Me arme de valor y volví a entrar al restaurante, me asegure de entrar con la cabeza en alto al igual que mi orgullo y dignidad, no iba a dejar que me pisoteen después de todo.
—Querida pensamos que ya no volverías—cometo la señora Walker.
—Solo tuve un imprevisto —comente sonriente.
Mientras me sentaba reacomode mi ropa y me mantuve tranquila el resto de la cena, saque platica con los señores Walker y me esforcé por también sacarle platica a su hijo.
Al cabo de unas horas la cena concluyo despidiéndonos unos de otros.
—No se te olvide que se cada paso de das mariposilla —me guiño un ojo mientras me daba un beso en la mejilla.
—Y que a ti no se te olvide quien soy —le conteste entre dientes.
—Mi amor, ¿Cameron y tú se van solos? —pregunto mi madre.
—Sí, vine en su carro madre —me acerque para despedirme de ella dándole un abrazo —descansa mami.
—Descansa mi amor —depósito un dulce beso en mi coronilla.
Después de volver a despedirme de los señores Walker, Cameron y yo nos subimos al carro.
Unos largos minutos ya nos habíamos alejado bastante del restaurante.
—Detén el auto por favor —ordene.
—¿Qué? ¿Por qué? —pregunto distraído por la música.
Porque eres un infeliz traidor.
—Detén el auto ahora —masculle entre dientes.
Cameron estaciono el carro confundido y al instante salí del carro azotando la puerta y me quede parada enfrente del auto cruzada de brazos.
Él se bajó del auto con el ceño fruncido.
—¿Te pasó algo?
—¿Quién eres?
—¿Qué?
—¿Estuviste jugando conmigo todo este tiempo? ¿Cómo se me ocurrió contarte todo sobre mi vida? Por favor soy tan tonta —me restregué mis manos contra mi cara.
—Escucha no sé lo que te está pasando pero tal vez si volvemos al carro y estamos más tranquilos.
—¡¿Volver al carro contigo?! Eres un desgraciado infeliz que no te importó nada, me abrí contigo y tú, ¡tú eres un condenado traidor!
—¡¿De que estas hablando?!
—¡De él Cameron! De Tomas, te dije todo lo que él me hizo, como me utilizo, como hizo que yo utilizara a otros, como me dejó el miserable, te conté todo y tú ya lo sabías y me utilizaste como él lo hizo.
Cameron endureció sus expresiones y solo se quedó callado.
—¿Qué quieres que haga? ¿Qué te aplauda? —Espeto — ¡bravo lo descubriste!, eres toda una Sherlock Holmes —
—¿Es enserio? —pregunte incrédula, no sabía si reír o llorar.
—Claro, ¿enserio quieres una fiesta por resolver el misterio? —se rio a secas —¿Tomas es mi primo? Sí, ¿Sabía quién era él para ti? Sí, ¿desde un principio? Adivina la respuesta —se quedó callado unos segundos —Sí, siempre supe todo Holly.
—Entonces como según tú sabes todo explícame ¿por qué tu estas involucrado es esto? ¿Qué es lo que ganas haciendo esto? ¿Para qué tomarse la molestia de conocerme?
—Tú sabes la respuesta mejor que nadie, la familia es familia y por ella se da todo —puntualizo presionando su dedo contra mi pecho—Tomas es mi primo, mi familia.
—Y ¿Qué es lo que quieren?
—Tomas tiene una fuerte deuda que tiene que pagar, y él lo sabe todo linda, sabe perfectamente que tú y tus amigos pueden conseguir los 4 millones que tiene como deuda.
¡Cuatro millones! ¿Es que mis necesidades se convierten en dinero y no me entere? ¿También quiere pavo?
—¿Mis amigos?
—Sí, en especial Marck.
¿Estás de broma? ¿Es que acaso tengo que estar gritando que a Marck no quiero que le toquen ni un pelo?
—No —me reí fuertemente en su cara —no lo meteré en esto, no sé porque me utilizan para esto pero…
—Oh esto no solo te lo están haciendo a ti —añadió interrumpiéndome —También hay otras personas apoyando la causa, no te creas la protagonista que le pasa todo lo malo.
—Entiendo —dije entre dientes—veré la manera de conseguir ese dinero pero no metan ni a mis amigos ni a mi familia en esto.
—Eso depende de Tomas Holly, no de mí, tienes dos meses para recaudar el dinero, Tomas me dijo que era posible que no lo quisieras meterlo en esto, entonces tendrás una amenaza general para tus amigos, así que nada de acudir a mami y papi sino quieres que esos gemelos salgan heridos —Sentí un gran nudo en mi garganta.
Asentí varias veces procesando la información, me frote mis manos contra mi frente masajeando mis sienes y después solté un largo suspiro.
Me tengo que poner los pantalones de niña grande y enfrentar la situación, aunque no me guste el cinturón.
—Cumpliré con el plazo, pero hasta entonces no quiero que aparezcas en mi vida como la garrapata cobarde que solo lo usan como mensajero, aléjate de mí y de mis seres queridos —le advertí con la voz más dura que pude, rezando para que no se me quiebre la voz.
Lo siguiente que paso fue que me di la vuelta y con paso firme me fui a mi casa andando, sin voltear atrás.
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Una semana después.
—Extrañare este lugar Holly —me dice Malia con voz melancólica.
—Yo también —le di una sonrisa triste mientras la abrazaba por el hombro.
Era una pésima amiga.
Le había metido diciéndole que la dueña del departamento nos lo había pedido agregándole que era con suma urgencia. No quería que Tomas o Cameron se enterarán de nuestros movimientos, no quería poner a Malia en riesgo ni consternarla, lo mejor para todos era que desapareciéramos del edificio y lo hicimos, aproveche a que en algunas carreras universitarias como la de Cameron eran semanas de exámenes así que no se encontraba la mayor parte del tiempo en su departamento sino en la biblioteca o algo parecido, aunque había intentado acercase siempre lograba esquivarlo, lo cual nos facilitó mucho la mudanza.
Había podido conseguir un departamento cercano a la universidad lo cual fue un plus para Malia, si de cierta forma la estaba obligando a mudarse quería encontrar algo que le agradara y pareció que nuestro nuevo hogar nos estaba cayendo del cielo.