Taehyung.
¿Cuál es la mejor manera de decir un “perdóname”? Crear una canción sobre ello.
Me gusta crear canciones de vez en cuando, escribir la letra y darles melodía, sacar parte de mis emociones en ellas, sin embargo, no había hecho una canción con tantos sentimientos involucrados y tantas cosas que decir en un lapso de tres minutos. Yoongi tenía razón, debía hacer mi mejor esfuerzo para disculparme con Ariana, motivo por el que continúe despierto luego de que fuéramos a su casa a descansar.
Terminé con el cabello revuelto de tanto jugar con él para concentrarme y sacar lo mejor de mí, una botella de vino vacía y unas cuantas hojas arrugadas a mi alrededor, adornando el suelo donde me había quedado sentado con los pies descalzos. Cuando él fue a verme alrededor del mediodía, entrando al cuarto de huéspedes donde me quede, no pareció sorprendido de encontrarme de esa forma, murmuró un “aséate y ven a desayunar, luego regresa a dormir antes de que te desmayes”.
Terminando ese descanso, fui con JungKook, para averiguar si alguna de las melodías que tenía guardadas combinaba con la letra de mi canción, hallando una que le quedo de maravilla, haciendo que le diera un gran abrazo, dejándolo con la boca abierta, al ser la primera vez en mucho tiempo que lo hago por voluntad propia. Al regresar a mi departamento, me detuve de pronto en una juguetería, pues uno de los peluches de la vitrina, más específicamente un zorro pequeño, llamó mi atención, entrando para comprarlo.
Continúe con mi recorrido yendo con Namjoon, para que revisara la letra y melodía, ayudándome junto a Hoseok para hacerle unos arreglos, y cuando estuvo lista, la grabe en el estudio de Yoongi, guardándola en una pequeña tarjeta para insertarla en una pequeña grabadora que puse en el interior del peluche. Jimin me ayudó con eso, cosiéndolo con mis propias manos, tal como me enseño mi abuela hace un tiempo.
Logramos conseguir una especie de botón para colocarlo en su oreja, y de ese modo, comenzara a escucharse la canción. Al estar eso listo, escribí una carta con mi puño y letra, expresando una vez más mis más sinceras disculpas, abriéndole parte de mi corazón, porque ella no merecía ese lado idiota de mí, merecía educación, cariño y buenos modales. No fue una acción tan difícil de hacer, tampoco era incómodo, fue algo ligero y agradable.
Al sentirme satisfecho, fui buscarla al departamento donde vive con su tío, donde desafortunadamente no pude encontrarla. Su tío parecía confundido de que la fuese a buscar todos los días, al menos dos veces, pero nunca pregunto nada, fue bastante discreto y amable al decir que le diría a Ariana que la estaba buscando. Tampoco tuve mucha suerte en la cabaña, pues el guardia no me dejaba pasar, algo que estaba bien, si no fuese tan terco.
Hoy fue el día que decidí ya no esperar más, así que caminé alrededor del enorme muro de piedra que rodeaba la propiedad, buscando alguna posible entrada. Gracias a un contenedor de basura bastante resistente, pude subir en él y llegar a la orilla del muro, ayudándome de un árbol cercano para pasar al otro lado y bajar con cuidado al suelo, siendo escondido por la vegetación del lugar.
No quise ser más entrometido y entrar a la casa, me conformé con dejar mi presente frente a la puerta de la misma, regresando por el camino improvisado que hice, cuando al llegar al árbol, unos gruñidos llamaron mi atención. Tragué duro, sintiendo mi frente comenzar a transpirar, girando para encontrarme a uno de los perros guardianes de la propiedad. No le tengo miedo a los perros, me llevó bien con ellos, sin embargo, para este soy un desconocido, una posible amenaza.
Olvide por completo a los perros, por el simple hecho de que los dejan sueltos más tarde, no pensé que ahora estuvieran merodeando, de lo contrario, me hubiese asegurado de estar prevenido con algún premio o algo así. El miedo a que pueda atacarme me hace quedar inmóvil, no quiero darle ninguna clase de motivación, orando internamente por un poco de ayuda, cuando Ariana aparece, hablándole al perro antes de verme con sorpresa.
Mi regalo se encuentra siendo sostenido por una de sus manos, mientras que el perro se muestra dócil y servicial ante su presencia, agitándole la cola y sacando la lengua en leves jadeos, hasta que su voz preguntándome que hago aquí lo hace volver la atención a mí, gruñéndome un poco más alto, poniéndome aún más nervioso.
–B-bueno… –tartamudeó, aclarando un poco mi garganta –esa una larga y graciosa historia
–Afortunadamente, ahora tengo el tiempo y la disposición para escucharla –dice ella, bajando la mirada al perro –. Thunder, tranquilo, Taehyung es amigo –le explica, palmeando dos veces su cabeza, lo que hace que el perro adquiera una postura más relajada, sentándose en sus patas traseras –. Ven, Thunder no te hará daño.
–¿Segura?
–Por supuesto.
No dudando de su palabra, camino con lentitud hacia ellos, y cuando me pide mi mano, se la entregó sin ninguna clase de titubeo, acercándola hacia el perro para que la olisqueé. Su nariz húmeda en mi palma me hace cosquillas, pero es cuando su lengua pasa de manera continua que comienzo a reír, dejándole un par de caricias detrás de las orejas, algo que parece gustarle, cuando se acerca más a mí.
–Que dulce –murmuró maravillado.
–Lo es cuando le dan la oportunidad de conocerlo –menciona Ariana, llamando mi atención –. ¿Me dejaras conocerte esta vez, Taehyung?