Llego al bar restaurante que mis amigas reservaron y me acerco a ellas con una sonrisa, aunque la tristeza esta en mis cuatro años en los que ame a mi esposo para que al final no sirvieran de nada. El infeliz me traiciono.
—Llego nuestra soltera—grita Sol y yo alzo la hoja de divorcio firmada y todas chillan de felicidad.
—¡Felicidades! —nos reímos y compartimos las risas y las lagrimas por mucho tiempo, luego nos fuimos a un lugar mas movido y con la música a tope comenzamos a bailar. Disfrute tanto que los pies me dolían de bailar, con casi veinticinco años me encantaba disfrutar de mi vida, las cosas habían sido difíciles, lo sabia con un matrimonio joven enfrentamos muchas cosas y creo que eso nos llevo al divorcio.
Me levanto a las diez de la mañana con mi alarma sonando insistentemente y las llamadas del teléfono a tope. Odio tomar.
—¡Aló! —dijo molesta
—Madison necesito que estés en la oficina ¡Ya! —me grita y yo miro al teléfono aun soñolienta—¡Eres muy irresponsable! ¡Te despidiera! Pero eres la jefa así que no puedo—seguía gritando—el decano de la universidad mas importante de esta jodida ciudad esta en la sala de espera desde hace una hora ¡Una jodida hora!
—Clare cálmate—escuché sus risas y puse los ojos en blanco
—No señorita, cálmate tu ¡no contestas! sabes todo lo que tuve que inventarme, dije que estas con un paciente loco demente y que necesitaba de ti ¿Se puede saber porque no vienes? —volteo los ojos y lanzo un bufido.
—Primero no me grites querida amiga. Segundo gracias por la bienvenida a la soltería tengo resaca imbécil porque si no lo notas. Punto tres voy para allá. Chaito te amooooo—grito y cuelgo salto de la cama y me meto a la ducha, un baño exprés, salgo enseguida y me pongo un terno color blanco con un body de encaje negro sin brasier, me veo elegante y sofisticada, seco mi cabello y me coloco un labial rojo.
Con mi cabello seco me hago un moño alto y estoy divina y lista.
Salgo y conduzco hasta la clínica psicológica que tengo, en media hora ya estoy parqueando el carro en mi puesto. Miro a todos los de mi equipo moverse con libertad por todo el ambiente, les sonrió y ellos me responden de la misma manera, entró corriendo en los tacones de aguja negros
¡Los amo, los adoro, pero me joden en momentos como estos!
—Hola Belle, un café por favor—grito con cariño a mi secretaria y corro a mi oficina, ella solo sonríe y asiente. Suerte que diseñe este hermoso lugar y puedo entrar por la parte secreta sin interrumpir la sala de espera
¡Pero que poca profesional que soy!
–Ya llegué—le explico a mi amiga
—Ya era hora—lanzo un gruñido
—A veces eres muy insoportable, jodida amiga ¡hazlo pasar! —ella ríe y mientras yo enciendo mi computadora y me paro a abrir mis cortinas escucho como alguien abre la puerta y entra, cuando termino de alzar las cortinas, me giro con una sonrisa
—Buenos días, disculpe la demora…—las palabras mueren al ver al hombre que tengo frente a mi, sin duda en una versión mejorada, esta mucho más guapo, con un pantalón azul oscuro y una camisa blanca, luce jodidamente sexy y esta frente a mí sus músculos resaltan y todo mi sistema nervioso colapsa
—Tyler…—susurro para mi, él no se sorprende en absoluto, pues no cuando mi nombre esta en gigante en todos lados de este edificio.
—Así vas a saludar al ex amor de tu vida—lo dice con un tono de picardía que me hace pensar y mas esa pequeña palabra de “ex”
—¿Que haces aquí? —digo fría, “él te partió el corazón Madison” me repito mentalmente y evito que mis ojos se llenen de lagrimas. Pero ahora ya sabía la verdad, esa que me hizo odiarlo, Bárbara desgraciada.
Resumen: bárbara había estado completamente enamorada de Tyler, si su primo y planifico todo para que Mar lo besara. Mar me lo aclaro años después cuando yo ya estaba casada y quería y respetaba mucho a mi marido.
Y creí que dejé de amar a Tyler.
—Vine a coordinar lo de las conferencias para la universidad—me trata con profesionalismo y con la elegancia de un rector de universidad, toma asiento en la silla frente a mi escritorio de cristal. Lo miro y como la mejor actriz en su papel de ignorar al amor de su vida y hacerse la estúpida le sonrió y asiento.
¡Soy tonta, me parten el corazón y ahí me quiero quedar!
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Editado: 16.12.2020