So maybe
Maybe we were always meant to meet
Like this was somehow destiny.
Maybe.
James Arthur.
Wang
Ni siquiera sé lo que estoy haciendo en este preciso momento, solo se que tengo demasiado claro que he tomado una de las peores decisiones de mi carrera, pero estoy demasiado seguro de que no es tan malo como para mí vida.
Claro que no es necesario decirlo, pero tomar un avión desde China hasta San Diego, California únicamente para verla a ella es algo demasiado loco, pero saber sí este viaje valdrá realmente la pena al final del día es algo que no tengo demasiado definido o si simplemente gaste mi tiempo en querer solucionar un problema que claramente yo inicie y que Mel solo ha intentado contener. Posiblemente no porque a mi madre no le agradaba la idea de que tuviera una novia americana/latina pero tampoco es que a ella le agraden todas las personas que existen en el mundo; Sam, es mucho más valiente de lo que yo jamás pobre serlo cuando se trata de nuestra madre pero ahora mismo sus comentarios denigrantes se quedaron cortos cuando comenzó a ensuciar tanto su nombre de Melinda que cogí impulsivamente el primer vuelo que saliera sin escalas y ahora mismo me encuentro en el aeropuerto respirando el mismo aire que cuando era pequeño y que cuando la conocí por primera vez a esa chica callada y con la mirada perdida.
Salí de la sala hasta encontrar la salida y coger un taxi dándole la dirección del hospital en donde trabaja, al principio el chofer me hizo un par de preguntas extrañas, pero después de decirle que mi novia trabaja ahí dejo de preguntar y sé que será un viaje algo largo por lo que me puse cómodo y comencé a recordar la vez que nos atamos un hilo de color rojo a nuestros dedos meñiques o más bien Mel nos hizo un camino para siempre encontrarnos.
Melinda saco de su bolso un hilo demasiado largo y de color rojo. Intercale mi mirada entre el hilo y su sonrisa que me derrite cada que la muestra. Mel es de esas pocas personas que logran hacer que ames tanto un gesto de una persona que cada que ese gesto o mueca aparece iluminando su rostro te hace volar por los cielos y suspiras como un maldito idiota enamorado.
—¿Para qué has traído un hilo rojo? —le pregunte algo confundido.
Ella sonrió un más antes de recostarse sobre mi pecho y comenzar a alizar el hilo entre sus dedos.
—¿Conoces la leyenda china del hilo rojo, Tao? —pregunto y yo afirme con un sonido—. Entonces debes de saber que todas las personas nacemos con un hilo rojo que nos lleva hasta la persona a la que estamos destinadas a amar por toda la eternidad ¿verdad? —No sé qué clase de respuesta busca de mí, pero creo que mi silencio se lo dijo todo—. Bien. Como no sabemos si está relación durara lo suficiente como para saberlo creo que necesitamos un hilo que nos una por el tiempo que sea necesario, ¿qué piensas sobre mi ocurrencia?
Observe como su mirada se concentraba en el hilo. A través de sus pestañas rizadas y güeras se pueden hacer notar sus pecas, me gusta demasiado la vista desde este punto.
—Pienso que es demasiado romántico de tu parte —confesé.
—¿Ahora crees que soy romántica? —canturreo.
Comencé a reírme, pero de una buena forma.
Sus expresiones y comentarios de Mel, suelen ser todos iguales, aunque no siempre es tan dramática como cuando algo le gusta algo demasiado.
—¿Crees que algún día encontremos a nuestra alma gemela? —pregunto de nuevo.
—Yo ya encontré a mi alma gemelas.
—¿Quién es?
—Tú.
Se levanto de golpe olvidándose del hilo y mirándome con sorpresa.
—¿Y… yo? —tartamudeo.
No amarla sería un delito de verdad.
—Sí tú. Siempre serás tú.
El coche se detuvo justo frente al hospital le page lo que marcada el taxímetro y con un gran nudo en la boca del estómago comencé a caminar nervioso por lo que me vaya a encontrar del otro lado de esas puertas eléctricas. Hace demasiado tiempo que no vengo a esté lugar, pero noto que ha cambiado demasiado en la recepción ahí mucho más espacio y aun puedo notar un par de rostros conocidos caminando por los pasillos.
Me acerque hasta la recepción en donde note que hay algunos doctores y enfermeras platicando y otros revisando un pizarrón con demasiada información para un ser humano normal como yo. Me acerque lo suficiente hasta donde está una chica agachada y carraspee mi garganta para llamar su atención.
—¿Sí? —pregunto sin levantar su vista de lo que sea que esté mirando.
—¿Se encuentra Melinda Parker? —pregunte.
—¿Quién la busca? —volvió a pregunta una chica media gótica.
—Su novio —dije con firmeza. La joven es hermosa si no utilizara demasiado delineador y cuando fijo su mirada sobre mis ojos parecía una de esas escenas de suspenso en donde el asesino regresa para terminar lo que inicio—, ¿Si vino a trabajar, cierto?
Detrás de nosotros escuche la voz de Noah llamando a la chica, Randy.
Noah comenzó a acercar hasta donde está la tal Randy y detrás de él otros dos médicos que me miraron como si fuera aun maldito fantasma al cual nunca han visto pero bien que han escuchado mencionar o al menos así yo siento yo.
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Editado: 24.07.2022