A Través Del Espejo

Mire por todos lados y a lo lejos los vi, vi a dos personas no muy mayores, vestían muy elegantes. Tenían en la mano un cartel el cual esta escrito (Alessia Bianchi).
Me dispuse a caminar hacia ellos, se veían bastante sonrientes.

-Hola Alessia -me dijeron al unísono en un acento francés.

-Me alegra que por fin estes aqui ,mucho gusto. Me llamo Íngrid Thomson- dice la señora elegante. Estirando la mano, para que yo la tome.

-Mucho gusto-dije estrechandonos las manos, y una sonrisa forzada de mi parte.

-Bueno a mi puedes llamarme Jason, desde hoy cuidaremos de ti querida-dice ahora el esposo de la señorita Íngrid, con una enorme sonrisa que radia mucha felicidad.
Con esas últimas palabras redeandome la mente caminamos a un auto enorme,muy elegante para mi gusto.

Un joven bastante bonito vestido con traje color negro, supongo que es el chófer, nos abrió la puerta de aquel auto.
En la trayectoria del viaje me estuvieron haciendo las típicas preguntas para conocerme mejor, según ellos.

Mirando por la ventana la hermosa calles de Montreal, admirando cada una de las casa,
Llegamos, era una casa blanca enorme con piscina.
Baje del auto alineado y me quede observado todo a mi alrededor.
Me sentía muy incómoda con todo este lujo, si acá es así, allí a dentro es peor.
Siempre viví como cualquier otra personas, sin lujos ni sirvientes que te a tiendan.
Estaba acostumbrada a mi casa con las puertas el cual rechinaban,
Aquel joven de ojos celestes,tomo mis maletas y las entro.

-Entremos querida- me dijo aquella mujer de sonrisa iluminada, la seguí hasta entrar por aquella puerta blanca. Al entrar me tope con muchos lujos como había imaginado.

-Ven Alessia te mostrare tú habitación - con media sonrisa, sigo a Íngrid.

Subimos la escalera, doblamos a la izquierda siguiendo el pasillo, hasta que llegamos a una puerta color Rosa pastel. "Patético " pensé.
Está es tu habitación, mandamos a pintar espacialmente para ti.

-Muchas gracias no era necesario tomarse tantas molestias-dije un poco incómoda,

No es ninguna molestia cielo, te dejare para que te acomodes- dice aquella anteriormente nombrada, saliendo por la puerta antes de cerrar, - Más tarde quiero que conozcas a alguien- dice. Finalmente dejándome sola en aquella habitación.

Lo único que hago es encerrarme en el baño que desde hoy sera mio, lágrimas invaden mis ojos y imágenes llegan como relámpago a mi mente.
Esos ojos negros, tan negros como la mismísima oscuridad. Su sonrisa, demostrando cuanto le gusta verme sufrir.

Lavo mi cara, sin mirar doy vuelta el espejo.
Me acosté un rato, mientras trataba de mantener mi mente vacía.

(...)
Abro los ojos cuando escucho que golpean mi puerta, me quedo quieta pensando que tal vez así. Dejen de tocar y se vallan.
Cuando pienso que se fue aquella persona, se habré la puerta y deja ver a una mujer de estatura mediana, piel blanca.

-Disculpa tal atrevimiento la señora Íngrid me mando a buscarte- dice la mujer.
-Ya bajo-Respondi

Me senté en la cama, dudando si ir realmente o no. Al final decidí ir.
Baje lentamente las escaleras cuadros colgados en la pared, de un niño con una hermosa sonrisa, sus ojos color miel, realmente unos ojos muy cautivadores. Una vez mi madre me dijo que en los ojos se refleja la pureza del alma.

Los señores Thomson estaban ya sentados, -Te estábamos esperando Ale- habla Íngrid
Me senté junto a ellos,- Aquí estoy - digo.

-El es nuestro hijo Jayson- habla el señor Thomson. Miro hacía donde apunta, cuando entre no lo había visto, recién me percate de su presencia que vergüenza. Creerá que soy una maleducada. -Como si me importara- pensé

-¿Hola Alessia no?- me dice Aquel joven de Ojos miel. Me doy cuenta que los cuadros de la escaleras eran de el, me quede pensando mucho porque tres pares de ojos me miraban como esperando una respuesta.

-Amm si- respondí dudosa.

-Mis padres me hablaron de ti-

-Lamento no decir lo mismo- hablo seca

Comimos en puro silencio, muy incomodo para mi.

-Lamento irme tan pronto pero estoy cansada, por el viaje - dije. Le di una mirada de disculpas y me levante.

Ya estando en mi habitación me pongo mi pijama, cierro las ventanas, a la puerta le pongo seguro.

Saco campanillas las pongo colgadas en la ventana y dos puertas.
Me pongo algodón en los oídos y finalmente me acuesto, me duermo al instante.

*Montreal esta ubicada en la Provincia de Quebec, la única Provincia de Canadá que es declarada como habla Francesa.



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En el texto hay: verdadesocultas, almas gemelas, amistad y dolor

Editado: 05.10.2018

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