Ver más allá de la verdad

Ver más allá de la verdad. 09.

《Todos buscan a la persona correcta, pero nadie está intentando serlo》

Destiny.

Mis investigaciones no nos están llevando a nada, solo a más acertijos y el acertijo principal es aún más difícil de comprender. La desesperación se evidencia en Samantha quien no ha dormido en 3 días y se la pasa bebiendo café.

-Sam deberías descansar, llevas días así y estas demasiado irritable como para seguir leyendo y encontrar algo. – digo despacio mirando en su dirección.

Observo su habitación y esta se encuentra llena de papeles y notas adhesivas, junto con muchas tazas de café vacías, sin mencionar su atuendo pues solo esta en pijama.

-Tengo que terminar esto, aparte tu información es la que necesitamos, pero no entiendo cómo, ya que deduciendo se puede ver que son temas distintos. – Me mira y aparto la mirada, detesto la intensidad de sus ojos, es una copia exacta de Sophie hasta en eso.

Desde hace 3 días mostro comportamiento típicos de ella, lo que me ha llevado a alejarme un poco de la búsqueda por lo que decidió hacerlo sola, pero no me espere que se tomara tantos días para hacerlo.

-Entiendo tu punto, pero debes de descansar al menos 3 horas, no es bueno que estés despierta tanto tiempo a base de café. – Melanie aparece en la habitación y la aparta de los apuntes. – Tu madre me dio ordenes de que te fueras a descansar y que asistas a la escuela, suficientes faltas llevas y no tienes ni una semana. – arregla en un segundo el desastre de cama y la obliga a acostarse.

-Pero puedo soportar un poco más estamos…

-Dije que, a descasar señorita, a la cuenta de 3 ya debes de estar acostada, 1… - Melanie la corta y comienza a contar de forma amenazante.

-2… - Samantha la mira con incredulidad y termina obedeciendo de forma brusca.

-3…- Termina de contar y Samantha esta acostada maldiciendo por lo bajo, Melanie trata de ocultar su sonrisa y yo salgo de la habitación dirigiéndome a la mía donde me espera Josh.

Apenas llego veo el desastre de papeles que es mi propia habitación y yo burlándome de mi querida hermana.

- ¿Y bien? – Miro a mi mejor amigo esperando una respuesta sobre el desorden y este solo se encoge de hombros.

-Son muchos papeles, sabes que no se me da bien el orden y termine entreverando todos los papeles. – Su respuesta ya me la esperaba, es demasiado desordenado y ni hablar sobre lo despistado que puede llegar a ser cuando no pilla algo.

-Ordena quieres, mi madre entra y le da un ataque si ve este regadero de papeles, Mel se quedó ordenando la habitación de Samantha porque también era otro desastre y sabe que mi mamá le va a dar ansiedad si lo ve. – Busco mi laptop en medio del desorden y cuando la encuentro la conecto a mi teléfono para tener acceso a los documentos que encontré en el colegio.

También entro al chat de mensaje de Samantha para extraer el acertijo que tantos dolores de cabeza nos está dando. 

“Observando el horizonte, buscando la perfección, luz y oscuridad mostrándose ante ti ¿Cuál escoges? No todas las respuestas son correctas, una sola está equivocada, ¿Quién ganara el juego? ¿Cazador o presa? “

Dennis R.

Los documentos que tengo me interesan cuando veo el concepto sobre “buscar la perfección”

“Miremos donde miremos, siempre hay cosas que mejorar. Agujeros que tapar, conflictos por resolver, manchas que lavar, cosas que arreglar… Pero el hecho de centrarnos en lo que no está suficientemente bien hace que a menudo pasemos por alto o demos por hecho todo lo que sí funciona en nuestra vida. La perfección es como una lupa, magnifica algunos aspectos de nuestro día a día y como resultado, minimiza otros, por lo que limita nuestra perspectiva. Está cuajada de rigideces, de creencias estancas de lo que tiene que ser. Y entre sus consecuencias, destaca la que podríamos denominar como el síndrome del ‘homo perfectus’. Suele dar como fruto a personas estrictas, poco flexibles, con tendencia a imponer su criterio y marcar el ritmo con mano de hierro. No en vano, en la perfección no cabe el gris, está hecha de blancos y negros. Resulta difícil ‘ver al otro’ –comprenderle, escucharle de verdad– cuando vivimos centrados en convencerle de lo que según nuestro criterio tiene que hacer para mejorar.

El ‘homo perfectus’ es un ser tan meticuloso como riguroso. Puede llegar a ser obsesivo en cierta medida. Le cuesta reconocer sus propios defectos, puesto que vive volcado en encontrarlos en los demás y en el mundo que le rodea. Es alguien intransigente, que se castiga duramente cuando comete un error, y que traslada ese nivel de exigencia a los demás. Alguien que ha olvidado el significado de relajarse y hace años que no practica tan necesaria inactividad. Alguien que siempre tiene cosas que hacer porque el tiempo no alcanza para arreglarlo todo. Alguien que no sabe delegar con facilidad –porque para hacer las cosas bien tienes que hacerlas tú mismo-. Así, quienes padecen del síndrome del ‘homo perfectus’ suelen ser comprometidos, responsables y eficientes. No se contentan con casi nada. Eso hace que se conviertan en motores de expansión. En cualquier ámbito o industria, la búsqueda de la perfección ha dado generosos frutos. Es una tendencia positiva de cara a la sociedad, pero puede resultar muy destructiva a nivel personal y relacional. Con el tiempo, el ‘homo perfectus’ se puede convertir en un ser atormentado. Nada le satisface y (casi) todo le molesta.