7:25 A.M.
Sentado frente a un árbol, nuestro árbol, ese que nuestros abuelos plantaron cuando tenían seis años y que tanto te encantaba, mirando al mismo cielo que tantas veces me reclamabas que sería tuyo.
¡RIIIIIING!
Yyy de vuelta a la realidad, me levante del césped y despegue algunas plantas y ramitas de mi pantalón, tomé mis libros y camine hasta la puerta de la entrada, de inmediato sentí una corriente de aire helado en mi espina dorsal, levante la cabeza encontrándome con la mirada de todos, me removí un poco incómodo recordando las palabras de Kaye esta mañana << Si alguien te mira mal, ignóralos, tú continua tu camino, en el futuro tu controlaras sus carteras amigo>> una sonrisa fugaz se posos en mis labios, tome los audífonos de mi mochila y me dispuse a ponérmelos cuando a lo lejos una voz me desconcentro de mi “ arduo” trabajo, rápidamente mis instintos de supervivencia contra Lola se encendieron evitando voltear la cabeza para que crea que se equivocó de persona, me apoye contra el muro y cerré los ojos esperando a volverme invisible.
<<Mierda>>
Me gire lentamente esperando su típico abrazo estrepitoso, me lo daba cada día todos los días después del accidente, sólo quiero que todo acabe, desafortunadamente << Oh al menos para mí>> tengo cinco años que no me lo permiten, lo cual significa que voy a tener que soportar sus “abrazos reconfortantes del día” gire un poco la cabeza rodando los ojo, jamás me gusto que me abrazaran ¿Qué les hace pensar que ahora si? La mire por un mili segundo cuando sentí dos brazos delgados rodear mi cintura, me separe un poco y la mire con atención observando detenidamente su outfit, venia tan colorida que si se parara a lado de un arcoíris el maldito arcoíris se quedaría pendejo, su piel blanca lo resaltaba aún más, llevaba puestos los converse blanco que le regale para su cumpleaños_ aunque ahora habían adquirido un tono grisáceo_ y sus calcetas de colores rosa, blanco, azul y morado_ en ese orden_, tenía puestas unas mallas blancas con brillos plateados, una falda rosa fosforescente de tablones que acentuaba su cintura, era tan delgada que parecía que se iba a romper, sus muñecas estaban llenas de pulseras de colores llamativos y tenía unos enormes aretes de aros plateados en las orejas, su top blanco daba mucho que desear y su cabello estaba lacio y corto hasta los hombros con su típico color café. Apenas y tenía unas pocas gotas de maquillaje y aun así se veía preciosa.
<<Maldita>>
La chica puso una mano en su cintura mientras recargaba todo su peso en su pierna derecha, la luz del pasillo hacia parecer que hubiera una especie de halo rodeándola ¿Podía ser acaso más perfecta?
Simulé que lo pensaba posando mi puño en mi barbilla con cara pensativa.
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Editado: 01.03.2019