Su boca estaba a centímetros de la mía, yo solo sentía como su pecho rozaba contra el mío.
Nuestras respiraciones se mezclaban y mi corazón estaba acelerado.Posó su mano izquierda en mi hombro desnudo y empezó a deslizarla lentamente hacia abajo, sentía como sus dedos se deslizaban suavemente en mi piel haciendome cosquillas.
Trague grueso, quería que su boca y la mía chocarán para hacer una explosión, una dinamita contra su sexy, provocadora y sensual boca. No me importaba estar semi desnuda al frente de él, en realidad nada me importaba en esté momento.
Un jalón en mi mano derecha hizo que toda mi ensoñación se fuera al carajo.
—¿Pero qué? —lo miré disgustada.
—¿Qué? ¿Creias que te besaría? —alzó una ceja mientras alejaba mi móvil de mi.
Funcí el seño, nadie se metía con mi móvil.
—¡Devuelvemelo! —agarré mi toalla a segurandola —¡dame mi móvil!
Bajo de mi cama —Cuándo borré el vídeo y me des mi ropa y mis zapatos, estorbo.
—Pues, no te creas mucho —baje de ella — .Primero dame mi móvil y te diré dónde lo escondí.
Me miró receloso, empezó a recorrer su mirada por mi cuerpo.
—Bien — me acerqué —, pero primero mis cosas. Y luego tú miseria de móvil.
—No todos tenemos un teléfono de calidad —infle mis mejillas.
—Y bien, ¿dónde están? Me estoy muriendo del frió.
—Yo te puedo var calor —sonrei de lado. Él alzó una ceja.
—No quiero nada que tenga que ver contigo —fruncío el seño, arrugé mi frente.
—¡Un abrazo! ¿No te puedo abrazar?
—No —miró hacia otro lado, suspire.
—Sigueme —sali de mi habitación hacia la cocina.
También tenía que admitir que tenia las brazos congelados por la temperatura de esta noche, curiosamente en el noticiero avisaron que hoy haría demasiado frio. Y mi cuerpo lo estaba experimento a niveles increíbles.
Y como toda niña inteligente que soy, decidí esta tarde estar en la tina dos horas con agua caliente. Estaba completamente desnuda, lista para entrar en el baño.
Pero, se me había olvidado un pequeñito detalle. ¡Ya no vivía sola! Y al entrar encontré a karma completamente desnudo en la tina con los ojos cerrados. No pode ver nada interesante en mi poca vista visible, sólo vi su cara relajada mientras afirmaba sus musculoso brazos en ella.
Rápidamente antes que se diera cuenta de mi presencia nudista, cerré la puerta haciendo un fuerte estruendo. Mordí mi labio inferior, esa vista había sido muy satisfactoria.
—¿En dónde está? —me giré a verle.
—Ahí —señale el microondas en la parte de atras, lo miré.
—¿Qué esperas? Ve — me crucé de brazos.
—Soy muy grande para entrar en ese pequeño espacio. Ve tú, tienes los brazos más largos — recargo su cuerpo el marco de la puerta.
—No, de algún modo metistes mi ropa y zapatos ahí. Ahora lo sacas —rodeé los ojos mientras repetía lo mismo con burla.
Dirigí mi mirada a lo profundo de la cocina, los gabinetes estaban encima del microondas flotando, y el espació que los separada era diminuto, y demasiado lejos para mis cortos brazos.
Todavía seguía sorprendida de como metí todo eso sin problema, ahora no se me ocurría nada como sacarlo de ahí.
Coloqué todo mi cuerpo encima del frió mármol negro.Y con cuidado empecé a impulsarme entre el diminuto espacio. Mis pies ya no tocaban el suelo.
Alcé una pierna en la encimera, agarrando pulso hacia delante, mi entre brazos se estaba cansando de sostener todo mi peso; sólo rogaba llegar un pelin más para poder jalar el microondas hacia delante.
Pero fallé y estaba haciendo demasiada calor en este en demoniado espacio. Agache un poco mi cara buscando aire y tranquilizarme un poco.
Algo cálido rozo con mi mano, levanté mi mirada viendo como el brazo de Karma me ayudada sacar el microondas, lo jaló lejos de mi, mientras que yo lo veía en la misma posición asombrada.
Hasta que sentí como algo suave y caliente rosaba la parte trasera de mi toalla.
—Más despistada no puedes ser — negó, agarró el microondas llevándolo al comedor.
Trague grueso, él.... Todo esté tiempo,
¡estaba viendo mis partes intimas!
Baje rápidamente del encimero mientras me bajada mi toalla a más no poder, estaba más que avergonzada, me sentía humillada y expuesta hacia la persona más importante de mi vida.
Eros.
Corri rápidamente hacia mi habitación, entrando al baño. Me despoje de mi toalla y con rapidez entre a la tina mientras esta se llenaba.
Había sentido el pequeño rosé de sus largos dedos contra mi femenidad. Y algo dentro de mi vibró.