Dijiste vete ya, que no quiero lastimarte ojalá hubiese escuchado lo que soltaste esa vez, en cambio, sonreí sin saber que amarte iba a ser el peor error que podría a cometer.
Dijiste aléjate, que no sabes quién he sido, pero el brillo de tus ojos no me lo dejó creer y juré que no era nada si no estaba contigo pronto descubriría que todo era al revés.
Dijiste huye de mi, que soy un hombre herido y sentí un fiero impulso por ser tu medicina, pero con todos los intentos de cuidar de tus pasos solo cavé una tumba donde me enterraste en vida.
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