Ellen y yo estábamos sentadas en uno de los pasillos, en el piso, contemplando las paredes revestidas de mármol; en el comedor secundario no se podía conversar sin tener que gritarle a la otra persona.
A los pocos minutos apareció Eric cubriéndose la mitad del rostro con la mano. Se acercaba a nosotras demostrando su malhumor en el brincar de sus hombros. De pronto Ellen esbozó una sonrisa burlona; no había nada gracioso en el caminar endemoniado de él.
—¿Qué te ocurrió? —pregunto Ellen, tragándose la risa.
—¡Ay, cállate!
—No seas hostil. Ven acá. —Palmeó el porcelanato—. ¿Qué tan mal está, eh?
Eric se sentó a su lado y retiró la mano dejándonos ver el surgimiento de un hematoma.
Me contraje, perturbada.
—¡Dios mío!
—No está mal... —dijo Ellen, cambiándolo de ángulo por la barbilla—. ¿Qué pasó?
—Fue Danniel. —Eric se toqueteó el ojo—. Pero no creas que se lo dejé pasar.
—A ver —Ellen se cruzó de brazos—, ¿qué le hiciste?
—Le disparé. En serio no quería hacerlo, pero tuve que actuar cuando se le pasó por la cabeza el brillante pensamiento de tumbarme.
Su ojo parecía encogerse. Me incliné hacia delante:
—¿Seguro que estás bien?
—Sí, no te preocupes. Si no lo hubiese inmovilizado a tiempo, pudo haber tenido la oportunidad de cometer un crimen —Llevó la vista hacia Ellen—, un crimen bien merecido. Destiny ya lo tenía al borde.
—Te jodieron, admítelo —dijo Ellen.
—Sí, y ahora Danniel está en la sala de recuperación. ¡Mucho que me jodió!
¿Todo un conflicto lleno de golpes y un balazo por el uso del fuego?
—Oigan, no comprendo cómo es que le hizo daño a ese chico… con fuego azul. ¿Incendió algo? ¿Lo quemó?
Ellen se incorporó apoyándose de las rodillas.
—Eso te lo explicará Eric, yo tengo que ir a mi siguiente práctica. Los veo más tarde. —Se despidió con la mano—. ¡Ah, y ve a que te apliquen algo! No querrás que empeore.
Aparté los ojos de sus pecas y los enfoqué en el hematoma del que ahora era mi guía.
—Bien, Nina. Antes de explicarte la situación primero tienes que saber quién es Destiny para que cuando la veas te alejes de inmediato. —Me observó con atención—. En serio. Es la chica más tóxica que vas a conocer en tu vida.
Enarqué las cejas, esperando a que comenzara a desglosarla.
Recostó la cabeza de la pared:
—A ver, a ver, Destiny es el tipo de persona que no necesita golpearte para herirte. Con las palabras es suficiente. Suele tirar la piedra y esconder la mano, ya sabes. Bueno, al fin y al cabo es hipnotista A-4.
Fruncí el ceño.
—Espera, ¿qué significa A-4? ¿Y te refieres a hipnotista como esos que duermen a las personas? ¿Como los de la televisión?
Volvió la mirada hacia mí, extrañado.
—Los hipnotistas, al menos aquí en el castillo, son aquellas personas que manipulan a la gente para que cedan a algo en específico. No duermen a nadie —aclaró—. A-4 es el nivel de experiencia. Más adelante te lo explicaré. Destiny últimamente ha estado buscándole problemas a Danniel porque...
—¿Quién es Danniel? —salté.
—Es un muchacho que desgraciadamente fue su novio. Desde que terminaron su relación, Destiny lo busca para que vuelvan.
—Ah... ¿Y por qué terminaron?
—¿Recuerdas cuando dije que Destiny era la persona más tóxica que ibas a conocer en tu vida? Bueno, fue por eso. Ella era muy posesiva con él; celosa y manipuladora, no lo dejaba moverse sin que antes le informara a dónde iba. —Negó con la cabeza mostrando lástima en su rostro—. Lo que pasó hace rato fue que Destiny atacó a Danniel mientras practicaba una nueva técnica con ayuda de Akami.
—¿Quién es...?
—Ya te lo explico —dijo de inmediato—. Akami es una chica coreana que se le da muy bien la defensa personal. Danniel la buscó para que le diera unas lecciones básicas. Entonces, por lo que pude ver en la mente de Destiny, ella había planeado desde hacía un par de días atacarlo en un momento donde estuviese solo para que no existieran testigos. Pero eso fue imposible. Danniel siempre está acompañado. Luego pasó lo inevitable.
—¿Qué? —pregunté ansiosa.
—Entró a la sala donde estaban practicando y comenzó a lanzarle agujas de fuego azul que hicieron que Danniel se debilitara y perdiera la vista.
Dudaba de la veracidad del relato.
Eric aclaró que el fuego azul no era como el anaranjado que todos conocíamos. Este no quemaba por fuera, sino que al hacer contacto con la piel causaba daño en los órganos, que dependiendo de la forma que se le diese, sería mayor o menor. Además, incluyó que las únicas formas que se le podían dar al fuego azul eran de aguja, tijera, cuchillo, puñal y flecha. Y hacer que ese tipo fuego en particular tuviese aspecto de arma era una de las actividades más complicadas por la alta precisión que requería.
Editado: 11.10.2021