"Mi amor, ¡te extraño muchísimo!"
No debí creer en eso.
No debí aceptarte de nuevo.
"Yo también te extraño mucho" ¿Acaso mentí?
Me sentía rara, volverte a hablar y recordar todas las porquerías que me hiciste, no estaban en mis planes. Yo solo quería que vieras que no había odio, ni rencores, no volver.
Y no se como lograste convencerme.
Quizás fueron tus palabras.
"Te extraño muchísimo.
Te necesito....
Quiero luchar por ti.
Lo soporto todo por ti.
Seamos felices solo tu y yo.
Casémonos...
Ven a vivir conmigo
¿Tú no quieres intentarlo? (...)".
No lo se, ni aun ahora, no se si de verdad quería. Estaba sumergida en una eterna confusión.