¡380!

Minho frunció el ceño.

—Dame eso—le arrebató el termómetro al pelirrojo y leyó él mismo lo que decía. Miró de forma cínica a su torpe amigo—Dice 38°.

Taemin soltó una risita avergonzada.

—¿Y dónde está tu compañero?

Minho tosió.

—Jonghyun salió, creo que está con el insoportable de Kibum.

Hizo a Taemin reír.

Su amigo suspiró. No debería haberse quedado nadando en la piscina dos horas, a causa de eso ahora se sentía así.

—Tomaste mucho frío—comentó su amigo. Taemin volvió a apoyar su palma en su frente. Estaba caliente—Deberías descansar, Ming.

—Sí, creo que sí.

Taemin le sonrió antes de levantarse y dirigirse a la sala, dejando que su amigo descansara. Tomó su celular, el cual estaba sobre la mesa, y se puso a responder un par de mensajes pendientes.

—Taemin—le habló desde la habitación.

—¿Sí?—Taemin alzó la voz, sin moverse. Su vista y su concentración estaban aún en el dispositivo móvil.

—¿Puedes traerme una pastilla o algún remedio?—elevó un poco la voz.

Taemin asintió y murmuró para sí mismo, sin que Minho pudiera escucharlo—Una pastilla... —dejó el celular en la mesa nuevamente y se dirigió el baño, buscando en el botiquín. Suspiró al ver varias cajas; para él era todo lo mismo, pero no tenía idea cuál era la pastilla que Minho precisaba—¿De qué color?

—La caja... —tosió en medio de la oración, Taemin no pudo escuchar la primera parte—Es azul.

Taemin habló para sí mismo mientras la buscaba con la vista—Pastilla azul...

Tanteó un par de cajas sin molestarse mucho en leer y tomó una que estaba abierta. Deslizó el blíster de pastillas e inmediatamente centró su vista en las cuatro pastillas azules que poseía la caja.

—¡Ya la encontré!

Le gritó desde el baño y se retiró del mismo, encaminándose hacia la cocina para buscar un vaso de agua. Volvió a la habitación luego de unos minutos y notó cómo Minho estaba sentado, frotándose los ojos.

Taemin le acercó la pastilla a la mano y Minho la tomó sin mirar demasiado, poniéndola en su boca y tomando con su otra mano el vaso con agua.

Observó como su amigo terminaba de tragar la pastilla—¿Quieres algo de comer? Tengo hambre—hizo un puchero, haciendo sonreír a Minho.

—Siempre tienes hambre—soltó una risita. Pasó su propia mano por su frente. El pelirrojo rio.

 

***

 

Minho se removió en la cama, acostándose hacia un lado y luego hacia el otro, inquieto.

Se sentía raro. Sentía un cosquilleo en sus piernas y entrepierna.

El dolor de cabeza y malestar que había tenido hasta hace un rato, ahora había disminuido. Eso, o estaba demasiado concentrado en las extrañas sensaciones que tenía en su zona baja y había olvidado hasta la tos.

Habían pasado casi quince minutos desde que su amigo le había dado la pastilla y él se había propuesto a dormir una siesta, pero no podía dejar de sentirse incómodo.

—Taemin... —elevó un poco la voz, llamando al pelirrojo, pero no oyó una respuesta de su parte. Llevó ambas manos a su frente. Tenía más calor que antes, pero éste no estaba en su rostro.

Se destapó, dejando a la vista su bóxer azul y frunció sus cejas al ver la erección que marcaba la tela.

Murmuró por lo bajo—¿Qué diablos?

Estaba muy duro.

Se levantó como pudo y se dirigió al baño, descalzo. Ya dentro del tocador cerró la puerta y se paró frente al inodoro. Corrió su ropa interior y dejó al descubierto su miembro erecto.

Su mano derecha no tardó en posarse en su excitación, intentando aliviarla. Se sostuvo desde la pared con su mano izquierda y comenzó a masturbarse.

Su mente estaba hecha añicos en ese momento, no podía enfocarse en nada. La mayor parte de su lucidez estaba puesta en su excitación, y la parte restante estaba dispersa.

Cerró los ojos imaginando todo tipo de escenas sexuales mientras pasaba su mano por su extensión. Tenía muchas ganas de coger, era aburrido masturbarse él mismo, prefería que una chica lo hiciera por él.

Sus pies estaban firmes sobre el suelo, pero los rastros de fiebre que aún tenía podían marearlo ligeramente.

Lo hizo más rápido. De su boca lograron salir algunos suspiros.

Cuando finalmente se vino, suspiró aliviado. Volvió a guardar su miembro en su ropa interior y se acercó al lava manos.

Apenas cerró la canilla y tomó la toalla de manos, bajó la mirada.

—Oh, no puede ser...

¿Por qué seguía excitado si acababa de masturbarse?

Evitó las ganas de golpear algo que tenía y repitió aquella rutina, bajando su bóxer y volviendo a atrapar su miembro con su mano, frotándolo una segunda vez.

La velocidad de su respiración iba en aumento, hasta que después de varios toques su pene llegó al orgasmo y pareció calmarse.

Se lavó rápidamente las manos y salió del baño.

Fue en busca de su amigo. Los ruidos en la cocina le dijeron que estaba allí. Cuando entró, Taemin estaba chupando su dedo, con una expresión dolida.

Minho fijó su mirada en el dedo que tenía Taemin en la boca, lamiéndolo. Unas cosquillas volvieron a rozar su entrepierna.

Eso tenía que ser una maldita broma.

—Minho, me corté—poniendo una expresión quejosa, como si estuviera haciendo un puchero.

Él se quedó en silencio, ni siquiera se animó a moverse. Seguía rezando para no tener otra erección.

—Deberías descansar—tomó el cuchillo con el que acababa de cortarse y lo dejó para lavar—¿Te sientes mejor?—Taemin estaba pelando algo, preparando algo de comida, pero a Minho ni siquiera le importó qué. Estaba ocupado recriminándose mentalmente por haberse puesto erecto. Sentía que no podía controlar su erección.



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En el texto hay: shinee, 2min, jongkey

Editado: 25.07.2020

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