Miércoles 30 de Octubre.
Querido Diario.
Me disculpo por no haberte contado lo que sucedió ayer. Entré en una crisis. Volví a soñar que lo besaba, te juro que pude sentir la suavidad y la presión de sus labios sobre los míos. Desperté llorando. Otra vez. Afortunadamente, nadie me vio. Volví a leer la carta que me escribió y dejé un suave beso sobre ambas pequeñas hojas. Trato de alentarme pero cada día mi voz suena cada vez más falsa. No sé cómo lograré convencerme de ser la mejor y que nadie llega ni a las plantas de mis pies, si todos los días espero que el me diga que soy hermosa.
Fue mi culpa, fue mi culpa el provocar todo esto. Por mi actitud, el ya no me dirá que soy hermosa, que soy el amor de su vida, ni que me ama apesar de todo.
Hoy miércoles, me puse a limpiar. Lavé ropa, lavé los platos, hice la comida, quería distraer a mi mente pero desde siempre supe que aunque tenga mil tareas encima, mis pensamientos siempre sobresalen. No fue la excepción, me encerré en mi cuarto, saque roda la ropa de mi ropero y comencé a ponerla en orden y en su lugar otra vez. Tenía puesta la música de una playlist que hice inspirada en él. La hice hace tiempo, y le dije a él pero creo que lo olvidó. Cada canción se clavó en mi piel así que las cambié por un mix de soundtracks de películas Disney. ¿Puedes creer que casi lloro con "Hakuna Matata"? ¡¡CON HAKUNA MATATA!!!, ¡¿QUIÉN MIERDA LLORA AL ESCUCHAR ESA CANCIÓN?! Parece que solo yo.
Era el colmo. Cada noche pienso que la vida de los demás sería mejor si no estuviera. Mientras limpiaba, saqué mis viejas libretas dónde tengo escrito mis sentimientos desde la secundaria. Leí unas cuantas páginas. Parece que el mismo fantasma sigue en mi cabeza. Ana... Mencioné tantas veces a Ana. Le hablaba a ella como si fueras tú. Un diario. Le preguntaba cosas, esperando que llegara a responder al menos una sola. Maldita Ana, que sigue atormentando mi presente. Que sigue recibiendo dolor para que me afecte a mi. Maldito el día que apareció. Ni siquiera se como sucedió...
Yo no me sentía gorda (a pesar de estarlo) en el kinder, en ese entonces me defendía, no tenía amigos, pero encontraba la forma de jugar yo sola, pasó el tiempo y ya estaba en primaria... Tal vez fue ahí... Mis primeros años, recuerdo a una niña que me hacía bromas crueles, a otra que me insultaba a gritos en el salón, a otro que también me hacía bullying, me golpeó junto con sus amigos... Y nadie hizo nada, muchos vieron y no hicieron nada. En el taller de karate se burlaban porque no podía ganarme el siguiente cinturón. Me quedé en el blanco. Ahí también aprovecharon para golpear. Nadie sospechó. En danza folclórica, la ropa se veía mal, según mis compañeras.
Definitivamente, ahí comenzó todo...¿Por qué no lo había notado? Ya de ahí mis tres años restantes de primaria fueron en una escuela de gobierno cerca de casa. Ahí ya estaba sola, no era novedad. Pero empecé a charlar con gente. Tampoco quedé inmune al bullying, en esa época mis padres estaban, creo, ya separados o queriendo separarse así que también estaba mal en casa. Sin amigos. No tenía a nadie. Tapaba las orejas de mi hermana pequeña para que no escuchars nada. Ahora ella salió sin sentimientos, malcriada, rencorosa, grosera. Pero al menos, no la hieren fácil. Yo que soy adulta, soy un blanco abierto.
Incluso a esta edad recibo esa clase de abusos. Juro que podía escuchar a gente hablar de mi apariencia. Pero él me decía que no... Debí creerle. Si lo hubiera hecho todo sería de forma distinta y no estaríamos en estos senderos separados.
No sé cómo voy a borrar 7 años de los ataques de Ana, borrar esos recuerdos tormentosos. No sé...
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depresion y ansiedad, diario personal de una joven, amor adolecente y adulto
Editado: 05.11.2019