A no es de amor

0 | Como comenzó todo

Audrey 

Una historia de amor puede comenzar de diferentes formas.

Encuentros causales entre los protagonistas, tirarle los libros, chocar por el pasillo, o conseguir el número de la persona y enviarle un mensaje “por equivocación”, acosarlo por años y mágicamente se fija en ti, que el sea tu niñero, que sea el hermano de los nenes que cuidas los cuales te aman con todo su corazón y son dos ángeles contigo –que esto no me pasó hasta mi actual trabajo porque antes de la niña que cuido los demonios me hacían la vida imposible– es tu vecino, el mejor amigo de tu hermano, tu mejor amigo, el mejor amigo de tu mejor amiga/o, el ex de tu amiga.. etc, etc, etc.

El mío es el del típico vecino.

David era mi vecino, vivía a 8 casas de la mía, era 3 años mayor que yo y tenía un hermano de mi edad, como debió de pasar yo debí poner los ojos en su hermano pero no, los fui a poner en él

Con el paso de los años ese sentimiento que surgió de la nada, permaneció conmigo, lo veía cuando tenía que pasar por ahí para ir a la escuela, para ir a la parada del autobús o a la tienda, claro, no todas las veces que lo hacía tenía la suerte de encontrarlo.

Los años pasaron, cumplí 14 años y el 17, iba en secundaria y el en preparatoria, casualmente los dos tomábamos el mismo autobús para llegar a nuestras casas y fue esa nuestra oportunidad para comenzar algo.

A todo esto el nunca mostró interés en mi, David era ese tipo de chicos que me veía pasar y saludaba por educación, no porque quisiera.

Fue por eso que me sorprendió cuando el dio ese primer paso.

Fue un lunes, el autobús iba muy lleno, llevaba la mochila a reventar, estaba cansada y estresada y de la nada sentí un dedo tocando mi hombro, voltee esperando encontrar a cualquier persona menos a él, y era él.

David me sonrió y me hizo la pregunta más estúpida que pudo hacer en ese momento

–Disculpa, ¿Me podrías decir la hora? –dijo, fueron 10 segundos los que lo vi, la pregunta era tonta por dos motivos; llevaba un reloj en la muñeca y el celular en la otra mano.

–Tres diez –respondí, el me sonrió y susurro un gracias.

No volvimos a hablar pero en todo el recorrido a casa nuestros cuerpos se rozaban “casualmente” y así fue un año completo. El me preguntaba la hora, yo le preguntaba la hora, teníamos acercamientos cortos, sutiles y coquetos, todo iba de maravilla, me sentía la chica más bonita del mundo al llegar a casa y entonces paso.

Tenía 17 años, un amigo de una amiga nos invitó a una fiesta, al principio no quería ir pero mi amiga me convenció cuando me dijo que ese chico era primo de mi vecino el de ojos verdes..

Habían pasado 3 años desde la última vez que nos habíamos encontrado tan cerca, yo ya no era una niña, era más alta, tenía curvas, un pecho pequeño pero con el sostén adecuado lucirían bien mis nenas, era más bonita, me había leído al menos 100 libros de romance erótico, me sentía lista para seducir a un hombre

Fuimos a la fiesta, lleve un vestido rojo, iba bonita o al menos yo me sentía así. Mi amiga me dejó para ir con su novio, me pasee por el jardín, por la sala de la casa hasta que llegue a la cocina donde al entrar lo encontré a él.

El problema es que no estaba solo.

Una chica de cabellos azules colgaba de su cuello, el la besaba apasionadamente, con una mano sostenía su cintura y con la otra masajeaba su trasero, ella tenía la mano metida en sus pantalones y la otra estaba alrededor de su cuello.

Si yo fuera la que hubiera estado en esa posición con él, me hubiera parecido de lo más genial, pero en ese momento solo me incómodo, me dio asco y sentí ese algo rompiéndose dentro de mi.

No me quedé a ver más, mi cuerpo estaba temblando, mis manos sudaban y mis ojos también.

En aquel momento me olvidé de David, del hecho de que yo no tomaba y que todos en esa casa eran mayores que yo, me olvidé de todo y me deje llevar.

Conocí a un chico, sus manos recorrían mi cuerpo, no me daba asco o incomodaba, estaba en la edad en la que quería más que eso, cuando la música subió más y la luz bajo un poco lo bese, los besos se convirtieron en algo más, hasta que la ropa nos estorbo.

Aquella noche me rompieron el corazón, perdí mi virginidad y si crees que esto es lo peor que me pudo pasar pues te equivocas.

Dos años después de esto los problemas comenzaron a desatarse en mi vida y puedo comenzar dándote un adelanto de lo que se venía.

Entre a la universidad, conseguí un trabajo de medio tiempo cuidando a una niña, me hice novia del mejor amigo del hermano de David y el hermano de la nena a la que iba a cuidar sería el chico con el que perdí mi virginidad en una fiesta a los 17 años.

Ya te dije como comienza una historia de amor, ahora te diré como comienza la historia del perro de las tres tortas..

No, olvida eso era una historia de desamor..

Bah como sea, comencemos.
 



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En el texto hay: misterio, humor, romance

Editado: 02.09.2021

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