A través del espacio en el fin del universo

Subiendo al caer

En las fauces de su viejo colchón, tras una noche de desveló como casi todas las noches, Margo seguía durmiendo, aún cuando eran las doce de la tarde. 
Su respiración vocal hacía elevar un pequeño conjunto de sus cabellos, de arriba para abajo, durmiendo exhausta y de una manera extremadamente libre; con uno de sus brazos por allí, sus piernas por allá, como si un simio hubiera poseído el cuerpo de la joven chica.

La puerta comienza a abrirse, siendo detenida por un conjunto, entre ropa, herramientas, planos, archivos, todo regado en el suelo, dando la incapacidad de abrir la puerta con facilidad. Su madre que es la que intentaba abrir la puerta cambia su rostro a uno de decepción en el momento en que la puerta detuvo su función gracias al desorden. Tras lograr abrir la puerta con un uso de fuerza extra, logra ver a su hija tirada en la cama y logra ver el mechón que no deja de bailar en el aire por la exhalación de Margo.

-Margo...-vocifera suave-Por Moragh, mira la hora...-Vuelve a repetir de la misma forma (hablando con sigo misma)

Se mueve entre el desastre que era la habitación y con mediana suavidad toma el hombro de su hija y comienza a moverlo, Margo despierta de golpe

-Rayos, mamá-Declara asustada-¿Que haces aquí?-Pregunta intentando recobrar algún tipo de comodidad para dormir
-Es medio día-Margo abre los ojos (los cuales había cerrado hace un segundo) como un rayo pasando; rápido y contundente
-¿Que?-Pregunta en un tono preocupado y casi en un grito levantando parte de su cuerpo para quedar sentada en la cama. Esperando respuesta lo único que recibe es el rostro de su madre, decepción, claro-Oh. Mierda-Dice levantándose por completo del colchón, corriendo al baño y dejando a su madre sentada en la cama con los ojos bajos
-Leguaje-Grita sin aliento para que su voz llegue al baño tras un suspiro
-Si, si. Lo siento-Se puede escuchar la ducha sonar tras la disculpa

Lo que hace que su madre se levante y se vaya del desastre a el sofá de la sala.

Tras unos minutos Margo se va de casa, solo con una tostada en mano y una pequeña mochila en su costado, casi huyendo de su casa, una pequeña pero linda casa de madera con pequeñas y rotas motas azules que son los residuos de la pintura que había antes.

Corriendo ya sin la tostada en el pueblo su mochila no deja de tintinear por las herramientas que no dejan de chocar en su interior. Su paso baja un poco al entrar a un pequeño garaje con una puerta gigantesca, en la que al entrar más bien parece estar trotando, bajando cada vez más la velocidad para comenzar a escabullirse por todo el taller, pasando por naves, ocultándose, hasta oír un gran ruido a su costado, un ruido metálico. Un hombre a su costado había tirado su maleta de herramientas contra la mesa de trabajo, al voltear Margo puede ver los mismo ojos con los que le mira su madre

-Hola...-Saluda con una sonrisa de nervios
-Tarde-Declara contundentemente para empezar a sentarse, logrando que su rostro sea tapado por el monitor anticuado en la mesa-Otra vez!-Recalca en un tono de celebración sarcastica
-Jhon... Perdón, yo...-Margo deja el "modo sigiloso" para acercarse a la mesa nerviosa
-Ahora que, Margo?-Deja de ver el monitor y recuesta su brazo junto con todo su peso en el posa brazos de la silla mirándola fríamente-¿Cuál es la escusa del día de hoy?-Margo abre la boca con la intención de responder pero tras unos segundos de esta acción la cierra de nuevo y comienza a mirar la taza de café en la mesa-Mira esto. Mira a tu alrededor-Jhon alza su mano de metal en forma de presentación, pero solo veía el taller-Se que no es el mejor taller. Ya se. Se que no ganamos gran dinero. Ya se. Se que puede parecer sucio y pobre, pero... Este es mi hogar, Margo. Hace ya casi 7 años te dejé entrar, a mi hogar... -La mirada de nostalgia a cada parte del taller es lenta, con orgullo ¿Cuantos recuerdos podría traerle este frío edificio?-Conocí a tu padre y lo que siempre decia era "Una p--
-Jhon...-Interrumpe Margo
-Si, lo siento. Tema sensible. Lo que quiero decir es... Dios, niña, tienes la habilidad mecánica más grande que he visto en todos mis años, que ya son muchos...-Apenas se le notaba, para un hombre con casi 70 años de historia (Porque jamás decía su edad ni celebraba sus cumpleaños) se veía bastante rebosante y joven-¿A cuantos construiste tu primer deslizador...? A los... ¿8?-Deja de mirar la habitación para pasar a los ojos de Margo, una mirada de pena y orgullo
-7, en realidad...-Corrije apenada, tomando su brazo izquierdo con el derecho y girando su vista de la penetrante mirada de Jhon
-Si...-Dice bajando lentamente su mirada de arriba a abajo con una pequeña sonrisa en sus casi inexistentes labios-Vas a ser grande, niña. No desperdicies tu grandeza
-Si. Lo siento mucho, Jhon-Se disculpa y tras unos segundos de silencio se quita su chaqueta café con rayas negras, tan vieja y un poco sucia y comienza a ponerse su delantal y las gafas (Goggles, una computadora en tan pequeños aparatos) que tenía colgando en el cuello, las pone en su cabeza, terminando con hacerse una cola de caballo en su corto cabello que apenas le llegaba entre cortes al final del cuello
-Te doy otro consejo antes de que empieces?-Pregunta Jhon de vuelta en la computadora esperando respuesta
-No se. Tu eres el sabio ¿Crees que soy merecedora de tal consejo?-Pregunta con una sonrisa a lo que Jhon ríe
-No. No, niña, no estas lista para ninguno de mis consejos, pero si no te los digo, ja, vas a terminar a mi edad y apenas vas a lograr encontrar tu inmenso potencial-Comenta en broma
-Si, que haría sin ti?-Pregunta poniéndose las gafas (Goggles) 
-Serias un pollo sin cabeza-Responde en broma
-Está bien. Maestro... ¿Cuál es el consejo?-Deja de mirar su maleta para verle a él
-Empezar a aceptar lo que perdimos es el primer paso para tener...
-Jhon...-Su sonrisa baja junto con su mirada directo a la maleta-Ya lo supere. Duncan Stewarts...
-Tu padre-Corrije Jhon con una mirada un tanto de sabelotodo 
-Si... Mi... Mi papá, se fue. Esta muerto, escapó de su aburrida vida, consiguió una gran aventura ¿Quien sabe? Yo no y no me importa-Responde con una pequeña e incomoda sonrisa tras tomar las herramientas, terminando con un suspiro
-Mmm. Bueno, si así es, mejor empezar, no?-Se levanta de la silla para tomar otra herramienta y dirigirse a una de las naves del taller-El señor Lorino quiere su nave para mañana-se mete abajo de la nave y comienza a trabajar dejando a Margo estática-Vas a venir?
-Es cierto. Ya no me importa-Declara como una niña en una discusión a lo que Jhon sale de la parte de abajo de la nave para verla
-Oh, mi niña... 
-Es cierto-Replica ella con sus manos apretadas 
-No... No lo es...-Le responde con los labios apretados al final-Eres la misma niña que aun espera en la estación de Jinsmarin a que su padre vuelva.. 
-...-Segundos de silencio, no de incomodidad, de reflexión-Mejor empezamos. Voy a ver si el rotulador de espacio ya responde
-Mh. Si, yo continuaré con la celda de transporte



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En el texto hay: espacio, aventura, mistero

Editado: 24.08.2019

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