Chloé
Desperté en la mañana, pero ahora no estaba en casa de Samael, si no en la mía, por fin voy a estar en paz, pensé, pero creo que mi paz duro muy poco, escuché ruido en la planta de arriba, ahora ya no tenía miedo, sabía que era Samael, buscando mi libreta, el prometió irse después de revisarla, así que me pare fui por galletas a la cocina y después fui a ayudarlo, a decir verdad ya quería que todo esto acabará, quería tener por lo menos unos días la casa sola, para estar en paz, iba llegando al despacho de mi padre cuando el teléfono de la casa sonó, fui corriendo a contestar
-Bueno?- dije, esperando a que contestaran, pero no contestaron y colgaron, se me hizo raro
-No puedes hablar con nadie, hasta que yo me valla y pobre de ti si hablas con alguien sobre mi- dijo Samael, con el cable del teléfono en la mano, bueno ahora sabía que había pasado, desconecto el teléfono
-Ok, don enojon- dije en voz baja pensando que no me iba a escuchar
-Me dijiste enojon?- dijo el volviendo hacia mi, que tan mala suerte puedo tener
-Pues es la verdad, eres muy enojon, egoísta, orgulloso y posesivo- dije, tratando de sonar segura de lo que le decía, y era la verdad todo lo que dije, el era así y por eso me caía mal, pero el en ves de enojarse se comenzó a reír, por qué se ríe? Pensé, se supone que era para que se enojara -Acaso dije algo gracioso?- le pregunté un poco molesta, el se acercó a mi oído y me susurro
-Me encanta cuando te enojas- se retiró al despacho de mi padre y me dejo ahí sola, sentí como mi corazón empezó a latir, a decir yo no estoy acostumbrada a que me digan cosas así, era raro, me quedé plasmada sin nada que hacer o que decir, para mí suerte tocaron a la puerta, me diriji a ella y récorde lo que dijo Samael no podía hablar con nadie, según el, abrí la puerta y me di cuenta de que era mi vecino
-Hola Chloé- dijo con una sonrisa, el era alto, de pelo cafe al igual que sus ojos, traía shorts y una camisa, se veía bien, siempre jugábamos juntos de pequeños pero después se fue un año a estudiar lejos y después de ahí nada volvio a ser igual
-Hola Héctor, que paso?- dije un poco nerviosa
-Se que es raro, pero tú mamá me marco, me dijo que viniera a ver que todo estuviera bien, por qué dice que no le contestas las llamada ni los mensajes- dijo y en eso recordé que Samael tenía mi teléfono, bueno creo que ahora sí estoy en problemas
-Estoy bien, nada más que se me perdió el teléfono y el de la casa creo que no funciona bien- menti, no me gustaba mentirle a la gente pero no le podía decir que alguien me había "secuestrado" y me quitó el teléfono y que aparte está arriba buscando un cuaderno,
-Amor que haces?- escuché a Samael decir atras de mi, espera me acaba de decir amor?
-Lo siento, no sabía que tenías compañia- dijo Héctor un poco confundido, Samael se acercó más y me tomo de la mano, sentí una sensación extraña, bueno en realidad todo era extraño -Bueno pues creo que debo irme, Chloé márcale a tu mamá si quieres te puedo prestar mi teléfono para que le marqués-
-No te preocupes, yo le puedo prestar mi teléfono- dijo Samael acercándose cada vez más a mí, yo no dije nada, no podía moverme estaba paralizada ante lo que estaba sucediendo, debo tranquilizarme, tome un poco de aire y me arme de valor
-Si no te preocupes Héctor yo hablaré con mi mamá, por eso le hable a Samael, para que arreglará el teléfono de la casa- dije el solo me vio y se despidió yo cerré rápido la puerta, ahora como le explicó que Samael no es nada de mi, estaba demasiado nerviosa y enojada
-Dame mi teléfono- le dije a Samael enojada, el me vio de reojo y se fue-Te estoy hablando o acaso estás sordo- dije casi gritandole, el se volvió y se acercó al telefono de la casa, saco un cable y lo conecto
-Solo vas a marcarle a tu mamá y le dirás que todo está bien- dijo, fui rápido a tomar el teléfono y empecé a marcar, vi como Samael se quedó ahí viendome y escuchando
-Chloe- grito mi madre al otro lado del telefono
-Mama, que paso?- dije esperando a que no se enojara
-Hasta que me contestas, por qué no respondías mis llamadas? Mandé a tu tía ayer en la noche a que fuera a verte pero dijo que nadie le abrió la puerta, te mandé 30 mensajes y ninguno respondiste, te marque como 50 veces y no contestaste me tenías con pendiente, tuve que decirle al vecino para que pudiera hablar yo contigo, así que la pregunta es para ti, que paso? Por qué no contestas?- dijo muy enojada, yo solo veía a Samael tratando de decirle telepática mente de que todo esto era su culpa, pero el solo tenia una sonrisa en su rostro
-Lo siento mamá, se perdió mi teléfono y se descompuso el de la casa, tuve que llamarle a alguien para que lo arreglará, y hasta ahorita pudieron arreglarlo, pero ya no te preocupes, ahora me tengo que ir a estudiar por qué mañana es mi examen así que adiós, y me saludas a Mar dile que la quiero y que la extraño- y diciendo eso colgué, no esperaba respuesta de mi madre, además sabía que estaba muy enojada conmigo así que es mejor que se le pase
-Todo esto es tu culpa- le dije a Samael más molesta de lo que ya estaba, el me miró confundido, vi como se paró, listo para huir, pero está vez no se iba a ir ahora sí me iba a escuchar, así que le grite con todas mis fuerzas
-Vete a la mierda- y con eso descargue todo mi coraje y odio hacia el.