Capítulo 1

2021

Me levanté exaltado al escuchar la alarma y eso me hizo odiar aún más la canción que, en su momento, fue mi favorita. Siempre hacía lo mismo, ponía mi canción favorita como tono de alarma pensando que me despertaría animado, pero terminaba odiando la canción.

Me dirigí al baño prácticamente arrastrándome y me bañé. Me vestí rápidamente con unos jeans, suéter negro y zapatillas.

Antes de salir de la habitación tomé mi bolsa con todo lo que necesitaría en el día y ya estaba listo.

Salí de mi habitación y fui a la cocina a encontrarme con mi madre.

─ Buenos días, mamá ─ dije dándole un beso en mejilla

─ Buenos días, cariño ─ me respondió mi mamá mientras yo colocaba las cosas en la mesa para el desayuno ─ ¿Listo para hoy?

Yo solo asentí mientras pensaba en el día que me esperaba.

Hoy iríamos a un pueblo cercano para una exposición. Tendrán en exhibición un anillo de una mujer que mataron en la hoguera. Lo extraño es que el anillo lo encontraron en el 2003, 393 años después de que muriera.

─ ¿En qué piensas que estás distraído? ─ preguntó mi mamá.

─ En lo del anillo. Las personas estaban demasiado emocionadas por la exhibición.

─ La historia detrás hace que las personas vayan a verlo.

─ Las personas en serio creen que el anillo perteneció a la mujer que mataron en la hoguera.

─ A muchas personas les gusta creer esa clase de historias. Entre esas tu profesora de historia.

─ Mi profesora cree incluso que sí eran brujas.

─ Lo que me parece extraño es que hace años hicieron público que encontraron el anillo, pero solo hasta ahora lo pondrán en exposición.

─ Lo más seguro es que ni siquiera sea el anillo que habían encontrado y simplemente se aprovechan de esa noticia para hacer más publicidad.

─ Como sea, será mejor que te des prisa, si no te dejará el bus.

─ Eso no hace que me apresure, todo lo contrario

Lo peor era que tenía que ir cuando no quería, pero la profesora de historia tomaría como nota unos apuntes que tendríamos que hacer. En conclusión, el viaje perfecto.

Tomé las llaves y luego de despedirme de mi mamá salí de casa.

Llegué a la escuela y me dirigí al lugar en donde el bus de la escuela partiría.

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─ Llegaste justo a tiempo ─ me dijo mi mejor amigo Luke

─ Para mi desgracia

─ Me encanta tu entusiasmo

─ ¿Emocionada? ─ le pregunté a Emma ignorando el comentario de Luke

─ No demasiado

─ Pues yo sí lo estoy, ya quiero ver el anillo ─ dijo Luke

─ ¿Sabes que es toda una farsa, cierto? ─ Emma asintió dándome la razón

─ oh vamos, emociónense un poco ─

Yo solo negué y me dirigí al bus al ver que ya estaban subiendo los demás.

─ ¿Te sientas conmigo? ─ me preguntó Emma señalando unos puestos al fondo.

─ Lo siento, me sentaré en el puesto individual, los viajes de carretera no son lo mío ─ le respondí, ella solo asintió y se sentó con Luke. Llevaba meses intentando que Luke se acercara más a Emma y dejara de estar en la friendzone, pero parecía imposible.

Terminé de acomodar mis cosas y me senté el puesto individual mientras me colocaba mis audífonos.

La realidad es que no era la persona más social, era más bien del tipo solitario; razón por la que solo tenía a Luke y Emma como mis amigos. Pero eso me gustaba, me gustaba tener tiempo solo para mí y no estaba muy dispuesto a cambiar eso.

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En el transcurso del viaje pensé en la historia que rondaba el anillo y su dueña. Según la historia se llamaba Aalis De Metz. Murió en la hoguera por brujería cuando tenía 20 años, poco después de que su madre hubiera muerto de la misma manera. Se les acusó cuando entre los habitantes del pueblo comenzó a correr el rumor de que habían huido de Francia porque descubrieron que eran una familia de brujas muy poderosas, todas las mujeres tenían un anillo con el apellido de la familia De Metz.

Todo esto lo sé gracias a que mi profesora de historia tiene una ligera obsesión con todo el tema. Aunque siendo justos en este lugar era bastante común que las personas creyeran todo.

─ Llegamos, chicos. Bajen en orden y esperen a que inicie la exposición ─ dijo casi gritando mi profesora de historia.

Me bajé del autobús cuando ya todos lo habían hecho, al fin habíamos llegado y por alguna extraña razón para mí, que no quería venir, sonreí.