La sociedad y sus estándares -EDITADO

CAPÍTULO EDITADO

Ya hay estereotipos definidos, y por lo que he escuchado incontables veces, yo no encajo ahí, llegué a idealizar tanto mi vida que al final me enfrasqué en una de esas típicas historias cliché de las que todos llegan a leer, donde la protagonista atraviesa todas las adversidades y tiene un final feliz. Con el tiempo creí que mi historia sería así, pero lo único que logré conseguir fue ser uno de los mejores promedios del país hasta que, como les ha pasado a muchos, comencé a hundirme en ese mundo lleno de oscuridad.

Hace tiempo comencé a escuchar día y noche a mi conciencia, y no fue de mi agrado lo que tenía que decir, me hizo que viera que no soy la persona que encaja en esos ridículos estereotipos de “chica perfecta”, con cara bonita, delgadas, piel de porcelana y cuantas cosas más. Dejé de verme al espejo, pues cada vez que lo hago solo viene a mi mente todo lo que dicen de las personas con el mismo físico que yo. Y qué decir de mi madre, hace lo mismo que ellos en lugar de ser mi apoyo, hace años que nuestra relación se volvió un tormento y no hay nada que la haga de cambiar de opinión.

Cuando escuchaba algún mal comentario sobre mi persona, solo lo dejaba pasar, intentaba que nada me afectará, pero no pude reprimir las emociones echando todo a perder, quería ser fuerte.

—¡Ey!, ¿Qué haces pequeña? — al escuchar la voz de Taehyung salí de la concentración que me había costado encontrar, pues frente a mí se encontraba nada más ni nada menos que mi crush. Para mi suerte es el chico que muchas quieren y él tiene la opción de elegir a quien más se adapte a sus gustos, pero yo soy la única con la cual no se atrevería a salir, estoy en la Friend Zone.

—Pensaba en lo hermosa que es la vida conmigo —solté sin más, viendo cómo se sentaba a mi lado en el asiento que quedaba libre —en especial el día de hoy —dije con ironía bajando la mirada hacia mis manos que se encontraban sobre mi cuaderno.

—Bueno, si sigues escondiéndote detrás de cualquier excusa, nunca podré ayudarte T/n—tomó mi mano, acto que sin duda causó que mi pobre corazón latiera con fuerza. Levanté la mirada apartando poco a poco mi mano de la suya.

—No son escusas, solo es que no quiero hablar del tema, si lo vemos desde cierto punto son cosas sin importancia.

—Siempre dices lo mismo T/n, ¿es por un chico que estás así? —me quedé en silencio viendo la página casi en blanco sobre el escritorio, estoy así por él, por el rumbo que lleva mi vida y por muchas cosas más —¿le atiné? Es por un chico —dijo con una sonrisa.

—No Taehyung y no intentes adivinar —saqué un libro de mi mochila que necesitaba para terminar la tarea que había olvidado hacer la noche anterior por haberme quedado dormida desde que habían terminado las clases.

—¿Qué te hizo olvidar hacer la tarea? —preguntó mientras su vista se mantenía fija en algo detrás de su mochila.

—Nada, ya deja de preguntar — mi vista viajó de mi cuaderno a él hasta que mi vista se encontró con la de uno de mis compañeros de clase que iba entrando. Jeon Jungkook sonrió para después seguir con su camino hacia el otro lado del salón, ni siquiera me dio tiempo a corresponder ante su acción, estaba confundida, pues desde que lo conocí nunca había hecho algún tipo de contacto conmigo, es el chico serio que tiene su grupo de amigos selectos.

Admiración es lo que sentía por ese chico que me había sonreído por primera vez, desde que lo conocí no había hecho más que enfocarse en sus estudios, algo que pocos hacían, ya que a esta edad muchos no tienen establecidas sus prioridades. Él tiene varios talentos, destaca en diversos aspectos y al igual que Tae, es uno de los más codiciados de entre tantos estudiantes.

Después de un rato, casi media hora a juzgar por lo que marcaba el reloj, mi vista se fijó en el grupo de chicas que destaca precisamente por su físico, venían en dirección a donde nos encontrábamos Tae y yo —Hola Tae —dijeron a coro saludando a Taehyung como si lo hubiesen ensayado; pasaron de largo no sin antes mirarme con repulsión y Tae solo sonrió, ya que vio lo que le interesaba nada más.

—Creo que ya deberías irte, la clase está por comenzar —dije volviendo la vista al libro que tenía en las manos.

Negó ante mi petición, pero no había otra opción —está bien, nos vemos a la salida —se puso de pie mientras guardaba algo en su mochila, algo que no supe en qué momento había sacado, ya que estaba sumida en la tarea que debía entregar en unos minutos.

El nivel de estrés al que me había sometido los últimos días por el inicio de los exámenes del primer parcial me estaba abrumando. Tenía la mente demasiado ocupada como para no tener la noción exacta del orden de las cosas, tenía la cabeza en todo y nada, lo cual me estresaba aún más, incluso Taehyung había salido de mis pensamientos.

—Es todo por hoy jóvenes, la semana que entra les doy las revisiones y cambios que deben hacer para tener una buena calificación en este parcial —el profesor salió del salón dejando a un grupo entre murmullos y conversaciones sobre a donde debían ir, ya que era la última clase del día.

Mis pasos se dirigieron al salón que marcaba el horario que a estas alturas ya me sabía de memoria gracias a Tae, caminé por los pasillos hasta que me detuve al ver una escena nada agradable, pero que la había vivido repetidas veces; Taehyung estaba besándose con una de sus compañeras de clase. Algún día tendré que entender que esto es la cruda realidad, ¿Qué puedo hacer yo? Solo darme la vuelta y emprender camino hacia mi casa.