90 minutos para enamorarnos

Capítulo 4: 90 minutos

Summer se sentía un poco nerviosa bajo la mirada gris de Noel, sus respiraciones todavía estaban aceleradas mientras permanecían apoyados contra la pared metálica del elevador. ¿Qué tenían que hacer a continuación? Summer nunca había sido buena para coquetear con alguien, sus relaciones solían durar máximo tres meses y Noel no era mejor, por alguna razón nunca supo hacer que alguien se quedara.

Si ellos daban un paso más, podrían comenzar algo entre ambos o podían mantener estos minutos en su memoria y volver a ser aquellos vecinos que se saludan cordialmente cuando se encuentran.

—¿Qué harás hoy por la noche?— le pregunta el chico a Summer.

—Estaré trabajando horas extras— responde y observa como el ceño de Noel se frunce considerablemente.

—¿Trabando? ¿No irás a casa a cenar?— Summer aparta la mirada y baja sus ojos a sus manos.

—No, tengo que ir a la oficina— dice en voz baja y por un momento se siente avergonzada de su manera de actuar.

Noel había perdido a su hermana y sin embargo disfrutaba tanto de la Navidad que se había vestido con un traje rojo y una corbata navideña. Por otro lado, ella se había negado a volver a casa, no había escuchado villancicos y odia ver aquellos anuncios en los centros comerciales. Probablemente las ventanas de su departamento eran las únicas que no tenían aquellas series de lucecitas de colores y no había un árbol con regalos debajo de él que la esperara al volver a casa.

Había dejado que el dolor cubriera por completo aquellos sueños de pequeña, se había encerrado en la pérdida de su padre que no se dio la oportunidad de conocer a nuevas personas, incluyendo a la nueva pareja de su madre.

—Eso es malo— dice Noel en voz baja.

Entonces Summer no sabe qué decir o qué hacer y permanece dentro de sus pensamientos. En realidad, había sido bueno quedarse atrapada junto a él. Sus manos se cierran en un puño manteniendo dentro un poco de la tela de su falda. No quería que saliendo de este elevador, su vida volviera a lo que era antes. No quería que Noel fuera simplemente su vecino y tampoco quería volver a trabajar hoy.

Quería volver a casa.

Permanecen un par de minutos en silencio, ambos estaban nerviosos, cuando de repente, el elevador comienza a moverse ligeramente. Las manos de Summer se aferran al tubo metálico, dejando una marca de arruga sobre su falda que anteriormente estaba en perfecto estado.

Levanta su mirada y ve que unos hombres habían abierto las puertas del elevador, ambos sonríen con alivio. Y luego escuchan que les gritan.

—¿Pueden subir hasta aquí?— Summer intenta subir sus pies al tubo para después levantar sus manos hasta el lugar donde estaban los hombres.

Su pie se resbala, pero antes de que pueda caer unas manos sujetan firmemente su cintura, las mejillas de Summer se sonrojan bajo el tacto de Noel.

—Sube, te estaré sosteniendo— escucha decir y asiente.

Con ayuda del chico es más fácil subir, le falta un poco para llegar, sin embargo uno de los hombres le tiende una mano y le ayuda a subir. Sujeta con fuerza su pecho tratando de calmar los acelerados latidos y piensa si eran por la emoción de finalmente salir o por Noel.

El chico de ojos grises sale rápidamente y sus miradas se encuentran. Se arrodilla a sus pies y le ayuda a colocarse sus zapatillas de tacón, el rostro de Summer se pone de un color más rojo, si eso es posible y se siente avergonzada por no recordar que sus pies estaban descalzos.

—Gracias— le dice y Noel le responde con una amplia sonrisa.

—Han pasado 90 minutos desde que nos quedamos atrapados. Llegarás tarde a tu trabajo— le dice y ella asiente.

Observa su alrededor por última vez y se marcha con dirección a las escaleras. Algo en ella gritaba que no podía marcharse así nada más, que era la última oportunidad que tenía para cambiar su vida, para vivir como su padre hubiese deseado.

Para convertirse en la persona que haría que su padre se sintiera orgulloso.

Detiene sus pasos y vuelve su cuerpo encontrándose con la mirada de Noel. Camina rápidamente hasta donde se encontraba, cuando la distancia que los separa son unos pocos centímetros, dice.

—No iré a trabajar— los ojos del chico se abren con sorpresa. —Volveré a casa y cuando regrese nos veremos, si quieres que eso suceda— termina con su voz nerviosa.

—Lo quiero— responde Noel y ambos se miran con una sonrisa.

Summer toma el rostro de Noel entre sus manos y une sus labios en un tierno beso. Se sentía bien, como si esto estuviera destinado a pasar, tal vez por eso no funcionó con nadie más piensa la chica mientras las manos del hombre rodean su cintura, manteniendo sus cuerpos juntos.

Se separan lentamente y suben juntos las escaleras, cada uno a su departamento. Por el momento, ambos tenían sus propios asuntos para resolver: Summer tenía que preparar sus maletas y anunciar en la oficina que no iría a trabajar mientras que Noel, tenía que ir a casa a la cena de Navidad.

Pero se encontrarían y verían que pasa entre ambos, había sido inesperado que esto sucediera entre ambos. Se conocían de vista y nunca imaginaron que algo tan improbable como enamorarse pudiera suceder en un elevador.



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En el texto hay: navidad, amor, elevador

Editado: 19.12.2021

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