Semana de locos, he tenido unos días realmente enloquecedores. A pesar de todos los exámenes y trabajos que tuvimos que entregar esta semana, sentí que fue la mejor semana de todas. Sí, estoy loca, pero nuevamente recalco que fue una gran semana.
Sin duda me agoté de hacer tantas cosas en tan solo cinco días, pero valió la pena. Fueron días enloquecedores porque realmente me he sentido extraña con una situación que en el fondo me da miedo.
Por un momento creí que Jessie solo sería una gran amiga, pero eso no fue lo que sentí la primera vez que la vi en esa tienda.
¿Cómo explicar algo que ni siquiera yo entiendo a la totalidad?
Fue un flechazo ¿tal vez? Nunca lo sabré, pero lo que sí sé es que intenté convencerme de que solo sería mi amiga. Cuando apareció ese día frente a la clase, pensé que mi mundo empezaba y terminaba ahí. Fue la mezcla de emociones más rara que he sentido.
Los nervios no cesan nunca cuando ella me habla, y odio que mis amigas digan su nombre cuando estamos juntas, porque me hacen pensar en lo maravillosa que es. Sí, puedo visualizarla perfectamente de tan solo escuchar su nombre. Es un acto enfermo.
Cuando Jessie me invitó a la biblioteca el jueves pasado fui con la mejor intención de ayudarla en la búsqueda de los libros que necesitaría para ponerse al día con la materia de la escuela, no pretendía que mis sentimientos se alborotaran de esa manera.
Fuimos a la biblioteca y ella buscó todo lo que necesitaba, aunque había a lo menos dos libros que no logró encontrar. Conversamos acerca de nuestros pasatiempos y le comenté que jugaba futbol, mientras que ella practicaba surf en Australia junto a su hermano menor Adam. Tenía dos gatos, uno llamado Sebastian y una gata llamada Ariel. La sirenita era su película de princesas favorita. Supongo que todo lo relacionado con el mar le encanta, prácticamente nació y se crio en la playa.
Hubiera querido preguntarle acerca de lo ocurrido con sus padres, o la razón por la cual se mudó aquí, pero no me atreví a invadirla de esa manera.
Tomamos un autobús que pasaba cerca de su casa y que a la vez me dejaba cerca de la mía y nos fuimos conversando acerca de los gatos. Yo amo los gatos. Lamentablemente Jessie tuvo que dejar a los suyos en Australia, ya que su padre sufre una alergia a los animales domésticos y el trámite para transportar animales de un continente a otro era excesivo. Le pregunté si alguna vez volvería a Australia, y aunque ella pareció insegura de su respuesta, dijo que sí planeaba ir para las vacaciones de verano. No faltaba mucho para las vacaciones de verano, talvez se le debió haber ocurrido mudarse antes y no a finales de semestre, pero talvez su decisión fue tan apresurada e inesperada que venir a terminar su año escolar a otro país, había sido por una causa urgente.
¿Qué es lo que Jessie estaba evitando en casa? ¿De qué había huido? Me daba miedo preguntarle.
Desde que Jessie se despidió de mí con un abrazo y una mirada demasiado absorbente en ese autobús, he estado intentando controlar muchos sentimientos a la vez. He estado guardándome todo ahí adentro y siento que en cualquier momento podría explotarme en la cara. Pero ha sido la mejor semana porque a pesar de toda la confusión que me provocan estas emociones nuevas, he sido feliz, más de lo que he sido en mucho tiempo.
Jessie solo ha sido buena amiga conmigo, pero yo no puedo evitar pensar en ella de otra manera. Me mira a los ojos con una sonrisa en los suyos, sonríe de manera delicada y le gusta tocar mi brazo de vez en cuando para darme la razón en alguna cosa. Ninguna chica me ha hablado ni mirado de esa manera. Es aterrador y maravilloso a la vez.
Sabía que tenía que controlar mis sentimientos hacia ella, porque si dejaba volar mi imaginación o iba muy lejos con mi entusiasmo, me golpearía muy fuerte contra el cemento de la realidad.
¿Cómo decirles a tus amigas que te gusta una chica? ¿Cómo darles aquella noticia a tus padres? No, yo no podía.
Intentaba todas las mañanas de convencerme a mí misma que Jessie jamás me vería de otra forma que no fuese amistosa, por lo tanto nunca llegaría al extremo de tener que comentarle nada a nadie, pero esa mañana Jessie había aparecido en la puerta de mi casa y me había olvidado de recordarme que ella no me quería.
Durante la prueba de vestidos me sentí cohibida ante ella, la cual admiraba el trabajo de Sky pero también admiraba como lucíamos cada una. Debería alegrarme que Jessie tuviera ojos para todas y no se concentrara solo en mí.
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Editado: 14.05.2019