2min-shots

Youngblood

El humo a su alrededor entraba por sus fosas nasales, invadiéndolo. La música resonaba fuertemente en ese entorno, como si fueran a estallar los parlantes. Los roces entre los demás cuerpos aumentaban exorbitantemente.

El pelinegro bajó su mirada a su mano, observando el pucho blanco que tenía en su mano. Ni siquiera recordaba quién le había dado aquel cigarrillo de dudosa procedencia.

De todas formas, él lo había aceptado, y casi terminaba de consumirlo.

Estaba bastante drogado, pero aun así recordaba perfectamente que esa no era la primera vez en el día que iba a ese lugar. Iba y venía, y cada vez que se retiraba, lo hacía con algún o alguna desconocida.

Tenía una camiseta blanca y un jean negro algo apretado. Podían apreciarse sus músculos ligeramente marcados.

Comenzó a caminar, pasando entre las personas, mirando perezosamente hacia todos lados y buscando algún buen pretendiente.

Necesitaba de sexo.

Otra vez.

Sólo el sexo y el alcohol lo distraían de...

Eso.

Lamió su labio inferior mientras clavaba su vista en el cuerpo de una chica.

Tenía un vestido negro apretado que le llegaba por arriba de las rodillas. Despegó sus ojos de su cintura y miró su rostro. Su cabello tenía un tono cobrizo, anaranjado pero suave.

Bailaba de forma sexi pero graciosa a la vez. Estaba igual o más borracha que él.

Caminó un poco más hasta ella, hasta la barra, quedando detrás de su sensual cuerpo. Ella estaba tomando.

—Hola.

La chica giró y le sonrió de forma coqueta.

—¿Cómo te llamas?

—HyunA—lo miró de arriba a abajo—¿Y tú?

El pelinegro le dio una bocanada al cigarrillo antes de responder.

—Taemin.

Varias palabras continuaron siendo intercambiadas a medida que la mirada de Taemin se paseaba sobre su cuerpo. La música estaba bastante fuerte, pero aún así lograban escucharse perfectamente.

Él se acercó un poco más a su cuerpo. Ella le permitió que se aproximara, devolviéndole una mirada similar.

HyunA colocó su mano en uno de sus brazos, acariciando su músculo y sonriéndole.

Taemin avanzó hacia ella y pegó su boca a la suya, chocando ambos pares de labios y colocando automáticamente sus manos en su cintura.

El pelinegro metió su lengua en su boca y cambió de posición su cabeza, bajando sus palmas a su trasero y apretándolo.

—¿Qué haces con mi novia?

Una voz lo hizo separarse, sin embargo, no sonó demasiado molesta pese a lo que había dicho, así como la chica tampoco se veía muy arrepentida de haberlo besado.

Posó sus ojos en el rubio que había aparecido a su lado.

Taemin relamió su labio y se separó de ella para acercarse a él.

—Dawn, él-

HyunA sonrió coquetamente al ver la escena.

Taemin le estaba devorando la boca a aquel rubio, y viceversa. Dawn le devolvió aquella intensidad, siendo igual de emisor que receptor.

En su aliento podía darse cuenta de que también había consumido como él.

Se separó de él y les dedicó una mirada a ambos, despidiéndose. No quería meterse en mierdas amorosas, además de que no era fan de los tríos.

Fue a cazar a su presa a otro lado y no tardó demasiado en encontrarla.

Su mirada se posó en el cuerpo de una pelinegra. Era un poco más baja que él y tenía un vestido menos escotado que el de esa chica HyunA.

Ya había recibido bastante por esa noche, ahora quería ser el activo, pero quería específicamente a una mujer. Le era más complaciente follarse a una mujer que a un hombre.

—Hola.

La morocha le sonrió.

—Me llamo Taemin—le sonrió de lado.

—Jisoo.

Paseó su mirada por su cuerpo—¿Te gustaría salir de aquí?

—Por supuesto.

 

***

 

Taemin despegó su cuerpo de la cama y tomó con su mano la cortina, corriéndola e impidiendo que la luz del sol ingresara.

Volvió a recostar su cuerpo desnudo en la cama e ignoró el ligero dolor de cabeza que tenía. Un ardor se extendió por su pecho, específicamente sobre sus pectorales. Aquello le permitió darse cuenta de que la morocha de anoche lo había rasguñado.

Miró a su lado y no notó su presencia, confirmando que se había retirado. Sin embargo, otra presencia en su departamento no tardó demasiado en hacerse notar.

—¿Fue un hombre o una mujer?

Taemin lo miró fijamente.

—¿Ambos?

Exhaló sonoramente por su nariz.

—¿Cómo entraste?—le dio la espalda y volvió a acostarse—Vete, Minho.

Oyó sus pasos acercarse a él y detenerse.

—¿Estabas tan drogado que no notaste que dejaste la puerta abierta?

—No te quiero aquí—Minho cerró sus ojos. 
No importaba cuántas veces siguiera viéndolo, él continuaba sintiéndose igual.

Enojado y destrozado.

—Yo no quiero verte así—replicó.

Taemin se destapó bruscamente y se levantó, quedando frente a él—Pues vete—elevó la voz, encarándolo y sin importarle el hecho de que estuviera desnudo—¿Por qué sigues molestándome, Minho?

Minho lo miró a los ojos. Taemin desvió la mirada.

Cómo deseaba estar borracho o drogado en ese momento...

De esa forma, las lágrimas se negarían a salir.

—Estás muy flaco—comentó con preocupación observándolo—¿Estás comiendo?

Un “Já” seco se oyó a los pocos segundos.

—Sabes que me preocupo por ti.

Taemin volvió a conectar su mirada a la suya. No le tomó mucho tiempo a Minho notar sus ojos húmedos.

Acercó su rostro al suyo, hablando con un tono calmadamente frío.

—Es muy tarde para eso.

La mirada de Taemin estaba llena de dolor e impotencia y su corazón dolía cada vez que lo veía.

Cuando se dio cuenta de que estaba a punto de dejar salir sus lágrimas, se alejó de él—Vete—soltó mientras buscaba con su vista su ropa interior.



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En el texto hay: shinee, 2min, jongkey

Editado: 25.07.2020

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