Maximiliano ya poseía una apariencia fantasmal, su cuerpo continuaba siendo asimétrico pero su carne se pudría, despedía un olor a sangre asqueroso. Sus facciones se descomponían, en una especie de parálisis facial. Comenzaron los terribles repiques de campanas que escuchó María Magdalena y Maximiliano, preguntándose que pasaba. Almudena no se hizo esperar, tomando a Magdalena por detrás y usando escopolamina para dormirla. Los repiques de campanas no cesaban bloqueando la actuación de Maximiliano, Almudena tomaría el cuerpó de Magdalena, para estar junto a su amado Gaziel. para cuando despertó Magdalena se encontraba maniatada:
-¿Cómo estás Magdalena? Se refiere Gaziel, es el rey de la mentira y la fantasía.
-¿Qué haces Gaziel? Pregunta horrorizada Magdalena.
-La fantasía siempre fue tu refugio, estuviste en mis manos todo el tiempo. Ahora no te vendría mal un poco de realidad, vengo por tu cuerpo. Mi amada Almudena, te tomará.
-Será solo un instante querida, no te afanes. Responde Almudena
-¡Maximiliano, ayúdame por favor! Grita la santa
Maximiliano no acierta a responder, los repiques de campanas lo tienen gobernado.
-Tu Maximiliano es un alfeñique, no puede hacer nada por ti.
-Maximiliano, ten valor, pásame la daga y mátame. No pasará nada.
-No puedo hacerlo amadam mía. ¿Matarte?
-Yo sé lo que hago querido, solo hazlo.
Acierta Maximiliano a tomar la daga, enterrándosela a Almudena, y asiéndola Magdalena, Gaziel coleríco se lanza sobre Maximiliano, convirtiéndose en perro y mordiendo a Maximiliano. Magdalena logra desatar sus corrreas, apuñalando 64 veces a Goziel, solo alguien con mucho enojo o miedo podría hacer aquello.
-Ahora solo quedamos tú y yo Maximiliano, he derramado sangre ya no soy una beata.
-¿Qué haremos amada mía?
-Cargar con nuestras culpas o darnos muerte querido mió.
-¿Suicidarnos, dices?
-Tengo la libertad para hacerlo, no pasara nada.
¿Como lo sabes?
-Soy una mística, recuérdalo.
-Yo me daré la primera puñalada y si así lo decides tú te darás la siguiente. Te has convertido en un ser deforme.
-Pensé que no te fijabas en esas trivialidades Magdalena.
-No hay tiempo para la humildad, así que decídelo, déjame morir sola y vete o hazlo a mi lado.
-¿Y por qué no irnos juntos amada mía? A ti te toco ser la fuerte, pero no todos somos como tú.
-Sabes lo que me enseñó la madre superiora cuando comencé mi noviciado "la acción sin palabras".
Magdalena se lanza la primera puñalada, hirviendo de dolor. Maximiliano la toma sangrante y se debate entre huir o hacerlo.
-Haz lo que sienta tu corazón amado mío, en verdad siento haberte revivido.
El espíritu familiar de Maximiliano lo aconsejó que buscara ayuda, tomó en sus brazos a Magdalena y buscó al boticario más cercano. María Magdalena pasó momentos difíciles, pero finalmente recuperó su salud. La belleza física de Maximilliano había disminuido. Magdalena ahora tendría que amar su interior más que su exterior.
Ahora viviré con un monstruo como Frankenstein o El Golem, pero lo amo. Lo amo en verdad, lo necesito. Lloraré si es necesario, gritaré con todas mis fuerzas. Ya no soy una santa ahora soy una mujer libre, rompí mis votos por amor. ¿Qué se siente matar y pasar al otro lado de la trinchera? Yo la Magdalena.