Como sombra que en las tinieblas de un olvidado refugio secuestrado se
encuentra, así me encuentro yo. Temeroso a la luz del día y al fuerte frío de las
tinieblas, Aquí me encuentro yo. En el mismo sitio que un día pronuncié un te
Amo cuando de espaldas despedías sin risas.
Casa triste que a hombres asusta en su cercanía, pedestales enormes y una cerca
caída, maderos curtidos con techos desprotegidos, aguantan un poco que aquí me
encuentre yo. Viviente en las lejanías de tus tristezas o quizás en una de las
sonrisas gigantes de niña, hoy mujer buena, buena mujer y amante también.
Poso de enormes renacuajos que en las noches de lluvia ahuyenta la soledad y las
ganas de verte volver, ahuyenta de mí el temor de volver a morir. El viento sopla
al mismo horizonte en que a mi pecho tú dormías. Sopla y sopla como olas en el
aire, menos húmedos que aquel tú llanto pero que siguen ahogando mi felicidad.
¿Dónde te encuentras amada mía? -donde, que en tu alegría se halla la mía,
regresa para darme de nuevo la tranquilidad de haber sido mía, darte un beso y
decirte que te quiero ver de nuevo linda. No eres mía ni del viento que siempre te
acaricia, eres la esencia y el ejemplo de una dama perdida.
Aquí de nuevo me encuentro yo, donde la tristeza fue nuestro olvido y el amor fue
nuestro perdón, cansado no estará mi corazón cuando a mi presencia quieras de
nuevo llegar a ver. No temas que al igual que ayer, aquí, un abrazo espera por ti.
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