A la fuerza ©

09 [Soy un objeto a caso para ti, idiota]

Abro los ojos lentamente, se sienten pesados de tanto que llore anoche. Ya no triago las esposas puestas y estoy cambiada, me quiero largar de aquí.

Me levanto rápido, troto hacia el baño, hago mis necesidades y me lavo las manos junto con la cara, cepillo mis dientes, ato mi cabello en una coleta y me quedo viendo por unos segundos las feas marcas en mis muñecas de las esposas.

Es un hijo de puta.

Sino me llevara tan pesado con él tendría pensarlo en demandarlo, pero Lili lo ocupa, aparte que solo le darían un día en la carcel como mínimo, lo pondría enojado y ya vimos que es muy agresivo, no quisiera lidiar con él así más veces.

Mejor desde ahora ya no lo vuelvo a ver y listo, Deon jamás existió en mi vida ni yo en la suya.

Termino de abrochar las agujetas de mis tenis y guardo todo en la maleta, me comunico con Peter y le comparto la ubicación en tiempo real, saco un suéter y me lo pongo.

Por obras del destino, Deon se le olvidó pedirme la tarjetita dorada que se usa como llave, hoy sábado pasa el día entero con su familia adoptiva.

Mucho más fácil de irme.

Peter me avisa que llega en cinco y que comience a bajar, me echo la maleta al hombro y salgo de la habitación, es temprano no hay nadie abajo. 

Meto la tarjeta por la ranura y las puertas se abren, me adentro, pico el botón con el número 1 y empieza a descender.

Tengo el número guardado de Lili en mi teléfono, tecleo unos mensajitos de disculpas y le aviso que me voy, que no le diga nada a Deon y se cuide mucho.

El sonido del elevador me hace bloquear el teléfono y salir, saludo a Lane que me ofrece su ayuda, pero no la acepto. Peter me espera afuera, cuando me ve con el bolso grande negro, se va a la parte de la cajuela abriéndola.

- Pensé que solo querías salir un rato.

- No puedo estar más tiempo aquí con ellos.

- Vale, te entiendo.

Le sonrío, nos montamos al carro y conduce a una cafetería para desayunar.

- ¿A dónde piensas ir? - pregunta en medio de bocados, acabó el mío y bebo del rico café.

- Por el momento a ninguna parte fuera de la cuidad, pero quería pedirte si me dejabas quedar en tu casa por unos días.

- Claro, eres bienvenida.

- Gracias, solo en lo que consigo un departamento económico.

A él parece que se le iluminó el cerebro con una idea, toma mi muñeca y hago una mueca.

- No necesitas buscar - lo miro confundida - Recuerda el departamento que mis padres compraron para cuando saliera de la prepa, puedes quedarte ahí.

- Pero es tuyo.

- ¿Y? ¿Eres una desconocida? ¿A caso te consideras alguien equis en mi vida? - cuestiona indignado y algo molesto.

Niego y retiro lento mi mano se su agarre que me lastima, gracias a Dios que no se ha dado cuenta de mis marcas.

-  ¿Entoces, Grace? Si puedo ayudarte con eso, ahí está. 

- Eres el mejor amigo que pude tener.

- Lo sé, soy genial - se parta el cabello imaginario de los hombros, rio levemente y terminamos de comer.

***

- Es de un solo piso, del lado derecho está la cocina, en medio la sala y el otro lado son las habitaciones, hay dos. Agarra la que quieras.

Asiento, dejo mi gran bolso en el sillón color crema y observo mejor el departamento. Pequeño, pero acogedor.

Me gusta.

- ¿Seguro que vas a préstamelo? 

- Si, muy seguro.

- ¿Puedo hacer fiestas y traer a chicos? - pregunto jugando, me mira mal y con su dedo me niega.

- Fiesta no. Y si de chicos estamos hablando, solo se discreta. Recuerda, la que come en silencio, come más veces y mejor.

Creo que así no era, pero no digo nada y solo río. 

Nos la pasamos viendo películas en el cuarto principal que tiene una gran pantalla, a mí amigo le encantan los videojuegos tiene una igual en su cuarto de ahorita.

- ¿No estarás embarazada? - me atraganto con las palomitas, me levanto de su pecho y lo miro incrédula.

- ¿Por qué lo dices?

- Ultimamente estas comiendo mucho.

Oh no, por favor.

- ¿Me veo gorda? - le pregunto enojada y herida, le empiezo aventar las palomitas - ¡¿Qué si me miro gorda?!

Termino por aventarle también el tazón, se soba la frente y me atrae del brazo para abrazarme, intentó salir, pero se pone firme. 

- Ya, tranquila. Perdón tarántula no quise que pensaras que te insulte.

- No estoy embarazada - digo en tono agudo, siento un beso en mi cabeza.

- Esta bien, te creo. 

Lo abrazo yo también, en eso mi teléfono comienza a sonar. Estiró mi mano a la mesita de noche para ver quién es.

"Deon" 

Creo que ya se dio cuenta que no estoy en su departamento, suspiro y rechazo la llamada. Vuelve a sonar y repito la acción, debe estar que echa humo de las orejas.

- ¿Quién es? 

Lo pongo en vibrador y me giro Peter.

- Ya sabes.

- ¿No le dijiste que te ibas? - pregunta frunciendo el ceño.

- A él no, pero sí a Lili.

- Comtestale para ver qué quiere, a lo mejor es una emergencia si insiste tanto.

Dudó en hacerlo, mi teléfono no deja de vibrar y es irritante. Chisto la lengua y agarro el teléfono, me levanto y camino al baño.

- ¿A dónde vas? 

- Quiero hablar a solas - entiende mi petición, si empieza a gritar o amenazarme no quiero que escuche Peter.

Se me armara una en grande y es lo que menos quiero por el momento.

Espero a que vuelva a llamar y contesto.

>>¿Qué quieres?

<<¿Dónde estás?

>>Que te importa, déjame en paz.

<<No, no, tú eres mía.

>>No soy de nadie pendejo. Fue un error irme a tu departamento, arregla las cosas con Lili y desaparece de mi vida.

<<Jamás, te he elegido y nadie podrá cambiar eso.

>>¿Soy un objeto a caso para ti, idiota? Ya te dije Deon, déjame en paz y arregla tu vida de mierda.

Iba a colgar, pero su risa lenta y macabra me hizo quedarme estática. Aguante la respiración para que no lm notara nerviosa y espere curiosa a lo que tenía que decir.




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