Era extraño ver como uno de los restaurantes más populares de New Haven se encontraba completamente vacío. Literal, solo nos encontrábamos nosotros dos y unos pocos camareros a la vista.
―No sé por qué sospecho que tú tienes algo que ver con que el restaurante esté tan vacío.
―Cabe la posibilidad de que haya movido unos pocos hilos, ya sabes, gente que le debe favores a mis padres y a mí.
Solté una pequeña risa al imaginarme a Darren cobrando los favores que les debían. Encontraba el gesto lindo, aun cuando era demasiado excesivo, no me hubiera molestado si el restaurante estuviera lleno, lo importante era compartir este momento con él.
―Es un lindo gesto, amor, pero me hubiera dado igual estar con más gente porque tú eres la única compañía que necesito. ―Coloqué mi mano sobre la suyo y la fui acariciando lentamente.
―Aún quedan más cosas por ver, y créeme que te sorprenderás.
La cena fue transcurriendo con demasiada normalidad, aunque hablamos de como nos había ido el día y las visitas que tendríamos ese fin de semana. Con la llegada del postre quedé algo extrañada, ya que llegó lo que pedimos, el mismo camarero ―de forma disimulada― me entregó una pequeña hoja de papel y se fue.
Lo primero que hice fue arrugarla y dejarla a un lado, no me interesaba ver lo que contenía, pero Darren la agarró e insistió en que viera su contenido.
―Amor, no tengo ganas de ver que contenía.
Al final acabé cediendo ante él y miré el contenido de la nota. Mi boca por poco y se desencaja cuando leí aquello.
“Desde siempre he alojado sentimientos por ti, pero me ha costado mucho expresarlos por miedo a perderte. Parece mentira que llevemos casi tres años de relación y es por eso que quiero preguntarte…”
En el momento que alcé la mirada lo vi de rodilla frente a mí. Por instinto me llevé las manos a la boca ahogando el grito de sorpresa que quería salir, del interior de su americana sacó una pequeña cajita roja y aterciopelada.
—Dentro de unos años, ¿me harías el honor de casarte conmigo?
Al no poder hablar de la emoción solo asentía, las lágrimas ya hacían acto de presencia. Me levanté de la silla y me lancé a sus brazos, en aquel momento nos fundimos en un gran abrazo.
Hundí mi cara en el hueco de su cuello mientras lo abrazaba, mis manos se enredaron detrás de su cuello. De forma paulatina se empezó a escuchar la melodía de una de las canciones que más amo de Shawn Mendes, pero al escuchar su voz casi me dio algo, Darren se aprovechó de aquel momento de estupefacción y deslizó el hermoso anillo por mi dedo.
―Girate, por favor ―accedí ante la petición que me hizo y por poco se me cae el alama al piso. Él estaba allí. ―Sorpresa.
―¡Ah! ¡Te amo! ―Grité a todo pulmón, me dio igual que Darren estuviera atrás mío, apoyando su cabeza en mi hombro, estaba feliz.
La canción continuó y no me perdí ningún detalle del mini concierto que nos estaba dando, en un leve murmullo seguí la letra de la canción. En mi interior había tantas emociones que no sabía ni como interpretarlas, en tan poco tiempo habían sucedido tantas cosas, que me era imposible asumirlas con tanta rapidez.
Al terminar la canción corrí hacia el lugar en que se encontraba, quizás cavia la pequeña posibilidad de que algunas pocas lágrimas se me hubieran escapado, pero daba igual.
Estuvimos un buen rato en el restaurante, interactuando y cantando junto a Shawn. Aquel día no lo olvidaría nunca, por todo lo acontecido, lo mejor de todo fue que acabamos con unas entras y pases VIP para su próximo concierto.
Hice que Darren nos tomara fotos para conmemorar el momento, aunque no salía nada bien por el maquillaje ―de tanto llorar había quedado como un mapache―. Pero nuestra noche no acabó allí, sino en un lago ―en aquel sitio habíamos pasado grandes momentos desde el principio e incluso algunas veces, después de las carreras, nos acercábamos allí y disfrutábamos de la vista y de la paz que nos transmitía―.
―¿Qué hacemos aquí?
―Simplemente, quería sellar esta noche en el lugar donde empezó todo. Este sitio a sido testigo de toda nuestra historia.
Amaba esa faceta de él, siendo un romántico empedernido y dándole importancia a los pequeños detalles. Cualquier otro ya lo habría olvidado o ni siquiera le daría tanta importancia, sería algo inútil, pero allí estaba él demostrando que era diferente a los demás.
Holisss, perdón por desaparecer, pero estas semanas se me ha complicado la escritura. Hace un mes empecé a trabajar, y aunque he podido compaginarlo con la escritura, estas semanas me ha costado mucho continuar, ya que no siento la fluidez con la que suelo escribir, he llegado agotada a casa —sin ganas de escribir y solo he tenido energía para tirarme a la cama—...
Es por eso que estas dos semanas no he subido nada, me quedé bloqueada por completo. Además, al estar en verano y tener poco tiempo para pasarlo con mis amigas, intento aprovechar al máximo los días que las puedo ver, así que eso se traduce a no escribir.
Pd: Estoy dispuesta a escuchar teorías sobre lo que vendrá próximamente.