✿*:･ﾟCapítulo 18･:*✿

—No es difícil, solo adivina —reí, era tan sastifatorio tenerlo contra la pared.

—Por quinta vez —respiró— ¿dónde están mis zapatos?

—¿Zapatos? —camine por la habitación pensativa— Yo no vi ningún zapato sobrando.

Se cruzó de hombros.

—¿A no?

—No —sonreí.

—Despedida.

—¿Eh? —mi cara cambió a una burlona a una sin entender —¡¿qué?!

—Sé te olvidan muy rapido las cosas, tonta.

En realidad, ¡estoy peor desde que llegaste a mi departamento como un
polizon en mi barco!

Salí de mi trance —¡Como sea! ¡Es un despidió injusto!

—La palabra injusto no existe en mi diccionario.

—¡Oh grandisimo hijo de santan! ¿Tenéis un diccionario? De donde lo os sacadeishon -me burle, era obvio que él tipo no sabia ni escribir "hola"

—Hmp, eres demasiado escándalosa —se cubrió sus orejas ignorandome.

—¡Hey! —lancé una almohada a su dirección — ¡No eres el único que sufre en esté lugar!

—Lo dudó —me miró —, eres la única que no sufre en esté patético lugar.

—"Esté patético lugar" ¡es mi batí cueva! —me crucé de hombros.

Él me miró unos segundos y empezó a buscar sus zapatos debajo de mi cama. Ya había pasado una semana desde que se había mudado y lo único que derrumbo mi tranquila vida, son los desastres que él hace cada vez que toca la cocina.

La cocina y él son enemigas naturales. Y... Hoy no era la excepción.

En está semana conviviendo con él e sabido mucho más que sus fans locas, yo era una pero ni al caso.

E ir todas las mañanas a preparar café era su pasatiempo favorito.

Esperen... ¿Dije a preparar café?

¿Pasatiempo favorito?

¡No joder!

Era "quema todo lo que puedas antes que te descubran" y sufro buscando algo con que apagar TODA la cocina.

Pero hoy me la cobre, y bien dulce.

—No lo vuelvo a repetir — se levantó cruzando sus brazos —¿dónde están mis zapatos y el resto de mi ropa?

—Y yo estoy cansada de decir —me levanté —¡Qué no lo sé!

—Estas haciendo que pierda mi pasiencia, mujer —sonreí, fruncío el seño —si no lo quieres por las buenas, sera por las malas.

-Que así sea —sujeto con fuerza su toalla blanca —¿Quieres pelea? ¡La tendrás!

—Eres patética —me miró a tontado.

—¡Ja! Lo dice él que esta buscando su ropa —subí a la cama de pié —. ¿Si eres tan hombre?, sube a pelear contra tú dignidad

—Mi dignidad la tengo intacta, estorbo.

—¿Eso creés? — agarré mi móvil de la mesita de noche —¿qué tal? ¿Todavía estará intacta después que toda internet te vea desnudo con solo una toalla cubriendote?

Sus ojos se oscurecieron.

Sonreí mientras lo veía a través de mi pantalla móvil, era seguro que se quedara esperando que dejará de grabarle y pues quitarme la comida por un día, ¡una sanción contra mi!

—¿Es divertido? —hablo seco.

Sonreí —¡Oh si! —empecé a saltar en la cama, él se empezó a acercar —¡Oh no!

—¡No me estoy divirtiendo! —su voz se escuchaba molesta, ¡estaba molesto! — ¡deja de grabar y dime dónde esta mi ropa y mis zapatos!

El peso de él y del mío hacia que la cama se hundiera más de lo previsto.
Digo, ¡estoy en una cama desnuda y él igual! Mi cara no lo dejaba de ver con angustia y algo sonrojada.

—¿Y bien? —gruño.

—Digo que estas pasando mi espació personal —intenté mantener el equilibrio —se supone que tenemos un contrato ¡respeta mi espacio!

—En el contrato no decía nada de eso —su cara estaba seria, sonreí tontamente.

—Como sea, no tengo tú ropa ni tú zapatos —se hacerco más, haciendo que la cama se moviera a su paso.

—Sabes, eres muy testaruda —fruncío el seño — pero alguien me ensaño como tratar a este tipo de chicas.

—Pues, ¡suerte conmigo!

Y toda mi valentía se derrumbo cuando él me acorralo entre él y la pared de resguardo.

—¿Todavía vas a intentar luchar? —su cálido aliento chocaba contra mi caliente cara.

—Pues, ni creas que te tengo miedo —trague grueso, su cuerpo rosaba con el mio.

—Entonces —su mano sujeto mi cintura atrayendome hacia él con brusquedad —, ahí que probar.

Mordí mi labio inferior, estaba a una pequeña distancia de que karma Muller, me besara.