Aun me iba con mi ex.
Pero ya no tenía idea de por que lo hacía.
Quería estar contigo, pero dudaba de que fuera a funcionar lo nuestro. Era un enorme riesgo dejar un chico por otro y que el otro salga peor.
"No se deja camino real por vereda".
Pero yo no se hacia dónde iba caminando, me sentía perdida. Aunque estuviera contigo, también estaba con él y no podía decidir con cual de los dos me quedaría.
Le dije a Teréh, mi mejor amiga, que estaría perfecto mandarlos a los dos a la mierda. Ella soltó una carcajada al aire, y no paró hasta media hora después.
Tenía que decidirme.
Me sentía culpable.
Me sentía sucia.
Estaba mintiéndote, aunque tú me hicieras lo mismo, yo no era como tú, a mí si me dolía.
Me dolía mentirte.
Pero no quería quedar como una boba.
Me había convertido en lo que más odiaba.
Por tu culpa, ¡tú me llevaste a eso!
Me sentía tan asquerosa, y repugnante.
Y lo más gracioso, me empecé a comparar con tu ex, que te hacía lo mismo. Quizás por la mismas razones.
Tanto pensar en ella, me hizo recordar que la etiquetabas mucho en publicaciones de amor, la mencionadas en comentarios y a mi no. Y pensé: "Seguro está esperando que yo lo haga primero. Él es así, es frío cuando no ve algún afecto hacia él".
Quise tomar la iniciativa.
Gran error.