─ Estás aquí ─ dije y solté un suspiro, justo cuando pensé que descansaría.
Presté atención a como Aalis miraba mi habitación con curiosidad. Ya no estaba vestida como en la tarde. Esta vez llevaba una falda corta con botas hasta las rodillas, un jersey y chaleco negros. Con esas ropas sin tanto encaje se podía apreciar más su belleza. Además, su cabello rojo estaba suelto era largo, sedoso y brillante. No pensé que las brujas serían así.
─ ¿Dónde conseguiste esa ropa?
─ De nuevo con las preguntas sin importancia ─ soltó un suspiro ─ Lo tomé de una tienda ─ dijo cuando se detuvo frente la pared donde tenía unas fotos y las miraba con curiosidad.
─ ¿Lo robaste? ─ en ese momento noté que tenía puesto el anillo ─ ¿Robaste el anillo también? En el museo de darán cuenta que fue robado y revisarán las cámaras.
─ El anillo es mío así que no lo robé. Creé uno falso y lo dejé en el museo ─ se encogió de hombros ─ hablemos de lo importante ─ dijo sentándose en la cama ─ A partir de ahora tú y yo trabajaremos juntos.
─ No estoy entendiendo nada. Será mejor que me expliques todo y yo decidiré si trabajar o no contigo. Ni siquiera sé a qué te refieras con trabajar juntos─ dije demasiado confundido
─ Como ya sabes soy una bruja muy poderosa y descendiente de un demonio, eso me convierte en una híbrida, mitad bruja y mitad demonio. Por esa razón tengo muchos enemigos que al enterarse que estoy viva vendrán por mí; el problema es que, al acabar de revivir mi lado demonio digamos que está dormido y no podré con ellos solo siendo mitad bruja.
» Tú eres un alma pura lo que hace que tengas una esencia angelical, lo opuesto a mí. Al estar juntos nuestras esencias se regulan y eso hará que no me puedan rastrear tan rápido. Me dará tiempo a recuperarme y que vuelva a tener mi parte demoniaca en perfectas condiciones, necesaria para acabar con ellos.
─ En otras palabras me usarás para que no te encuentren y me pondrás en el radar de tus enemigos
─ Te equivocas, tú solo te pusiste en el radar. Cuando se enteren querrán saber quién me revivió y no será difícil encontrarte, no hay muchos con un alma pura como la tuya capaz de finalizar el ritual.
» Entonces nos usaremos mutuamente, mi esencia también ayudará a camuflar la tuya y no podrán encontrarte tan rápido.
─ Pero lo harán ─ dije con miedo ─ me encontrarán de todas formas.
─ Cuando eso pase, como muestra de mi agradecimiento, te protegeré. Créeme soy demasiado poderosa como para perder contra ellos ─ me dijo mirándome a los ojos ─ Así que al final tienes dos opciones. En la primera no aceptas, mis enemigos te encuentran y tendrás que luchar solo. Al final posiblemente acabes muerto en manos de una horda de demonios y brujas.
» En la segunda opción aceptas, mis enemigos también te encuentran, pero tendrás a la poderosa y grandiosa híbrida De Metz de tu lado.
La respuesta era demasiado fácil si lo ponía de esa manera, sin embargo, muchas veces lo fácil no es la mejor decisión.
─ Entonces… ¿aceptas o no? ─ me preguntó estirando su mano para que la estrechara.
─ Acepto ─ respondí tomando su mano. Una sensación recorrió mi cuerpo al hacerlo. Eso me hizo sentir en paz y estar seguro de mi decisión.
Le sonreí mirando fijamente sus ojos y ella hizo lo mismo.
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─ ¿Qué haces todos los días? ─ me preguntó Aalis recostada en la cama con los ojos cerrados y una sonrisa en la cara─ Esta cama es tan cómoda, como si estuviera hecha de plumas.
Yo sonreí al ver su emoción, ella no parecía de las personas que sonríen mucho, era una lástima porque su sonrisa era demasiado hermosa.
─ Voy a la escuela por la mañana, regreso a casa, hago mis tareas y salgo con mis amigos. Lo normal ─ respondí
─ Desde mañana haré todo eso contigo
─ No es tan fácil. Primero tenemos que conseguirte una identidad, luego veremos lo demás. Además, dónde vivirás ─ dije mientras me recostaba en la cama junto a ella
─ No te preocupes, conozco algunas personas que me ayudarán.
─ ¿Sabes dónde encontrarlos?
─ No será difícil con un poco de magia ─ dijo con una sonrisa ladeada y abriendo los ojos.
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Estábamos en el patio de mi casa, eran las 12:00 de la noche mi mamá ya estaba dormida y Aalis empezaría a contactar por medio de magia a la persona que nos ayudaría.
─ Ya empezaré ─ dijo cuando colocó la última vela en el suelo ─ cuando te diga enciendes las velas
─ Bien ─ dije nervioso viendo las velas que formaban un pentagrama.
Aalis se sentó en el suelo, justo en el medio del pentagrama, con las piernas cruzadas.
─ Enciende las velas ─ dijo con una voz monótona, yo asentí y comencé a encender las velas aromáticas que tomé del baño de mi mamá.