Que tristeza.
Nuestra amistad pudo ser algo bonito, pero no lo quisiste así... Por Dios, ¿qué clase de persona eres? Y la única excusa que pones es, que es mi culpa. ¿Mi culpa? ¡¿Mi culpa?! A ver, usa la única neurona que te queda para pensar en esto y no para ser un idiota. Si tanto yo te importaba, si según tú, me protegías y me cuidabas, ¿por qué caray me mentiste?
Recuerda como empezaron las cosas:
Me decías que salías con una chica, muy bonita por cierto, inteligente, talentosa, de buena familia, demasiado perfecta para ti. Ella no quería nada formal contigo, pero tú, detrás de ella como un perro y yo ahí, como tu sombra, escuchando tus cuentos sobre aquel amor.