A Terrier le asustan las ariposas

Teatcher

¿A quién no le gusta ser el nuevo de la escuela? No, no, no aún mejor ¿A quién no le gusta ser el chico nuevo gay de la escuela que no puede decir que es gay porque tiene miedo de la reacción de sus padres y es medio probable que su familia no le vuelva hablar? ¿No? ¿A nadie, seguros? Qué bueno, porque a mi menos.

 

Me senté en la cama mirando al reloj despertador, 6:00 a.m. afuera aún estaba oscuro y se podía ver una que otra estrella, apenas me había destapado y el frío de Enero ya calaba mis huesos, cerré mis ojos y frote un poco mi cara con mis manos me levante y me dirigí al baño, hice lo que cualquier persona normal hace en un baño a las seis de la mañana y salí corriendo a la parada del autobús con la mochila en un brazo y una empanada en la mano derecha ¿Qué? Amo las empanadas., ante mí se posó un enorme autobús amarillo con el logo de la escuela, vaya suerte, me acerque a la puerta de cristal desplazable esperando a que esta se abriera, ante mí se poso un chico rubio que no parecía ser mayor que yo, tenía unos tenis converse que solían ser blancos pero por el tiempo y la flojera se convirtieron en una especie de gris con blanco y cosas de dudosa procedencia pegados a ellos, mire al chico que portaba un estilo grunge, no me di cuenta que el chico no paraba de reírse a carcajadas.

  • - ¡Sube rápido! – Grito.- ¡Qué me lo eh robado, apúrate!

Apenas puse un pie en el autobús el chico avanzo a toda velocidad provocando que yo me fuera para atrás chocando con un chico de cabello azabache y ojos cafés, me dio una mirada fugaz y luego se recorrió al otro lado del asiento, tarde unos segundos en darme cuenta de que me estaba ofreciendo su asiento, tome mi mochila y me senté, mire al chico rápidamente, tenía pecas en la nariz y mejillas haciendo un recorrido por su cuello y se perdían en el pecho, sus labios eran rojos y tenían marcas de los dientes frontales en el labio inferior, su piel era lisa y ligeramente morena, levante la vista encontrándome con sus ojos, volteé rápidamente, no hable absolutamente nada lo que restaba del trayecto, solo me quede ahí sentado, quietecito comiéndome mi empanada y existiendo, el ruido de los chicos hablando y tirando bolas de papel me ponían cada vez más nervioso, había una vibra incomoda en los asientos de atrás, de la nada se escuchó un chillido estremecedor y todos salimos empujados hacia adelante provocando que la empanada que sostenía con la mano izquierda se callera al suelo, aparte el cabello de mi cara y mire serio al conductor.

 

-¡¿Qué demonios?! – De la nada el chico rubio comenzó a reírse como un loco psicópata.

-¡Llegamos! – Gritó el chico con más energía de lo normal.- ¡Todos pueden bajar, menos tú azulito ! - Dijo el apuntando mi cabello ¿Qué tenía de malo mi cabello? Lo cambiaba de color cada mes, recogí la empanada que tan hermosamente me estaba comiendo antes de que el monstruo analfabeta frenara y me hiciera tirar a mi bebé precioso. Todos bajaron rápidamente mientras reían y se disculpaban cuando pisaban a alguien, solamente quedamos el chico rubio y yo, me removí incómodo en mi asiento y acomodé mi mochila en mi hombro para pararme frente a él.

 

-¿Y? ¿Me vas a violar o algo así? – Pregunté un poco aburrido.- Porque no tengo mucho tiempo.- De inmediato su cara seria se convirtió en una risa y esa risa en una carcajada histérica.

-JAJAJA NO – Dijo limpiándose una lágrima falsa del rostro, luego uso una cara ¨seria¨ se le veía a leguas que se quería reír el maldito.- Mi nombre es Dimitri Andrews y te voy a enseñar la escuela.

 

<< Lo que me faltaba, que un maniático me enseñara la escuela>>

 

Di un suspiro y lo mire acomodando mi mochila, este definitivamente iba a ser un largo año, lo mire a los ojos esperando a que reaccionara o algo, pero solo se quedó ahí parado mirándome, me giré dispuesto a irme cuando me tomó del hombro haciendo que diera media vuelta quedando cara a cara con él, mire alrededor pero ya todos se habían ido, el timbre ya había sonado, lo mire a los ojos con horror esperando a que entendiera mi desesperación por entrar a tiempo a mi clase << no puede ser, voy a morir en un autobús con olor a axila sudada>> el chico estaba tan cerca de mí que podía sentir su respiración en mi mejilla, cerré los ojos tan fuerte que me empezó a doler un poco la sien cuando una carcajada interrumpió mis pensamientos.

-Bro, debiste haber visto tu cara- Lo mire incrédulo por un segundo, pero luego comencé a reírme << Repito, este en verdad va a ser un largo año>>.- Vamos, la escuela no se va a enseñar sola.




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