Nate con suerte me había saludado en clases de música. Había socializado más con Carter que conmigo, y eso me dejó un sabor amargo en la boca. Carpi me dijo que le hablara o que le preguntara cosas, pero cuando lo hice él realmente no parecía interesado en responderlas, así que deje de intentarlo.
Cuando el profesor lo hizo cantar una parte de la canción que Nate cantaría en el partido del viernes, su voz me sonó tan vacía que me resulto extraño, no era problema de él, sino mío. Hace un par de día me derretía con tan solo escucharlo hablar, me encantaba la forma en cómo cantaba cada estrofa y la forma de su rostro al expresar sus emociones, pero hoy, simplemente había estado vacío.
Tal vez haya sido por la forma en que no me trato. Si hubiera sido más amable conmigo o más interesado en mí, hubiera sentido lo mismo que sentía hace un par de días. Si tan solo Nate fuera como me lo imaginaba en mi mente…
Mi historia de amor no debería ser así, yo no debería estar rogándole a alguien que me preste atención, porque debería ser al revés, y él no debería ser tan arrogante.
Cuando las clases terminaron decidí volver a casa caminando, hace mucho tiempo que no caminaba un buen trecho, necesitaba despejar mi mente del mal día que había tenido. Caminé hasta que la lluvia comenzó a caer otra vez, ya que tuve que refugiarme bajo el techo de una cafetería hasta que la lluvia se calmara un poco. Me senté en una de las mesas que se hallaban afuera y esperé con impaciencia que las gotas de agua dejaran de caer sobre el cemento.
Me senté en una mesa cerca de la ventana mientras esperaba con más molestia que el mesero se dignara aparecer con mi taza de café y más comentarios fuera de tono. El día no podía empeorar.
El chico de ojos oscuros y cabello lacio y negro apareció con mi pedido y lo dejó sobre la mesa con sumo cuidado. Me sirvió el agua caliente y dejó las dos bolsitas de azúcar en su lugar.
El calor de la taza de café calentó mis manos los minutos siguientes, estaba intranquila en aquel local, pero no tenía adonde más ir para refugiarme de la lluvia, así que me tragué mi incomodidad y esperé.
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Editado: 14.05.2019