Mishka se levantó primero, se desenredo de los brazos de su esposo y entro a bañarse antes de que él levantará, pero para desdicha de ella, Chris no tardó en levantarse y empezar a tocarle la puerta.
— Si no puedes aguantarte ve al otro baño — le dijo ella.
— Solo abre la puerta… No tardare mucho.
— Ve al otro baño.
— El otro baño tiene problemas.
— Arréglalo.
— No soy plomero.
— ¿Eres experto en física cuántica y no puedes arreglar un estúpido inodoro?
Chris forzó la puerta y logró abrirla, pero esto desencadenó una terrible discusión.
— Te dije que no entras al baño cuando me estoy bañando.
— No entiendo por qué haces tanto escándalo por esto; por si no lo sabes ya te he visto desnuda… y sin tanto pudor.
— Son cosas distintas… — lo interrumpió Mishka
— ¡Eso es una tontería! — le dijo Chris — ¿dormimos juntos y no puedo ver cuando te bañas? ¡Es totalmente ridículo!
— Solo estoy pidiendo algo de privacidad, lo que necesito es “privacidad”.
La discusión continuó y tuvieron que irse al laboratorio aun estando enojados.
La tensión entre ellos estaba fuerte, casi se podía cortar con un cuchillo.
Thomas noto esto y le preguntó a Chris.
— ¿Discutieron?
— ¡Sí! — respondió Chris notablemente enojado — es una absoluta estupidez, siempre discutimos por cosas que ni siquiera tienen sentido.
— Así son la mayoría de las discusiones en el matrimonio… de vez en cuando deberías escuchar lo que ella quiere y ceder.
— La escucharía, pero de lo que se queja es una estupidez; no quiere que yo entre al baño si ella está adentro.
— Tienen que buscar un equilibrio — le dijo Thomas — Chris escúchame, tengo más experiencia, ya llevo 12 años casado y tengo dos hijos, tengo algo de experiencia en eso del matrimonio.
— Tienes razón — le dijo Chris — Quisiera hablar con Erin, si ella ha logrado aguantar por 12 años ella debe conocer todos los secretos del matrimonio.
— Muy gracioso — le dijo Thomas sarcástico — deberías darte cuenta de que debes darle tiempo a tu esposa para que se adapte… además, de que seguro ella no quiere verte cag…
— Cállate — lo interrumpió Chris
— ... ando.
— Vayan a cenar hoy a casa — los invito Chris — Y no lleven a los niños porque vamos a hablar de temas de adultos.
— ¿No deberías consultar esto con tu esposa?, esa es otra cosa que debes aprender, ya no puedes tomar decisiones por tu cuenta, y menos si los afecta a los dos.
— Es por nuestro bien.
— Aun así — le dijo Thomas — trata de ver qué piensa ella de qué vaya gente a meterse en sus problemas de pareja.
Chris habló del asunto con Mishka y ella estuvo de acuerdo porque sinceramente también estaba harta del asunto y por ley alguien con más experiencia en estos asuntos podría ayudar.
Los recibieron en la noche y a pesar de que Chris especificó sobre los niños Thomas los llevó.
— Te hablé de los niños — le dijo Chris.
— No encontramos niñera, y además los niños pueden jugar con Tesla, no se meterán en el tema.
— Como digas, mejor hablemos de la otra cosa.
Erin (la esposa de Thomas) estaba hablando con Mishka y al final los cuatro se sentaron juntos en la sala.
— A ver — les dijo Erin — Thomas me contó un poco de lo que pasa entre ustedes.
— El verdadero problema consiste en que siempre estamos discutiendo por estupideces — le dijo Mishka — Y no sabemos por qué, supuestamente nuestra compatibilidad es de 92-96%.
— … ¿Y tienen algún problema en la intimidad?
— Ninguno — respondieron Chris y Mishka al unísono.
— Con eso estamos bien — aclaro Mishka.
— ¿Así que en resumen el problema es que están recién casados?.
— ¿Como puede ser ese el problema si se supone que lo mejor del matrimonio es cuando se está recién casados? — pregunto Mishka.
En respuesta a ello tanto Thomas como Erin se miraron y no pudieron contener las risas.
— En realidad no — le dijo Thomas — en especial si se conocieron después de casarse.
— Y peor aún — dijo Erin — A ustedes los casaron, aunque ahora se quieran no fue algo que ustedes decidieron.
— Vayamos a la parte práctica — dijo Chris — ¿cómo resolvemos esto?, no es sano que estemos discutiendo todo el tiempo. ¿Cómo lo resolvemos?
— ¿Cómo se los digo? — les dijo Erin — Por más compatibilidad que ustedes tengan y por más que se amen... ustedes son dos personas distintas; distintas crianzas, distintas costumbres y entre ustedes dos hasta distintas culturas. Dense un tiempo y respétense, ténganse paciencia... tomen tiempo para hablar de ustedes... no del trabajo, no de ciencia, hablen de ustedes, de lo que sienten, de lo que piensan.
— Eso suena fácil.
— Pues no lo es — les dijo Erin — uno de los problemas de ustedes es que... los casaron y no fue algo que ustedes decidieron.
— Pero nos queremos ahora.
— Ya que no tuvieron siquiera una ceremonia decente quiero que hagan un ejercicio — les dijo Thomas
— ... ¿Cual? — pregunto Chris
— Háganse unos votos, como los votos matrimoniales.
— ¿Eso es necesario? — cuestiono Mishka.
— Creo que funcionara — les dijo Thomas.
— Bien — dijo Chris y miró a Mishka a los ojos y pensó un momento qué decir antes de abrir la boca — … Prometo amarte y respetarte …
— ¿Vas a hacer unos votos tan sonsos? — lo interrumpió Thomas — di algo más original.
— ¿Cómo qué?
— Mira a tu esposa... ¿Qué sientes por ella? dicelo de la manera más poética posible.
Chris miro a su esposa, y pensó en lo que esta lo hacía sentir (cuando no están discutiendo)
— … Prometo amarte hasta que se desintegre cada átomo de mi ser y mi energía se vaya a cualquier otro lugar y quererte aún si falla cada ley de la física.
— Ahora es el turno de Mishka.
Ella miró a Chris no tenía ni idea qué responder ante aquello.
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Editado: 25.11.2021