Desperté con un gran dolor en mi cabeza.
Una mano en mi cintura me impedía ponerme de pie, confundida me giré y un Alex con los ojos cerrados, pareciendo descansar tan bien, me hizo despertar de inmediato, con rapidez.
-¡¿Pero qué mierda?! – grité provocando que se despierte y caiga de inmediato al suelo
Miré su torso desnudo e inmediatamente miré mi cuerpo, tan solo me encontraba con mi ropa interior, lo que me hizo ruborizarme
-Vaya… las chicas no suelen hacer esto – dijo adolorido mientras se ponía de pie
-¿Qué demonios sucedió? – dije alterada – Oh por dios, oculta eso – dije volteando a otro lado para no poderlo ver a él
-¿Qué? – miró su bóxer – No me digas que tú nunca…
-¡Nunca en la vida! – me puse de pie con nerviosismo, pero inmediatamente me arrepentí al recordar que no traía más ropa encima, solo la ropa interior – Mierda… – me cubrí con la manta de nuevo
-Rae – dijo él riendo – Esto es excitante
-No lo es – dije cerrando mis ojos sintiendo mi cabeza dar vueltas – Esto no debería suceder…
-Exageras – lo miré y el alzó la ceja
-Por favor cúbrete – dije y él me obedeció mientras reía – Dime que no hicimos nada
-¿No recuerdas nada de anoche? – dijo abrochándose el cinturón
-No – tragué saliva – Y prefiero no hacerlo
-Oh – frunció el seño – Bueno, yo… creo que me voy
-Si… deberías hacerlo – mordí mi labio, nerviosa
-Bien… adiós Rae – caminó hacia la puerta, pero mi voz lo detuvo
-Espera Alex – él se giró – Olvidas tu camisa – le lancé la camisa, la cual tomó
Él se puso su camisa y salió de la habitación, haciéndome bufar, por la ventana pude ver como él subía a su motocicleta y se iba de mi casa.
Me senté en la cama y de pronto sentí un bulto entre mis sábanas, de ahí saqué una chaqueta negra de cuero, sabía perfectamente a quien pertenecía.
Era de Alex.
De pronto un pequeño recuerdo venía a mi mente, era de aquella noche.
Tomé a Alex de su chaqueta y comencé a reír sin parar.
-Debo llevarte a casa – dijo él tomándome de la cintura – Estás tan ebria
-Eres un amor – dije riendo y acariciando su cabello – Me encanta tu cabello, aunque me gustaría que lo cortaras
-¿Cortar? – alzó la ceja
-Así podré verte mucho mejor – sonreí sintiendo mi mente dar vueltas
-Estás loca y ebria – me acercó a él – Me gusta
Entré al baño y me di una larga ducha.
Me vestí y salí de casa sin antes gritar a la nada que me iba, de seguro mi padre nunca me escucharía.
Caminé por las calles recordando lo bueno que era mi padre, lo talentoso y sociable que era.
Desgraciadamente, todo eso cambio de un día para otro.
Aunque el vecindario era lindo y las personas en él eran agradables, extrañaba mi antiguo hogar, dejando a un lado las burlas y la gente hipócrita, mi vecindario era igual de asombroso como este.
Extrañaba ver el amanecer junto con mi madre, sentadas comiendo helado o en épocas de frío, tomando un chocolate caliente, mientras contemplábamos el mundo.
Realmente la extrañaba.
Sin ella, mi camino está perdido y eso me hace tener la dificultad para encontrar una salida.
Regresé a mi casa, en la cual una Camila algo estresada se encontraba ahí, por lo que me acerqué con algo de prisa a ella.
-¿Sucede algo? – ella volteó a verme y asintió
-Necesito terapia de amigas – tomó mi mano y me llevó directo a su auto
Me subí y ella igual lo hizo, para luego conducir lejos del vecindario.
-Mi novio terminó conmigo – dijo ella conduciendo
-No sabía que tenías novio – la miré confundida a lo que ella suspiró
-No era mi novio oficial – suspiró y se puso sus lentes de sol – Nos acostábamos y salíamos a comer hamburguesas – me miró – Yo AMO las hamburguesas
-Lo noté – dije riendo un poco, a lo que ella me miró algo molesta por lo que dejé de reír – Y… ¿por qué motivo lo hizo?
-Cristine – dijo su nombre con cierto fastidio y molestia – La tipa que te dije
-¿Ella te lo robó? – ella asintió – Que perra
-¡Lo sé! – golpeó el volante - ¡La odio!
-Y… ¿A dónde planeas ir? – miré hacia adelante
-A la ciudad – suspiró entrando a esta – La terapia de amigas consiste en unas grasosas hamburguesas del mejor lugar donde podrían prepararlas
-Bien – murmuré y ella siguió conduciendo
Minutos después nos encontrábamos afuera del lindo local que parecía estar cerrado.
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Editado: 03.04.2021