Nadie amaba la música lo suficiente como para esforzarse en cantar bien. Pagaron por mis canciones favoritas, pero ninguno de mis compañeros fue capaz de cantarla bien. Eran un desastre.
Sky y yo no tuvimos que soportar mucho rato más de pie sobre los tacones, ya que a las 12:30 terminó nuestro turno y fuimos remplazadas por otros.
No sentamos en la misma mesa con Phill, Elliot y la madre de Sky, cosa que a mí no me incomodaba, pero que al parecer a Carter sí. Era comprensible, estaba compartiendo mesa con Elliot, pero para mí él ya había dejado de ser un problema. Me trataba bien, era amable y ya no hacía comentarios hirientes. Éste era otro Elliot, y no entiendo porque Carpi insiste en odiarlo. Las personas cambian, crecen y maduran.
Minutos más tarde, Nate fue el siguiente en subirse al escenario. Todas contuvimos el aliento y nos dimos vuelta a mirarlo. Llevaba una guitarra electro-acústica roja sujeta con una correa a su hombro, la conectó a los amplificadores y se acomodó el micrófono a su altura. Iba vestido igual que todos, elegantemente. Era un ser despreciable.
Talking to the moon, Nate estaba cantando el gran éxito de Bruno Mars, y Sky amaba a Bruno Mars.
¿Qué era lo peor? Nate cantaba malditamente bien, le hacía tributo a un personaje tan maravilloso como Brunito y odiaba que lo hiciese, porque me hacía pensar que era un romántico sin remedio. Sky se merecía algo mejor, todos teníamos en claro aquello, pero en esos momentos, costaba pensar que Nate era un imbécil.
Terminó la canción siendo aplaudido por todos, incluso la madre de Sky aplaudió confundida junto a su futuro marido y Elliot. ¿Nosotras? Nos quedamos de piedra. Estuve a punto de aplaudir por cortesía, pero me reprimí al ver el rostro de mis amigas que estaban echando humo. Lo siguiente que vi en los próximos 5 segundos fue a Sky diciéndole algo al oído a Carter, ella se levantó de su silla y se dirigió al escenario. Quedé de piedra, Carpi iba a cantar.
Miré a Sky perpleja, pero ella solo sonrió con suficiencia, no se veía afectada por la canción de Nate, al contrario, tenía un rostro calculador y despreciable, aquello si me dio miedo. Eli dio vuelta su silla completamente para quedar de frente al escenario, y yo hice lo mismo después de unos segundos.
La mayoría de mis compañeros se detuvieron al ver a Carpi en el escenario, probablemente ni siquiera ellos sabían que mierda era lo que hacía esa chica ahí arriba.
#44152 en Novela romántica
#7216 en Chick lit
primer amor, amistad y humor, drama amor adolescente dolor y perdida
Editado: 14.05.2019