Axa
Mi abuela siempre me dijo que a los 16 la mayor parte de las mujeres de mi estirpe empezaban a sentir cosas raras, algunas de ellas se volvían locas otras lo llevaban muy bien, éramos más fuertes, más rápidas, teníamos mejor visión y escuchábamos mejor, ella siempre decía que era cosa de sangre, no siempre aparecía, había generaciones que nunca supieron como se sentía notar el aire en la cara, la adrenalina correr por las venas, por si acaso mi abuela me empezó a entrenar en secreto, nadie podía saber lo que pasaba, nadie podía saber hasta donde éramos capaces de llegar las mujeres Callagan, con entrenamiento podíamos controlarlo, si queríamos correr a la velocidad de la gente normal para que nadie sospechara podíamos hacerlo.
Así es como entré en la agencia de espionaje de mi familia, me explicaré, es una agencia que fundaron las mujeres de mi familia siglos atrás, tiene varias sedes por todo el mundo y los espías están repartidos por todos lados, aunque ahora también aceptan a más hombres que antes, mi padre entre ellos. No tienen porqué ser como nosotros, pueden ser gente que nos manda el ejército, los mejores entre los mejores, aunque ni por esas llegan al nivel de las mujeres de mi familia. Casi se me olvida, tan solo los altos cargos del ejercito, FBI, la marina… saben de la existencia de nuestra agencia, por lo que hay veces que tenemos que hacernos pasar por policías, agentes del FBI…
Siempre me ha encantado mi trabajo pero no tengo amigos en la agencia, no hay chicas ni chicos de mi edad, como mínimo me sacan cinco años, pero eso no me desanima, he conseguido ser la mejor de toda la agencia, y no por mi fuerza sobrehumana o mi velocidad, sino por practicar, practicar y más practicar, por caerme, hacerme daño y heridas tantas veces que ya no puedo ni contarlas, se tirar con arco, lanzar cuchillos hasta una distancia de 30 metros, pelear con espada, utilizar un arma, pelar cuerpo a cuerpo, esquivar balas, cuchillos, dardos… (he de decir que esto es un poco gracias a mi velocidad sobrehumana) y saltar al suelo desde edificios de hasta cuatro plantas casi sin un rasguño.