—Es en serio Venus. Si no abres ya mismo, la romperé. —escucho a Leo gritar mientras golpea mi puerta. Me sobresalto y voy a abrirle para luego correr a mi cama.
—Nena, en menos de dos horas tenemos que estar subiendo al autobús, creo que deberías estar un poco menos… desastrosa, para entonces. —esta vez es Lu quien me habla.
—No te daré protector solar a menos que me dejes dormir. —le gruño, e inmediatamente siento como la cobija me es arrebatada violentamente.
—Pues si no te levantas ninguno necesitara protector solar. —ésta vez es mi madre en complot con este par.
Abro los ojos y efectivamente mi habitación está invadida por estos tres personajes, cuya misión del día aparentemente sea no dejarme dormir. Voy a revisar mi teléfono y está totalmente descargado, así que lo dejo conectado sobre la mesita. Intento desperezarme y le pido a mi mama un poco de café, comento con mis amigos la fiesta de anoche y cuando me siento con energía suficiente, me voy a bañar, ya que en poco tiempo Paul pasara por nosotros.
Mientras estoy en la ducha escucho murmullos afuera, así que me apresuro para averiguar que están tramando mis amigos. Sin embargo, al salir solo encuentro a Lu con el teléfono en la mano y cara de conflicto.
—Mira la hora Venus. Se supone que ya Paul debería estar aquí y no responde mis mensajes, ni las llamadas. Nada. Leo fue a su casa, ya que sospecha que al igual que tú, no tiene intención de salir de la cama. —Dice si cambiar su gesto de disgusto.
—Bueno, en ese caso no te preocupes que él se encargara de hacer que mi novio cambie de opinión, así como hizo conmigo. Relájate muñeca que nos vamos de paseo. —le digo y la golpeo con mi cadera. Enciendo mi teléfono y voy a vestirme, al instante hay una llamada entrante de casa de Paul, lo cual me hace sonreír pues probablemente ya Leo está haciendo alboroto.
—Dime que mi hijo pasó la noche en tu casa. —es lo primero que me dicen al contestar, y me siento en la cama mientras proceso la información.
—Por favor Venus. No juegues conmigo, dime que está ahí contigo. —insiste Sophia, la madre de Paul. No soy capaz de articular palabra y Lu se percata de ello así que me arrebata el teléfono.
—Hola. Habla Lucia. ¿Qué desea? —dice ella al teléfono mientras yo intento recordar si Paul menciono que se quedaría con su papá, o si pensaba ir a algún otro lado, pero no sé nada.
—Entiendo. No hay ningún problema. En cuanto sepa algo le haré saber. Hasta luego Sophia. —dice finalmente Lu y me entrega el celular. Veo la pantalla y hay 7 llamadas perdidas del mismo número, y la primera fue a las 03:05. Supongo que desde entonces la madre de Paul noto que no había llegado a casa. Un sentimiento de preocupación me invade y veo a mi amiga sentarse a mi lado.
—Necesito que no te angusties, y si lo haces, que de algún modo conserves la calma. Paul no llego anoche a su casa. Su madre dice que en la madrugada escuchó un estruendo muy cerca, como un carro a toda velocidad, pero al asomarse no vio nada, y desde entonces ha intentado comunicarse contigo. —relata de manera pausada, como esperando mi reacción. Sin embargo nada sucede. Solo sigo repitiendo mentalmente la noche anterior para intentar dar con alguna respuesta.
#4081 en Detective
#2131 en Novela negra
#32035 en Otros
#10290 en Relatos cortos
Editado: 19.07.2018