Hay momentos en los que simplemente sonríes y todo esta bien, puede ser cuando estabas en la playa mientras la brisa del mar azotaba tu cara o puede ser cuando estabas en tu cuarto y la música resonaba por las cuatro paredes.
Todo el mundo desaparece y simplemente estas ahí, viviendo, respirando y disfrutando del momento en el que te encuentras.
Pero hay momentos, situaciones y lugares en los que simplemente tu cuerpo parece no reaccionar.
En el que tu mente parece estar en otro mundo, las personas a tu alrededor te preguntan una y mil veces si estas bien y como piloto automático contestas al instante "bien".
Pero hay momentos incluso mas oscuros que los que alguna vez pensaste lo fueron.
Tenia 8 años, aun era una niña pero tenia la suficiente conciencia para comprender un poco mas lo que sucedía en mi entorno o por lo menos era lo suficiente grande para comprender lo que "muerte" significaba.
En aquel entonces mi madre trabajaba casi todo el tiempo, tenia un nuevo empleo el cual seria importante para su carrera, en casa todos la apoyábamos incluso si Elizabeth y yo no comprendiéramos del todo que ella tenia que estar lejos de nosotras por un tiempo para lograr cumplir sus sueños.
Para mi, papa era todo lo que tuve por mucho tiempo, el solía recogernos de la escuela, jugar con nosotras y estar al pendiente de nosotras las 24 horas del día. Cuando eres una niña de 8 años no compres o valoras del todo esas cosas, pero conforme creces lo ves y lo comprendes y no puedes parar de estar agradecida con tus padres por todas las noches que tuvieron que levantarse porque tu te sentías mal, o por las noches cuando no dormían por ayudarte con la tarea que habías olvidado decir que tenias que hacer para el siguiente día.
Mi padre siempre fue ese padre, eventualmente mi madre lo acompaño en todas esas noches, pero con mi papa generamos un lazo especial.
Elizabeth y yo crecimos y nos transformamos en dos adolescentes; muchas personas no pueden ni hablar con sus padres cuando pasan por esta etapa, pero en mi caso fue todo lo contrario, cada vez me unía mas a ellos, cada que crecía anhelaba pasar tiempo con ellos escuchar sus consejos y hablar sobre como mi vida iba. Mi relacion con ambos de mis padres se intensifico cuando un día que regresábamos de la escuela Elizabeth y yo teníamos 12 años para ese entonces.
Habíamos entrado a casa y como costumbre aventábamos nuestras mochilas en la puerta principal para después caminar en dirección de la cocina para saludar a nuestro padre que venia a casa a comer con nosotras, solo que en esta ocasión todo seria diferente.
Al entrar todo fue diferente, no hubo un abrazo, no hubo platica después de la escuela, en su lugar tuvimos una tarde y casi noche muy larga en el hospital.
Cuando cruzamos la puerta de la cocina mi padre estaba tirado en el suelo con los ojos cerrados sin responder a nuestros gritos, la estufa estaba prendida y el sonido de algo en el microondas sonaba cada cierto tiempo.
Fue la primera vez que sentí lo que siento ahora.
Los doctores dijeron que había tenido un infarto al corazón, mencionaron que si hubiéramos llegado mas tarde el probablemente no estuviera vivo.
Después de ese acontecimiento todos en casa cambiamos nuestra alimentación, empezamos a hacer ejercicio y nos unimos aun mas como familia.
Gracias a Dios mi padre o tuvo ninguna recaída en su salud como la de aquella vez, hasta ahora, solo que esta vez no fue precisamente ocasionado por su salud sino por accidente.
No actualice el día que dije, pero no importa por que ya actualice hoy, y además mañana cumplo años.
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Editado: 14.12.2022