Después de preparar el desayuno nos quedamos viendo una película en la sala, antes salir a visitar algunos ostros lugares en la ciudad. Es lindo estar aquí, uno de los lugares los cuales siempre había soñado con visitar.
El sonido de mi teléfono me hizo despegar la vista de la película, me levanté y fui a la habitación por este. —Hola Chiara, ¿Qué sucede?
—Hola hermanita, aquí todo bien, solo que no te has dignado a llamarme, ¿tan bien lo estas pasando?
—Chiara, que cosas dices, todo ha estado bien, pero me conoces, no soy mucho de tener el teléfono a la mano.
—Por eso sé que a ti no debo llamarte en caso de una emergencia hermanita —lo que dijo ocasiono que riera.
—No exageres, pero si es mejor que no me busques en caso de emergencia, que quizás tenga el teléfono en silencio al lado y no caso le haga.
Chiara y yo nos quedamos conversando un rato hasta que escuche la voz de mi madre llamándola de una manera cariñosa, solo me queda dejarlo pasar. Lo acepto, me da coraje y tristeza, porque a mí no me habla de esa manera, llevamos una guerra marcada desde hace años sin razón aparente y sin un ganador al final.
—Hablamos luego hermanita, pásenla bien—dijo lo último en un susurro
—Adiós —dije para luego terminar la llamada.
Me dirigí al armario para tomar algo de ropa y después dirigirme al baño —T/N, ¿ya no verás la película? —Jungkook entro a la habitación.
—No, ya me perdí gran parte de la película, no le entender, mejor me voy a meter a bañar, y después sigues tu —dije al otro lado de la puerta.
—Nooo, yo no me quiero bañar hoy —escuché como salió de la habitación, no pude evitar reír al imaginarme su reacción al otro lado.
Vivir con Jungkook era una manera de conocerle más, conocernos a ambos, detalles que se pasan por alto y ahora en este tiempo juntos, todo va con buenos y malos momentos, aunque no son tan malos, las pocas discusiones que hemos llegado a tener son por mí, por ese afán mío a negarme a comer, y su preocupación por cada cosa que hago, me trata como si fuese una niña, aunque a veces es él quien se comporta como tal.
Jungkook parece haber salido de una de esas novelas románticas, es tan lindo y atento, que siempre lo veo como un sueño que se ha hecho realidad, cada vez que algo va mal conmigo o con nosotros trata de solucionarlo, trata de ver todo de una manera positiva, por eso me sorprendió su actitud cuando mi madre lo insulto, porque eso fue lo que hizo ella.
Después de bañarme y cambiarme, salí a la habitación encontrándome con un Jungkook con la toalla enredada en la cintura, quería voltearme e irme de ahí, pero él volteo antes de que pudiera desaparecer —¿te gusta lo que ves? —intento taparse con la ropa que había sacado del armario.
—Ay no hagas preguntas —me di la vuelta y entre de nuevo al baño para terminar de secarme el cabello, más roja no podía estar. Cerré los ojos con fuerza en un vano intento por sacar esas imágenes de mi cabeza, Dios mío, ¿Qué hice para contemplar tremenda obra de arte?
—Ya me vestí, ya puedes salir del baño cariño —Jungkook toco a la puerta unos minutos después.
—¿De verdad? —pregunte dudosa mientras peinaba mi cabello.
—Haha, sí, ya puedes salir —le hice caso y en efecto, ya estaba vestido —¿no confías en mí?
—Sí, pero de repente si me haces dudar —me acerque a él —no te creas, claro que confío en ti —reí ante su acción, se alejó indignado —ya, solo estaba jugando Kookie.
Noooooo, me imagine al Jungkook salido del baño, no puedo, literal esa fue mi reacción, no sé cómo entro así a mi mente, díganme como hacerle para no tener ese tipo de ideas.