Me senté en mi cama después de pensar como sacar a karma de mi departamento sin que sacara el tema de que esté era su edificio y por ende, iba a ser lo que le diera en gana y si era pisible. Me sacaria volando por la ventana.
Miré la puerta del baño, estaba entre abierta. Bueno, si lo espío no sera un crimen ¿no? Digo, él fue que entro a mi departamento, si invado su espacio personal, no tiene derecho de defenderse. Sonreí.
Me dirigí lentamente hacia la puerta blanca entre abierta, sólo escuchaba el sonido del grifo del lavamanos abierto. Miré por toda el pequeño baño, ¿dónde demonios estaba?
La puerta fue fuertemente azotaba contra mi y mi frente, di dos pasos hacia atras con el dolor bombeandome en la cien.
—¿Qué mierdas te pasa? —le grite sodandome mi frente parpitadora.
Él termino de colocarse su camisa negra.
—¿Qué hacias ahí, niña? — cruzó sus brazos — ¿Me estabas espíando? —alzó una ceja.
—¡No! —infle mis cachetes —Sólo se me perdío algo —miré hacia otro lado con mis mejillas sonrojadas.
—¿En el baño? —trague grueso —¿cómo por ejemplo? —se acercó.
—Por ejemplo.. —busqué rapidamente algo con la mirada — por ejemplo... —empezé a estremecer mi pierna contra el suelo.
Él me seguia mirando, ¿Cómo carajos querría que buscara una solución si su intensa mirada estaba sobre mi?
Cerré los ojos, sé que esto sera estúpido y vergonzoso pero...
Dios, reprendeme.
— Buscaba mi vibrador —dije susurando, miré al suelo.
—No escuche —se acercó más —, repitelo.
—Vibrador —volví a susurar, mis mejillas ardian.
—Deja de susurar —fruncío el seño —, habla fuerte.
—¡Buscaba mi vibrador! —levanté mi mirada avergonzada, él ni siquera reaccionó.
Su cara expresaba aburrimiento y desgana por el comentario que me tenía a flor de piel.
—Pervertida —hablo lentamente, fruncí el seño.
—¡No soy pervertida! —alzó una ceja. Miré hacia otro lado —Bueno, lo del vibrador tiene una explicación.
Rodó los ojos, empezó a caminar hacia la puerta de la habitación.
—¡Oye! ¿No vas a escuchar mi explicación? —lo seguí.
—No me interesa —salío, cerrando la puerta de golpe.A mi frente le estaban haciendo mucho bullying y del feo.
—¡Auch! —exclame—Eso dolio, idiota —me senté en el suelo.
La puerta se volvio abrir, fruncío el seño.
—Quítate de ahí —alcé mi vista. Sonreí —¿Qué están gracioso?
—Que no me quítare —lo señale —, esto es la venganza de mi frente por dos.
Se inclino frente a mi— ¿Estás segura? —su mirada me hipnotizada.
—si —susure entré sus labios. Sus ojos azules me miraban intensamente.
—Bien —se levantó, agarró fuertemente mi pierna derecha. Me empezó a jalar a las afuera de mi habitación.
—¡Oye! ¡¿Qué diablos haces?! —Karma me arrastro completamente hasta la sala, me dejo a un lado del mueble para después irse a mi habitación.
Maldito, karma.
Me sacudí todo mi ropa para subir al mueble, me acoste pensando mi color de piel. Mi respiración todavia estaba agitada.
—¡Llegue! ¿Me extrañastes? —mierda, se me había olvidado que Hestia tenia las llaves de mi departamento.
—No —respire hondo.
—¿Por qué estas agitada y sonrojada? —sonrió con picardia.
—Por nada—dije rapidamente, Hestia río.
—No me dijas qué... —paro de repente, sus ojos se dirigieron más arriba de mi y se agrandaron.
Miré hacia arriba, encontrandome la mirada oscura de karma mirandome fijamente. Era el fin, mi respiración dijo de funcionar y mis mejillas se tornaron del color que la mayoria del tiempo me caracterizada.
Hestia se acercó a mi con una hoja de papel, mientras karma se sentaba al frente.
—¿Está bien? —preguntó él. Empecé a hiperventilar.
—Si, en ella es normal que se esté muriendo —respondió Hestia, riendo.
—¿Y las personas cuando sé están muriendo, se ponen rojas? — Karma alzó una ceja.Los ojos de Hestia estaban que se desbordan.
—Pues, creo que si —me miró divertida —, es más, tú fuisteis el causante de esta tragedia— dramatizó.
—¿Yo? —preguntó nada convencido.
—¡Oh vaya! ¡Tenemos una ganador! —karma rodó los ojos — Tienes dos opciones para que vuelva a la normalidad.
—¿Opciones? —alzó unas de sus cejas.
—Yes —imito el acento de un ingles—, la primera, darle comida de gato.La segunda, una beso de amor verdadero —pestaño como princesa soñadora, puse los ojos en blanco.
Asintió,mi corazón se aceleró.
—¿Lo harás? — Hestia lo miraba sorprendida. Sus labios estaban entré abiertos viendo lo que jamás imaginó.
—Si —se levantó del mueble —¿En dónde están la comida para gatos?
Y todas mis esperanzas calleron como un balde de agua sobre mi cabeza. Hestia tratada de disimular su gran risa mientras que karma no entendía nada.
—Bien, Hestia es hora que te vayas —me reincorpore.
—Pero...¡Acabo de llegar! —funcío el seño —¡Vamos! me voy si me das dinero.
—¿Quieres qué te ponga una alfombra roja, también? —alcé una ceja.
—Eso... —cerró los ojos con satisfacción — Seria magnifico.
—Pero lo único que ahí son mis pies dándoles patadas a tú puto trasero —me levanté, la agarré de una brazo jalandola hacia la puerta.
—¡Espera! -—me detuve con la puerta abierta, miró a karma — Si tienes a un amigo por allí escondido, presentamelo — guiño un ojo, rodeé los ojos para luego sacarla de mi departamento.
—¡Al fin solos! —respire hondo al tirarme completamente en el mueble.
—¿Por qué al verme empezastes a hiperventilar? —lo miré.Estaba sentado tranquilamente al frente de mi.
—Una reacción normal supongo.
—¿Eso es normal? —labeó la cabeza interesado —Pense que habías tenido un orgasmo delante de mi.
Me atragante con mi propia saliva.
—¡¿Qué?!... ¡No! —lo miré—Yo no haría eso, ¡No soy tan!... ¡Yo no soy tan!... No me gustan esos tipos de juegos —sus ojos azules mi corrían con más intensidad.