Todos se encontraban atentos, aunque mi madre se veía algo incomoda, pero Chiara sin duda era la que más se preocupaba, se quedó más de una hora contándome nuestras aventuras en un intento por hacerme recordar, cosa que no salió muy bien que digamos. Solo me dejó con dolor de cabeza por intentar recordar, tengo la mente en blanco y por más que me conto a detalle no pude hacer nada para recordar.
—Bueno, veo que solo te conté historias, pero en una de esas tienes que recordar algo.
—Hola chicas, ¿cómo están? —un chico alto entro a la habitación.
—Él es Taehyung —Chiara volteo a verme, a lo que yo asentí —porfa no la abrumes —dijo esta vez dirigiéndose a él, quien solo asintió —vengo más tarde.
Me despedí de ella, era muy fácil escucharla, aunque hacia muchas preguntas, pero me agradaba que fuera así —¿Cómo estás? —se sentó donde antes estaba Chiara —en cuanto supimos que habías despertado no sabes cuanta alegría nos dio.
—Es bueno saberlo, aunque es extraño al no recordar nada de mi vida, ni de las personas que hoy están aquí.
—Escuche decir al doctor que solo será temporal, el golpe que sufriste por suerte no fue serio, así que solo es cuestión de tiempo para que tus recuerdos vuelvan. No hay oscuridad perpetua, pronto saldrá el sol.
—Si tú lo dices —dije con una sonrisa —¿tú sabes cómo llegué aquí? Hable un poco con mi hermana, pero no me ha querido decir gran cosa.
—No sé qué fue lo que paso al igual que tu hermana, todos estábamos en Corea, hemos venido hacia acá en cuento supimos que estabas aquí. Así que no sabemos los detalles de lo que pasó, siento no ser de mucha ayuda —tomo una de mis manos entre las suyas, haciendo que sintiera algo extraño, eso sí que me hizo recordar algo.
—No te preocupes, solo esperaba que alguien supiese algo, mis padres no me dicen nada, estoy segura casi al 100% de que ellos si lo saben, pero no quieren decirme, mamá me dijo que estaba bien y que eso era lo interesante, que no debería preocuparme por lo que pasó antes.
Me miro algo extrañado —tu madre tiene razón, es extraño decirlo, pero es verdad, así que no te preocupes por eso, en su momento lo sabrás.
—Taehyung es hora de que te vayas y me dejes a solas con mi prima querida —entro a la habitación quien al parecer es Lai, llenando la habitación con sus buenas vibras —T/N pequeña, no sabes cuanto te extrañe, has cambiado mucho no te veo unos meses y mira, casi no te reconozco.
—Parece que así ha sido, no eres el primero que lo dice —lo mire con una sonrisa —creo que eres a quien más recuerdo de todos. Lo siento Tae, pero no puedo mentir —dije al ver cómo me miro tan de repente, a pesar de la insistencia de Lai, él se había quedado.
—Es que somos uno mismo —se acostó a mi lado cuidadosamente a mi lado— la mejor prima del mundo no puede olvidar al mejor primo del mundo.
—Estás loco Lai, pero si eres el mejor, tú también Tae, no voy a olvidar a quien se proclama mi mejor amigo.
—Es muy bueno verte así de alegre T/N, estar aquí te ha cambiado mucho, Londres te sienta bastante bien —dijo Taehyung con una gran sonrisa.
—Yo opino lo mismo, esta es tu ciudad.
Mi madre se pasaba casi todo el día a mi lado, me contaba esas travesuras que hacía al lado de mi hermana mayor, haciendo que la habitación se llenara de risas, hablar con ellas me llenaba de alegría mientras mi estadía en esa aburrida habitación de hospital, donde al anochecer no quedaba más que quedarme con esos recuerdos de mis días aquí, tenía unos vagos recuerdos de Yoon, Tae, Lai, Chiara y otros chicos, aunque de ellos no recuerdo mucho más que vagamente sus rostros.
Me sentía rara al estar aquí, en una habitación donde solo se escucha el sonido de una máquina, o el tic tac del reloj en la pared. Me gire hacia la ventana donde se podía ver un poco hacia el cielo, era una bonita noche, podía quedarme toda la noche despierta, había dormido bastante así que no tenía sueño, no el suficiente como para quedarme dormida. Ver hacia el cielo me daba una sensación de paz después de días, solo espero poder salir de aquí pronto.
—No sé cumplir mis promesas, dije que te dejaría en paz, que me alejaría de ti, pero no puedo —escuche esa voz otra vez, sintiendo un dolor tan fuerte — mi amor por ti es más fuerte y no puedo separarme, eres el amor de mi vida, sé que has perdido la memoria, pero espero que lo que sientes no sé haya ido. Te amo cariño, tenlo presente siempre.
Desperté de golpe en la misma habitación, más de una semana había pasado, y seguía en mi mente esa voz. Me acomodé mejor en la cama, el sueño se había ido. A mitad de la noche solo me quede recordando lo que había pasado estos últimos días, unos amigos de la universidad habían venido a visitarme luego de enterarse de lo sucedido, aunque con algo de pena por la situación en que me encontraba.
La mañana pasó rápido, después del almuerzo me darían de alta solo que debería seguir en reposo y tomando los medicamentos, mi madre dijo que estaría al pendiente de que siguiera el tratamiento al pie de la letra, es muy sobre protectora.
—Mamá ha cambiado mucho desde el accidente —dijo Chiara dejando a mi lado una pequeña maleta con un cambio de ropa —. Creo que con todo lo qué pasó, contigo al borde de la muerte, se dio cuenta del mal que estaba haciendo, aunque se aferra a algunas decisiones.