Lunes 21 de Octubre, 11:36 pm
Querido Diario:
8:00 pm. Me dió una crisis a las ocho en punto. Me va entrando miedo y tristeza al saber que se acerca ese tiempo. Y también cuando oscurece. Me gustaba la noche. La noche me parecía maravillosa. Ahora le temo. Temo por ver el reloj y que falten para las ocho o que sean las ocho, incluso cuando ya pasaron dos o tres horas. No me gusta ver atraves de la ventana de la sala como el ocaso va soltando sus últimos rayos de luz.
Me da una tristeza profunda, pero mi corazón se acelera, como si se tratase de una mascota que espera a su amo, pero es todo lo contrario. Cuando una mascota ve partir a su amo y se le hacen las horas eternas. No creo que sea un buen ejemplo, pero es lo único que se me ocurrió. De nuevo, casi, le pongo un "mi amor" por mensaje cuando desperté. Quería hablar con él. Él me trae muchas alegrías. No pude dormir anoche. Lo intenté y lo intenté, hasta que dieron las 6:58 de la mañana. Desperté a las 7:30 am. Esa media hora de sueño me trajo un recuerdo. Soñé que estábamos en su casa. Nos estábamos preparando para salir con su familia, teníamos que estar elegantes y bien arreglados. Para mi sorpresa, lo vi por fin usando un traje, sentí una sensación maravillosa al verlo así. Era parecido a esa emoción en tu pecho cuando vas en una montaña rusa y ésta da muchas vueltas y va bajando muy rápido. Así sentí al verlo. Ese recuerdo lo estaba viendo como tercera persona. Como un fantasma entre mi Yo del pasado y Él. Desperté llorando. Como siempre que tenía un sueño lindo o una pesadilla se lo contaba a él, por inercia casi le escribo. Llevé a mi hermano a su escuela y normalmente duermo cuando llego a casa. Pero esta vez no pude. Me puse a meditar desde las 8 am hasta las 1 pm. Mi familia creyó que dormía. Si hubiera sido así, creo que estaría soñando de nuevo con él. Abrazandolo.
Me animé para escribirle. Con mucho temor a su respuesta le puse "¿Aún puedo desearte suerte en tu día?", mis recuerdos de cuando empecé a conocerlo y empezó a gustarme salieron a flote porque había lanzado el celular a la cama y me escondí detrás del peluche de un fantasma de Pacman que me regaló deseando que lo tomará bien. Para mi sorpresa así fue, lo tomó mejor de lo que creí. Me dijo que si podía, que hay que llevar lo que tenemos por buenos tratos ya que no estamos en malos términos. Después de eso tomé el valor para escribirle lo que quise desde un principio "Y, de vez en cuando, ¿puedo decirte que te amo o ya sería pedir demasiado?", el estómago se me revolvió. Si decía que sí al no poder decirlo, me quebraria otra vez. Contestó diciendo que lo dejaba a mi criterio. Okay, aquí empezaba el miedo.
A) Le digo que lo amo. Pero me arriesgó a que el no esperaba realmente que lo dijera. Y me pida que ya no lo haga.
B) Le digo todos los días que le amo. Pero me arriesgo a que se canse o que al hacer eso a él se le dificulte mucho más los asuntos que tiene por resolver.
Así que solo hice lo que pensaba correcto. Le desee un buen día y le pedí que se cuidará cuando regresara a su casa. Puso algo que me sorprendió, me preguntó si mi criterio no me permitió decirle que lo amo... "¿Que mierda...?" pensé. ¿En serio quería que lo dijera?
"Quiero decírtelo todos los días..." y le expliqué porque no lo hice. Había escogido la opción B. Parece que debí agregar una C, en donde se lo decía, sin temor. Su siguiente mensaje hizo que mi corazón chillara y saltara de emoción, casi como una chinchilla.
"No me cansé 4 años de oírlo, ni me cansaré ahora, sentiría más que es un apoyo para lo que tengo que hacer."
Dios. Lo amo. Y me dejé llevar...
"Entonces te diré lo que quería decirte ayer...
Te amo, te amo muchísimo. Escucho los audios que me haz mando y leo los mensajes que tengo destacados y ese sentimiento se confirma. Te extraño, no lo voy a negar, casi te mando un mensaje de <<Buenos días>>. Se siente como la dimensión desconocida. Siempre voy a estar aquí para ti. Y realme quiero estar ahí, en primera fila, viendo lo que estás logrando."
Lloré mientras escribí ese mensaje. Y eso que resumí lo que de verdad siento. Y borré lo que quería decirle. Me dijo que seré la primera persona que buscará cuando lo logre. Yo se que sí, cariño,te estoy esperando.
Le confesé "Y tu el primero, así como eras... mi novio, también te vi como un compañero, mi mejor amigo. Sigo viendote así". No le mentí. Se volvió mi novio, mi compañero, mi segundo al jugar, compartía chismes con él. Es mi mejor amigo también. Ahora, espero que sea todo eso aún, sólo que ya no tiene el título de novio.
"Para mi sigues siendo mi gran y unica amiga, y compañera."
Me estás matando lentamente, ¿sabias eso? Estoy segura de que no lo sabes. Me hizo sentir mucha calma que aún soy importante en su vida. Tanto su despedida del sábado y ese mensaje, me dan un poco de calma. Mis sentimientos y mi cabeza se vuelven locas y se van unas contra otras, eso cuando pienso de más las cosas. Y este caso no es la excepción.
Me dijo que cada vez que me sintiera así, que mis sentimientos y pensamientos me tengan inquieta por la situación, volviera a leer ese mensaje. Y pos supuesto que lo haré. Todos los días.
Pidió que hiciera lo posible para mejorar. Si supiera que lo hago, la herida sigue fresca, pero quiero superar todo mi mal. Para que deje de atormentarme y de atormententarlo a él . Tanto físico como emocional, lo intento. Estaré lista para cuando termine y me busque.
Sólo espero que cuando la campana de las 8 de la noche suene mañana mi corazón empiece a entender que no debe temer.
#39522 en Novela romántica
depresion y ansiedad, diario personal de una joven, amor adolecente y adulto
Editado: 05.11.2019